Colombia se consolida como un referente en la revolución digital financiera en América Latina, impulsada por la acelerada adopción de pagos digitales y el dinamismo del ecosistema fintech. Este avance no solo moderniza el sistema financiero, sino que también fomenta una mayor inclusión para millones de ciudadanos.
Según datos de la Superintendencia Financiera de Colombia, el mercado local cuenta con 66,9 millones de tarjetas de débito y crédito. En 2024, se emitieron en promedio 209.000 nuevas tarjetas de crédito cada mes, lo que refleja una clara reactivación y un creciente interés por estos instrumentos financieros. De los 50,2 millones de tarjetas de débito existentes, 47,5 millones se encuentran vigentes, mientras que de los 16,7 millones de tarjetas de crédito, 14,5 millones están activas en el mercado. Actualmente, más de 19 millones de colombianos tienen compromisos crediticios activos, lo que subraya el papel estratégico de las tarjetas como herramienta para mejorar el flujo de caja y facilitar opciones de financiación. Entidades como Davivienda, los bancos del Grupo Aval, Bancolombia y Scotiabank Colpatria se mantienen como los emisores más destacados, evidenciando un sector competitivo y dinámico.
Diego Quesada, Country Manager de Pomelo en Países Andinos, Centroamérica y Caribe, afirmó: “El crecimiento sostenido en la emisión y uso de tarjetas en Colombia refleja no solo la madurez del ecosistema financiero digital, sino también su enorme potencial de expansión. Acompañamos esta evolución de la mano de aliados como Lulo Bank y Wenia, la compañía del Grupo Bancolombia, desarrollando soluciones que permiten escalar con velocidad y seguridad”. Además, agregó: “Somos testigos directos de esta evolución y nuestro compromiso es brindar la infraestructura tecnológica necesaria para que las empresas ofrezcan soluciones de pago innovadoras, adaptadas a las necesidades de los usuarios colombianos”.
La aparición de los neobancos y fintechs ha sido fundamental en esta transformación. Entidades como Lulobank, Nubank, Rappibank y Ualá, junto a plataformas digitales como Nequi y Daviplata, han cambiado la experiencia bancaria, ofreciendo cuentas de depósito, billeteras digitales y tarjetas de crédito y débito con beneficios competitivos como la ausencia de cuotas de manejo, cashback y rendimientos atractivos. A este contexto se suma la llegada de nuevos actores como Sumia, que busca la inclusión financiera.
Estos modelos 100 % digitales permiten operar con costos significativamente menores que la banca tradicional, lo que se traduce en mayor accesibilidad y personalización para los usuarios.
Quesada complementa: “El ecosistema fintech colombiano no solo está atrayendo un mayor volumen de depósitos, sino que también está impulsando la generación de empleo y ampliando el acceso financiero en regiones tradicionalmente desatendidas”.
Pagos inmediatos: un hito antes de la nueva regulación
Colombia experimenta una transformación significativa en su sistema de pagos. A pocos meses de la entrada en vigor de la regulación de pagos inmediatos BRE-B impulsada por el Banco de la República, el país ha duplicado el uso de soluciones de transferencia en tiempo real durante 2025, lo que demuestra una clara señal de adopción y madurez tecnológica.
Según el informe más reciente de Minka, empresa de soluciones e integraciones de rieles de pagos en tiempo real, Transfiya de ACH Colombia ha procesado más de 239 millones de transacciones en lo que va del año , frente a 105 millones del mismo periodo del año anterior, con un crecimiento del 127 %. En términos de valor, el incremento es aún más notorio: 30 billones de pesos, más del doble que en el mismo periodo de 2024.
Lo que empezó como una herramienta de envío de dinero entre personas (P2P), hoy se ha consolidado como una infraestructura crítica utilizada por las empresas para pagos empresariales, dispersión de subsidios, recaudos digitales, interoperabilidad entre bancos y entidades no bancarias, y una nueva gama de servicios financieros basados en cuentas.
Camilo Arango, líder de expansión y crecimiento en Minka, destaca: “Este nivel de adopción temprana demuestra que tanto el sector financiero como los usuarios están listos. Ahora el reto está en construir más y mejores conexiones: empresas, billeteras, cooperativas, redes internacionales, cajeros automáticos, entre otros”.

Colombia no solo sigue el modelo de países como Brasil (con PIX) o India (con UPI), sino que está desarrollando un modelo propio, enfocado en la eficiencia, la interoperabilidad y la inclusión. Con más entidades conectándose cada mes, una red madura como Transfiya y una regulación que prioriza la experiencia del usuario, Colombia se posiciona como un referente regional en pagos inmediatos. Haber procesado más de 230 millones de transacciones inmediatas antes del despliegue del nuevo sistema de pagos liderado por el Banco de la República, que entrará en operación en septiembre, resalta el potencial del sistema financiero colombiano.
El trabajo conjunto entre fintechs, bancos y autoridades reguladoras será clave para seguir construyendo un sistema financiero más ágil, inclusivo y eficiente. En este camino, la infraestructura tecnológica será el motor que impulse soluciones de pago cada vez más accesibles y conectadas con las necesidades reales de los colombianos.