En el terreno de tecnología, a veces surgen términos con un carácter tan específico que a veces se vuelven difíciles de entender y explicar. En meses recientes, el término Web3 se ha convertido en uno ampliamente utilizado por entusiastas y seguidores de criptomonedas y tecnologías como Blockchain. A veces, Web3 es descrita como una revolución en la web, mientras que otros casos se promete que le dará más poder y libertad a los usuarios.
Pero ¿qué es Web3 más específicamente? Y más importante aún, ¿cómo puede afectarnos a futuro? La respuesta no es sencilla, pero en términos generales, Web3 se refiere a una nueva versión de la web fundamentada en la descentralización por medio de tecnologías como Blockchain.
Primero lo primero
Para entender mejor el concepto de Web3 es necesario hacer un repaso sobre nuestra web actual. La Web 2.0 es también conocida como la web participativa, ya que está basada en la interacción y colaboración entre distintos usuarios. Mientras que la Web 1.0 estaba pensada más como contenidos para ser consumidos pasivamente, la 2.0 permite que los usuarios interactúen con los sitios web y entre ellos mismos.
Algunos de los ejemplos de la Web 2.0 son las redes sociales, las wikis, sitios para compartir videos, fotos, aplicaciones web y plataformas de consumo colaborativo. Este tipo de sitios no solamente presentan el contenido, sino que nosotros como usuarios podemos entrar a participar activamente y, si queremos, también crear nuestros propios contenidos.
Sin embargo, a medida que la web ha crecido, algunos sitios web se han convertido en fundamentales. Para una empresa o marca, por ejemplo, la presencia en redes sociales es un pilar importante de comunicación. Para un creador de videos, YouTube se convierte no solamente en su pasatiempo, sino también en su principal fuente de ingresos. ¿Qué pasa, sin embargo, si en algún momento YouTube dejará de funcionar?
De la misma forma, cuando tanto Facebook como Twitter deciden cerrar o penalizar las cuentas de políticos, una de las primeras palabras que sale al debate es “censura”. Sin importar la posición política, lo cierto es que los gigantes del Internet como Google, Facebook y Amazon tienen cada vez más poder sobre la web que utilizamos todos los días y hasta cierto punto se ha creado una dependencia.
Ezio Rojas, Social Media Manager de Parity Technologies, una empresa enfocada al Blockchain, explica que este tipo de situaciones muestran que estamos frente a una centralización de la web. “El peso de la centralización de las principales tecnologías que utilizamos en nuestro día a día nos puede caer encima en cualquier momento”, explica.
Nace Web3
Justamente de esta preocupación por la centralización de la web actual es que nace el concepto de Web3, cuyo nombre viene precisamente de Web 3.0. Bitcoin, de lejos la implementación más popular de Blockchain, tiene una de sus mayores ventajas en el hecho de ser una moneda descentralizada y que no depende de una sola persona o entidad. De cierta forma, la meta de Web3 es la de descentralizar la web actual utilizando también tecnologías como Blockchain para devolver a los usuarios un rol mucho más activo y participativo.
Según Rojas, Web3 es creada como un espacio para mejorar las condiciones de la actual Web 2.0, en donde los usuarios se vuelven protagonistas y “dejan de lado ese rol meramente de clientes o productos que mantienen dentro de los espacios digitales que predomina hoy dentro de los ecosistemas”.
Hasta cierto punto, y gracias a la implementación de elementos como Blockchain, los usuarios podrían empezar a ser los ‘dueños’ de la web, que según los proponentes es preferible a entregar poder y datos a gigantes de la web. Gracias a esto, entonces, Web3 sería una web en la que todos los participantes son dueños, pero en donde ninguna empresa en particular podría controlar el flujo de los datos en el ecosistema.
Ezio Rojas explica que Web3 tendría 3 ventajas grandes: seguridad, privacidad y sentido de propiedad. Al ser un sistema descentralizado, la web no dependería de ninguna persona o empresa específica, lo que brinda más seguridad al ser una red soportada por varios nodos. Hoy en día, por ejemplo, una hipotética falla en AWS podría significar que hasta el 33 % de la web puede tener problemas.
Esto mismo también significaría que el flujo de datos no es controlado por una sola entidad, lo que resulta a su vez en más privacidad. Por último, Rojas explica que el sentido de propiedad ”logra que [los usuarios de los sistemas] pasen de ser meros participantes a tener un rol protagónico dentro de las decisiones, acciones y futuro del propio ecosistema en donde se desenvuelven”.
La otra cara de la moneda
Como toda tecnología, y especialmente las tecnologías relacionadas con criptomonedas, todavía existe cierto escepticismo por parte del público en general y de algunos sectores de la industria. Lo primero, y tal vez más importante, es que Web3 existe como un concepto relativamente etéreo, que promete pero que al mismo tiempo no tiene una definición exacta que lleve a los resultados.
¿Web3 es la combinación de la web con Blockchain? ¿O tal vez la implementación de criptoactivos en la web actual? ¿Qué pasa con individuos por fuera de esa blockchain? Todas estas son preguntas que todavía son difíciles de responder. De la misma manera, también existe el miedo popular de que monedas como ethereum y bitcoin son nocivos para el medio ambiente debido a su alto consumo energético, un debate todavía muy activo.
Tal vez más sorpresivo aún es que los mayores detractores a Web3 son 2 personas muy activas en el mundo de las criptomonedas: Elon Musk y Jack Dorsey. Dorsey, fundador de Twitter y actual CEO de Square, ha sido muy activo diciendo que Web3 consiste principalmente en una transferencia de poder más que en la liberación que prometen sus proponentes.
“No eres el propietario de Web3 –dijo–. Es en últimas una entidad centralizada con una etiqueta distinta”. Parte de las críticas de Dorsey vinieron del hecho de que Andreessen Horowitz, uno de los proponentes más fuertes de la tecnología, tiene también inversiones en mercados de NFT y de criptomonedas.
Musk, por su parte, ha hecho tuits al respecto en los que alude al hecho de que Web3 es todavía un concepto etéreo que parece no tener aplicaciones reales. “No estoy sugiriendo que Web3 sea real, ahora mismo parece más una palabra de mercadeo que una realidad…”. Tal vez el punto más en contra es que, pese a todo lo que es mencionada, la Web3 todavía no existe ni siquiera como una aplicación real.
El mensaje importa
Más importante que si Web3 o no será una realidad en los próximos años o décadas, lo cierto es que sus fundamentos también invitan a pensar sobre el ecosistema actual. Hoy por hoy, los gigantes del Internet tienen las riendas de su desarrollo y como usuarios dependemos, para bien o para mal, de las decisiones que ellos tomen unilateralmente.
Más allá de si estamos o no de acuerdo con el ambiente de los criptoactivos o de Blockchain, es fácil entender la base de la que nace la idea de tener una web menos dependiente de un puñado de compañías. Puede que Web3 no sea la mejor solución para la evolución de la web, pero su mensaje de descentralización es uno que deberíamos tomar más en cuenta. En palabras de Ezio Rojas: “La descentralización, más que un objetivo a alcanzar, es una meta que se debe buscar día a día”.
Imagen principal: Shubham Dhage (Unsplash)