La calidad del aire en Colombia ha dejado de ser un tema exclusivamente ambiental para convertirse en un desafío crítico de salud pública y competitividad económica. De acuerdo con el reporte del Índice de Calidad de Vida del Aire (AQLI, por sus siglas en inglés), publicado en 2024, el 99,3 % de los colombianos respira aire contaminado que supera los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta realidad no solo resta más de un año de vida a los ciudadanos, sino que evidencia un rezago tecnológico en el parque automotor frente a estándares internacionales.
Para los tomadores de decisiones en sectores de tecnología e infraestructura, la transición hacia una movilidad eficiente no es solo una meta climática, sino una necesidad operativa. Actualmente, el transporte es responsable de casi el 30 % de la contaminación del aire en el país.
Índice de temas
¿Por qué Colombia recibe vehículos con tecnologías rezagadas?
Un reciente sondeo realizado por Movilizatorio revela un consenso social sin precedentes: el 94 % de los colombianos respalda la implementación de estándares para vehículos más eficientes y menos contaminantes. Este apoyo es notable incluso entre quienes poseen vehículos a combustión, quienes coinciden en que la tecnología importada actualmente está rezagada frente a otros mercados.
Andrés Flechas, gerente de proyectos de Movilizatorio, señala que estos datos son un termómetro social para la acción regulatoria: “Colombia tiene ciudadanía lista para apoyar la eficiencia energética y la modernización tecnológica, siempre y cuando las reglas sean claras, transparentes y orientadas al bienestar colectivo”.
¿Por qué Colombia recibe vehículos con tecnologías rezagadas?
A diferencia de países de la región como Chile, México y Brasil, Colombia carece de un estándar de eficiencia energética para vehículos livianos. Esta ausencia regulatoria permite el ingreso de tecnologías que ya no son aceptadas en mercados más avanzados.
Daniela Castilla, directora de proyectos de Movilizatorio, explica que un estándar de eficiencia es una norma que impide la venta de vehículos que consuman energía de forma excesiva para recorrer una misma distancia. Al no contar con esta barrera, el país corre el riesgo de convertirse en un mercado para tecnologías obsoletas. “Este tema del ingreso de tecnologías rezagadas en nuestro país es un tema muy importante. Como en Colombia hoy en día todavía no contamos con este estándar, siguen ingresando vehículos con tecnologías viejas que otros países ya no permiten”, explica Castilla.
¿Cómo afecta la falta de estándares al bolsillo y a la salud?
La contaminación del aire es catalogada como el ‘asesino invisible‘ debido a las micropartículas que afectan el sistema respiratorio. Sin embargo, el impacto también es financiero. Un parque automotor ineficiente implica mayores costos de mantenimiento y un gasto elevado en combustible o energía para los hogares y las empresas.
Desde la perspectiva de la gestión pública, el Estado debe destinar recursos significativos para tratar enfermedades respiratorias derivadas de la mala calidad del aire, dinero que podría invertirse en otros rubros sociales o de innovación.
Alejandra Ucrós, directora de Programas en Movilizatorio, enfatiza la relevancia de esta regulación: “Un estándar de eficiencia no es un tema aislado: es una herramienta para proteger la salud de nuestras ciudades, reducir costos para los hogares y evitar que sigan entrando al país vehículos que deterioran el aire que respiramos”.

¿Cuáles son los desafíos tecnológicos que perciben los colombianos?
A pesar del respaldo masivo, los ciudadanos y líderes también identifican retos técnicos y de infraestructura que deben ser resueltos para una transición efectiva:
- Infraestructura de carga insuficiente para vehículos eléctricos.
- Altos costos iniciales de las nuevas tecnologías.
- Dudas sobre la vida útil de las baterías y la autonomía.
- Preocupación por el manejo de residuos tecnológicos.
¿Qué beneficios traería la adopción de un estándar de eficiencia energética?
La implementación de estas normativas busca alinear a Colombia con las tendencias globales de sostenibilidad y modernización. Entre los beneficios directos se encuentran:
- Reducción de emisiones: Mejora directa en la salud pública y cumplimiento de metas climáticas.
- Ahorro operativo: Los vehículos eficientes recorren más kilómetros por unidad de energía.
- Transparencia para el consumidor: Inclusión de etiquetas que expliquen claramente el nivel de contaminación y consumo de cada vehículo.
- Modernización del mercado: Evitar que Colombia sea el destino de tecnologías rezagadas.
¿En qué estado se encuentra la regulación en Colombia?
Actualmente, el Congreso de la República adelanta debates sobre proyectos de ley relacionados con la eficiencia energética. Organizaciones como Movilizatorio han lanzado iniciativas como la petición ciudadana nosvendenhumo.com para generar presión social y apoyo a estas medidas regulatorias ante los Ministerios de Transporte, Minas y Energía, y Ambiente.
La experiencia sensorial “Vida fuera de la burbuja”, realizada recientemente en el Salón del Automóvil, permitió que más de 400 personas comprendieran la urgencia de respirar aire limpio y la necesidad de políticas que incentiven la movilidad eléctrica y tecnologías de baja emisión.









