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Si las políticas públicas no logran las metas de conectividad, los satélites LEO lo harán



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El crecimiento de Starlink y otras constelaciones de satélites LEO está transformando el panorama de la conectividad global, especialmente en áreas rurales y de difícil acceso. Mientras las políticas públicas a menudo no logran cumplir las metas de conectividad, estas tecnologías emergentes ofrecen una alternativa viable, asequible y con alta latencia para garantizar el acceso…

Publicado el 3 de oct de 2024



Satélites LEO (Low Earth Orbit)

“Starlink de SpaceX superó los 4 millones de suscriptores la semana pasada al sumar un millón de nuevos clientes en apenas cuatro meses; mientras tanto, la compañía proyecta ingresos de 6.600 millones de dólares para este año, un aumento del 371% respecto a 2022. Estos datos no solo reflejan la consolidación del negocio, sino el impacto que las constelaciones de satélites LEO o de órbita baja tendrán en los próximos años en la conectividad global, donde las alternativas terrestres como la fibra óptica o 4G no llegan a satisfacer las necesidades en zonas rurales y de difícil acceso”.

Lo que caracteriza a las constelaciones de satélites LEO (Low Earth Orbit) es su posición más cercana a la Tierra que otras redes satelitales; esto les permite ofrecer servicios de conectividad de alta velocidad y baja latencia. Además, estas redes pueden brindar cobertura global, alcanzando incluso los polos.

Si bien la empresa del multimillonario Elon Musk sigue por debajo de las proyecciones hechas en 2015, cuando estimó 20.000.000 de suscriptores y 12.000 millones de dólares en ingresos para 2022, es innegable que las tecnologías satelitales se consolidarán como un pilar fundamental en las comunicaciones globales, por la cantidad de usuarios, las significativas inversiones que requerirán y el entusiasmo que están generando en los mercados.

La firma Reakon Analytics realizó una encuesta a usuarios de Starlink en Estados Unidos, cuyos resultados se pueden extrapolar a cualquier geografía debido a la presencia global del servicio. El 85 % de los encuestados vive en zonas rurales, el 10 % en códigos postales clasificados como zonas urbanas y el 5 % en suburbios.

Los grupos más grandes de clientes de Starlink provienen de pequeños proveedores rurales y, en segundo lugar, de personas que nunca han tenido el servicio de Internet, quienes representan el 11 %. En cuanto al servicio, los usuarios de Starlink dicen experimentar menos interrupciones que los de proveedores de cable, aunque más que los de fibra óptica. Su velocidad es estable, tiene muy baja latencia y su enrutador es confiable. A pesar de un alto costo inicial, los clientes están satisfechos con la calidad técnica.

No están solos

Starlink, con 6.146 satélites, lideró el camino, pero no es la única. OneWeb, que proyecta 7.000 satélites LEO de los que ya tiene 648, se enfoca en ofrecer conectividad para empresas, gobiernos y operadores de telecomunicaciones. Telesat Lightspeed, con una oferta similar, planea tener 168 satélites en órbita.

Kuiper de Amazon, aún en etapa de desarrollo, planea ofrecer servicios de Internet de alta velocidad a hogares, empresas y gobiernos, mediante 3.236 satélites. De hecho, ya anunció un acuerdo con Vrio (DirecTV Latin America y Sky Brasil) para comercializar su servicio en Colombia y la región.

Precisamente, los Value-Added Resellers (VAR) o Revendedores de Valor Agregado, son los responsables de la mayor parte del crecimiento en número de usuarios, pues son quienes proveen soluciones personalizadas y servicio al cliente.

Por su parte, AST SpaceMobile, que lanzó hace poco los primeros 6 satélites LEO de 168 que planea enviar al espacio, se enfoca en ofrecer conectividad satelital directamente a dispositivos móviles sin necesidad de estaciones terrestres, apuntando a áreas rurales y regiones sin infraestructura móvil. Ya tiene acuerdos con AT&T y Telefónica para prestar ese servicio, lo que le ha representado un incremento del 325 % en el valor de sus acciones este año.

Una de las principales razones del aumento de actividad, inversión y entusiasmo en el sector es que ahora resulta más económico que nunca poner satélites en órbita, lo que los convierte en una oportunidad de negocio viable.

Además de cubrir los vacíos en las redes actuales, las empresas de telecomunicaciones están cada vez más enfocadas en integrar las capacidades satelitales en infraestructuras existentes, como en el estándar 5G, especialmente a través de servicios D2D (Direct-to-Device), que prometen ampliar la cobertura terrestre. Esto explica el entusiasmo de los operadores tradicionales por cerrar alianzas con actores de Internet Satelital, permitiendo que tanto teléfonos inteligentes como dispositivos IoT se conecten, cuando estén fuera del alcance de estaciones base celulares.

Incluso Apple incorporó desde 2022 un servicio denominado Emergency SOS Vía Satellite en sus teléfonos iPhone 14 y en los siguientes modelos, para enviar mensajes de auxilio en zonas sin cobertura móvil o wifi.

Una constelación para que el MinTIC cumpla las metas

En una reciente intervención en un evento organizado por la ONU y la NASA, el ministro TIC de Colombia, Mauricio Lizcano, afirmó que “Colombia es ejemplo mundial en conectividad satelital para la equidad social”. Y resaltó los programas ‘Juntas de Internet’ y ‘Zonas Comunitarias para la Paz’, como iniciativas que se basan (en parte) en esa tecnología para llevar Internet a comunidades rurales y escuelas.

Dudo que, como dice el Ministro, seamos ejemplo en materia aeroespacial, porque jamás tuvimos un satélite propio de comunicaciones como otros países vecinos que, incluso, los han diseñado y fabricado para llevar conectividad a zonas apartadas de sus territorios. Sin embargo, el Gobierno tiene una oportunidad histórica para incorporar estos servicios en sus proyectos de conectividad. Si se logra una integración efectiva con las infraestructuras terrestres, esto podría hacer realidad la promesa de una conectividad asequible y accesible para todos.

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