¿Qué pasó con el negocio móvil 4G de la ETB?

Publicado el 30 Mar 2021

Antena 4G

Hace casi 7 años la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) lanzó su operación de servicios móviles 4G, con la promesa de llegar, en cinco años, al 10% de un mercado que supera los 65 millones de clientes. Su participación en la actualidad es del 0,5%.

Según los estados financieros de 2020 presentados por la empresa ante la Superintendencia Financiera, el negocio móvil “se encuentra en desarrollo e implementación”, aunque esa operación inició en 2013 cuando participó en un consorcio junto a Tigo para adquirir un bloque de espectro de 30 MHz, por $195.749 millones.

Dentro de 3 años se vencerá la concesión del espectro sin que hayan terminado de “desarrollar e implementar” el negocio móvil. Me pregunto si los socios de Wom Partners, que está a punto de salir con su oferta comercial, coinciden con los tiempos que maneja la ETB.

Ahora bien, con alrededor de 327 mil clientes de telefonía móvil (273 mil de datos), los ingresos de esa operación el año pasado fueron de $86.808 millones, el 6,5% del ingreso total de la empresa; la utilidad neta registró pérdidas por $67.437 millones, y el Ebitda fue de -$5.088 millones.

De hecho, los clientes de Internet móvil de la ETB vienen descendiendo año tras año, y hoy son menos de la mitad de los que tenía en 2016, incluso luego de haber lanzado una estrategia ‘súper-agresiva’, en 2019, de bajos precios en sus servicios de datos 4G.

Es llamativo que nadie se pregunte qué está pasando con el negocio móvil de la antes llamada ‘joya de la corona de del Distrito’, que registra niveles inferiores de usuarios e ingresos que algunos OMV, a pesar de haber hecho una millonaria inversión en espectro radioeléctrico y contar con infraestructura (y servicio) en 19 departamentos del país, como lo señala en sus informes.

¿Qué pasó?

En el año 2013 la ETB, entonces liderada por Saúl Kattan Cohen (durante la alcaldía de Gustavo Petro), tomó 2 grandes decisiones empresariales: desplegar una red de fibra óptica al hogar (FTTH) y adquirir la mencionada licencia de espectro radioeléctrico para prestar servicios móviles 4G.

Estrategias que pueden ser calificadas como de una enorme irresponsabilidad por su impacto en la rentabilidad de la compañía, o de gran astucia por invertir en 2 estándares en plena masificación, cuyo servicio brinda un mayor valor agregado a los clientes gracias a más altas velocidades de carga y descarga, así como una menor latencia.

En referencia al proyecto de fibra óptica, Víctor Rivera, consultor financiero y columnista de la revista Dinero, escribió en agosto del año pasado que “estas inversiones representaron el 57% de los ingresos, siendo este nivel 2 veces mayor al estándar de prudencia que usaban empresas de telecomunicaciones internacionales”.

Los proyectos emprendidos llevaron a gastos que en 2015 alcanzaron $1,9 billones cuando los ingresos apenas llegaron a $1,46 billones. Por lo que en ETB debieron verse ante la situación de elegir uno solo entre los 2 enormes planes que pretendieron encarar al mismo tiempo.

Así que siguieron adelante con la fibra óptica, piedra angular de su operación, que les permitía además ingresar en el negocio de televisión por suscripción, y bajaron el ímpetu en el negocio móvil, que, valga decirlo, es totalmente distinto al fijo. Parece que la administración creyó (erróneamente) que por ser un empresa de telecomunicaciones podía acceder al competidísimo mercado celular y hacerse un espacio en él.

La ETB ajustó 3 años consecutivos registrando pérdidas en sus libros, hasta que en 2018 logró salir de la crisis, a raíz de una política de austeridad, eficiencia en la operación y mejoras en atención a los clientes, llevada a cabo por la gerencia de Jorge Castellanos (2016-2020).

Pero el año pasado volvieron las pérdidas en sus estados financieros. Los ingresos durante el último período reportado a la Superfinanciera fueron $1,33 billones, -6,9% con respecto a un año atrás. Y la utilidad neta registró pérdidas por $38.337 millones en 2020, mientras que en 2019 las utilidades fueron $78.984 millones.

Sin grandes cambios realizados por la nueva gerencia durante el año pasado, el resultado negativo puede atribuirse al impacto de la pandemia en el negocio y a la modificación en los hábitos de las personas, particularmente en cuanto al consumo de televisión.

La primera compañía de teléfonos que se fundó en el país hoy crece tímidamente en número de clientes en banda ancha fija, televisión y telefonía fija, y en servicios móviles decrece. No hay otra alternativa para ETB que hacerse eficiente en 4G y que les produzca dividendos a los bogotanos, porque de lo contrario no sirve. Es la lógica de los negocios.

La ETB nació como la ‘Compañía Colombiana de Teléfonos’ en 1889 y cambió de manos 2 veces hasta que en 1940 fue comprada por la ciudad en 2,5 millones de dólares. En sus 137 años de historia ha sobrevivido a la apatía del Estado, que por más de 70 años se enfocó en los telégrafos; a un incendio que destruyó todas sus 500 líneas telefónicas en 1900; la Guerra de los Mil Días y a la prohibición del gobierno de usar teléfonos durante los años que duró, y a El Bogotazo, cuando la turba intentó destruir sus oficinas y redes. Además, transitó la nacionalización de las telecomunicaciones en los 40 y su apertura en los 90 del siglo pasado, y logró salir a flote tras la llegada de la telefonía celular e Internet. Pero su reto más difícil ha sido, y es, resistir a los bandazos políticos de las distintas administraciones de la capital del país.

Foto principal: Miguel Á. Padriñán (vía Pexels).

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Felipe Castro Cervantes

Periodista especializado en TIC y telecomunicaciones, con maestría en Gestión de Servicios Tecnológicos y de Telecomunicaciones de la Universidad de San Andrés, en Argentina. Asesor de prensa y comunicaciones de la Secretaría de Economía del Conocimiento, del Ministerio de Economía de Argentina.

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