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Pagos digitales en Colombia en 2025: Crecimiento acelerado, desafíos vigentes



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Colombia vive una transformación acelerada en sus hábitos financieros gracias al auge de los pagos digitales, impulsados por tecnologías. Entre 2020 y 2024, el uso de estas herramientas creció de forma exponencial, respaldado por la digitalización del comercio, la confianza en las fintech y avances en ciberseguridad. Sin embargo, persisten desafíos.

Publicado el 15 de abr de 2025



Pagos digitales en Colombia

En Colombia, la digitalización de los pagos ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible. Desde billeteras virtuales hasta códigos QR, pasando por transferencias inmediatas, tarjetas sin número y enlaces de pago, el país vive una transformación acelerada en sus hábitos financieros.

Las cifras lo confirman: entre 2020 y 2024, el uso de billeteras digitales creció un 120 %, según datos de la Superintendencia Financiera, alcanzando más de 40 millones de transacciones mensuales. En el segundo semestre de 2024, las transferencias en tiempo real por este canal llegaron a los 105 millones, lo que representa un aumento del 231 % respecto al año anterior.

Este panorama responde a una combinación de factores: la necesidad de realizar transacciones con mayor rapidez, el auge del comercio electrónico y el impulso del sector financiero por digitalizar la economía. Aplicaciones como WhatsApp, pagos con códigos QR y plataformas Fintech se han posicionado como herramientas clave para millones de usuarios.

Una transformación liderada por la tecnología y la confianza

La adopción de pagos sin contacto también ha crecido de forma exponencial. En 2024, Colombia superó las 300 millones de transacciones con esta modalidad, consolidándose como uno de los líderes regionales en este tipo de operaciones. Según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el 78 % de los comercios en el país ya realizan ventas por Internet, lo que evidencia un entorno cada vez más favorable para estas soluciones.

Alejandro Pinzón, CEO de DRUO —una fintech colombiana que ofrece un modelo de débito directo a cuentas bancarias— destaca que “los pagos alternativos, cuya popularidad aumentó durante la pandemia de 2020, se han consolidado como una opción segura y confiable para los colombianos”. Según datos de Asobancaria citados por el ejecutivo, este tipo de transacciones ha mantenido un crecimiento anual del 30 % durante los últimos cinco años.

Pinzón subraya también que el ecosistema se ha diversificado: “Aunque inicialmente esta tendencia estaba dominada por las tarjetas de crédito y débito, con el tiempo han surgido opciones más innovadoras y fáciles de usar que hoy tienen una gran acogida”. Un ejemplo de ello son las transferencias interbancarias en tiempo real, que aumentaron un 150 % entre 2023 y 2025, y los pagos mediante enlaces digitales, que crecieron un 95 % en el mismo periodo.

La seguridad como prioridad para el sistema financiero

El crecimiento de los pagos digitales también ha obligado a reforzar las medidas de ciberseguridad. Entidades financieras y fintech están implementando autenticación biométrica, verificación de identidad, validación de cuentas bancarias y monitoreo en tiempo real. En el caso de DRUO, la compañía ha desarrollado algoritmos basados en inteligencia artificial que analizan en milisegundos comportamientos sospechosos para prevenir fraudes. Solo en 2024, la fintech procesó más de un millón de transacciones, por un valor superior a los 104 millones de dólares.

El modelo de DRUO permite a los usuarios hacer pagos directamente desde su cuenta bancaria, sin necesidad de acceder a portales ni usar tarjetas, lo que reduce los riesgos asociados a la exposición de datos sensibles. “Gracias a este enfoque, reducimos en más de un 80 % el costo de las transacciones en comparación con los plásticos tradicionales”, afirma Pinzón.

Pagos sin fronteras: La experiencia de Depay en América Latina

A nivel regional, también se están rompiendo barreras. Depay, una startup fundada en 2023 por 3 emprendedores argentinos, ha desarrollado una API que permite a las billeteras digitales operar sin restricciones en Argentina, Brasil, Colombia y Perú, con planes de expansión a Paraguay y Bolivia. Joaquín Fagalde, CEO de la empresa, señala que “nos dimos cuenta de que el problema no era sólo tecnológico, sino que había barreras regulatorias y comerciales que impedían que las billeteras operaran libremente entre países”.

La propuesta de Depay elimina la dependencia de redes como Visa o Mastercard y ofrece una infraestructura propia que facilita pagos con códigos QR en comercios físicos y digitales. “Queríamos construir un sistema en el que las personas pudieran pagar sin restricciones, como si estuvieran en su propio país”, explica Marcelo Sánchez, CTO de la startup.

Además de promover la interoperabilidad, Depay ha puesto un fuerte foco en la seguridad, implementando tecnología antifraude en tiempo real. También están apostando por el modelo A2A (Account-to-Account), que permite transferencias directas entre cuentas bancarias, sin intermediarios. “Este modelo tiene el potencial de cambiar las reglas del juego en América Latina”, afirma Federico Testoni, COO de la empresa.

Se proyecta que Depay supere los 50 millones de dólares en volumen de pagos en 2025, consolidándose como una de las infraestructuras de pagos QR más relevantes de la región.

Bre-B y los pagos digitales marcan el rumbo

Aunque el dinero en efectivo sigue siendo el rey en Colombia, su dominio está en jaque. Con el crecimiento de los pagos digitales y la inminente llegada de Bre-B, el sistema de pagos inmediatos del Banco de la República, el país se encamina hacia una economía más digital y menos dependiente del efectivo.

Colombia busca replicar los casos de éxito internacionales con esta iniciativa, en un esfuerzo conjunto entre el Banco de la República y el sector Fintech. El objetivo es ambicioso: reducir la tasa de uso de efectivo del 75 % actual al 55 %, según cifras de Asobancaria. Este cambio no solo apunta a modernizar los medios de pago, sino también a fomentar la inclusión financiera. Se estima que 5,1 millones de colombianos podrían sumarse al sistema financiero gracias a este nuevo modelo.

La implementación de Bre-B, junto con el impulso de tecnologías móviles y billeteras digitales, pone sobre la mesa un cambio de paradigma en la forma en que los colombianos compran, venden y transfieren dinero. El efectivo, aunque aún dominante, podría estar enfrentando su última década como método de pago principal.

Desafíos por superar en Colombia

A pesar de los avances, Colombia enfrenta todavía varios retos para la masificación de los pagos digitales. Uno de ellos es potenciar las transacciones interbancarias, que hoy representan apenas el 40 % de las operaciones digitales. También es necesario mejorar la cobertura en zonas rurales y reducir los costos para garantizar que estas herramientas lleguen a todos los rincones del país.

Otro punto crítico es la educación financiera. “Es fundamental fortalecer la pedagogía sobre los pagos digitales con el fin de fomentar su adopción y generar mayor seguridad en los usuarios”, concluye Pinzón.

En un contexto donde se proyecta que la industria de pagos en América Latina crezca a una tasa anual del 7 % hasta 2028, alcanzar una infraestructura interoperable, segura y accesible no solo es posible, sino urgente. Colombia ha demostrado que tiene el impulso, la tecnología y los actores necesarios para liderar esta transformación. Ahora, el reto es lograr que esta revolución beneficie a todos, sin excepciones.

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