Pensar en las oportunidades que la inserción de tecnología genera en el sector agrícola, abre un panorama agridulce. Por un lado, se conocen ejemplos en Colombia, como la implementación de agricultura de precisión en cafetales, o la innovación de Juan Valdez con Blockchain; la inversión de 600 millones de pesos en agricultura digital por parte de Riopaila Castilla; o el uso de drones se ha extendido en cultivos como el banano, con empresas como Agroview Colombia liderando el camino en el monitoreo de plantaciones y la detección temprana de enfermedades.
En el sector de frutas, compañías como Wiga han desarrollado soluciones de Internet de las Cosas para monitorear el estado de salud de cultivos como la palma de aceite, brindando datos precisos a los agricultores para una toma de decisiones más informada. Además, la Inteligencia Artificial está siendo aplicada por empresas como Agrotools para analizar grandes volúmenes de datos y predecir patrones climáticos, ayudando a los agricultores a planificar sus cultivos de manera más eficiente.
Por otro lado, en la mayoría de los casos estos avances agricultura 4.0, agrotech o agrotecnología, agricultura digital –y demás etiquetas–, son implementaciones de grandes empresas del sector agrícola. ¿Qué pasa con la implementación de tecnología desde los pequeños productores agrícolas?
Retos en la adopción tecnológica en el agro: Brecha Digital y desigualdades
En Colombia, según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, únicamente el 10 % de las fincas usan tecnología avanzada para monitorear cultivos, aplicar fertilizantes y pesticidas de manera precisa, y optimizar la irrigación.
Si bien Colombia tiene un enorme potencial agrícola, según la Agencia de Desarrollo Rural, el país sigue teniendo desafíos en cuanto a rendimiento y prosperidad, especialmente en el segmento de los pequeños productores agrícolas. Además, según el informe ‘Digitalización y cambio tecnológico en las mipymes agrícolas y agroindustriales en América Latina’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), tan solo el 4 % de las empresas del sector agropecuario consideran que cuentan con una estrategia digital, lo que resulta en un escenario preocupante en el panorama actual.
De acuerdo con el estudio ‘Construyendo un escenario habilitador para la tecnología en la agricultura (AgroTech): Una oportunidad para Colombia‘, de Rodríguez Azuero, el agro colombiano enfrenta varios retos importantes, entre los que destacan la alta informalidad laboral, que alcanza el 87.6 % en actividades agrícolas y ganaderas, y la baja productividad, con una tasa de crecimiento agropecuario del 1.8 %, una de las más bajas de América Latina. Además, solo el 28.8 % de la población rural tiene acceso a Internet, lo que agrava la brecha digital en las zonas rurales, limitando la adopción tecnológica, que actualmente solo llega al 31 % del sector. La inversión pública en investigación y desarrollo en agro es insuficiente, con un 0.3 % del PIB, por debajo del promedio regional.
A pesar de estos desafíos, existen oportunidades para mejorar. La digitalización y la inversión en tecnología podrían impulsar la productividad del sector, mientras que el fortalecimiento de la infraestructura digital en áreas rurales cerraría la brecha tecnológica, facilitando el acceso a mercados y el uso de herramientas modernas.Aumentar la inversión pública en innovación agropecuaria es crucial para fomentar la sostenibilidad y competitividad a largo plazo.
Las empresas agrícolas, grandes o pequeñas, deben manejar una serie de variables complejas como la estacionalidad, la gestión de recursos naturales limitados, la optimización de los costos, y la dependencia de factores externos como el clima y las fluctuaciones del mercado.
¿Dónde enfocarse para potenciar la agrotecnología?
En 2020, Google encargó a la consultora AlphaBeta un estudio para analizar cómo las economías emergentes, incluidos los ‘Velocistas Digitales’ como Colombia, podrían aprovechar las tecnologías digitales para su desarrollo económico. El informe reveló que la implementación de políticas públicas digitales en sectores clave, como la industria y la agricultura, podría generar hasta 114 mil millones de dólares adicionales al PIB de Colombia para 2030. El 47 % de este impacto provendría de dichos sectores.
El estudio sugiere que las políticas públicas enfocadas en capital físico, humano, tecnología y competitividad son esenciales para promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, incentivando la inversión en el agro, mejorando las condiciones de los campesinos y fomentando la inclusión financiera. Esto podría transformar a Colombia en una “despensa del mundo“.
Las políticas públicas propuestas por Google y AlphaBeta para transformar digitalmente el agro colombiano se agrupan en cuatro categorías principales. Aquí te presento un resumen de cada una de ellas con enfoque en el sector agropecuario:
1. Capital físico
- Acceso a Internet: La conectividad en zonas rurales es crucial para la digitalización del agro, pero sigue siendo un reto debido a la baja densidad de usuarios, lo que hace costosa la infraestructura.
- Contenidos para la transformación digital: No basta con la conectividad; se necesitan contenidos educativos y herramientas especializadas que permitan una digitalización efectiva en el agro.
- Asequibilidad de dispositivos: Acceder a dispositivos digitales y servicios de Internet debe ser asequible, lo cual puede ser facilitado a través de políticas fiscales y de competencia en el mercado de dispositivos.
2. Capital humano
- Desarrollo de habilidades digitales: Es esencial que los trabajadores del campo adquieran habilidades tecnológicas para usar herramientas digitales que aumenten la productividad y eficiencia.
- Fomento del emprendimiento y asociatividad: La formalización de negocios agrícolas es clave para facilitar el acceso a tecnología, mejorar la gestión y promover un agro más rentable y sostenible.
- Reducción de la discriminación: En zonas rurales, las brechas de género son más pronunciadas. La inclusión de las mujeres en el ámbito productivo del agro es crucial para dinamizar el sector.
3. Tecnología
- Promoción de Inteligencia Artificial (IA): Fomentar el desarrollo y adopción de IA para mejorar la gestión agrícola, a través de programas piloto, investigación y políticas públicas.
- Innovación en el uso de datos: Los datos deben ser gestionados adecuadamente para crear conocimiento útil en el agro, garantizando la privacidad y seguridad, promoviendo plataformas para el intercambio seguro de información.
4. Competitividad
- Políticas de competencia equilibradas: Fomentar un mercado competitivo donde agricultores puedan acceder a diversas plataformas y proveedores, facilitando la compra y venta de productos agrícolas.
- Economía de plataformas: Las plataformas digitales son una oportunidad para mejorar la eficiencia en la cadena productiva del agro al conectar mejor la oferta y demanda de productos y servicios.
Estas políticas son fundamentales para que el agro colombiano aproveche las tecnologías digitales y logre un crecimiento económico sostenible.
Aplicación de tecnologías: Un futuro prometedor
La agricultura está experimentando una revolución digital gracias a la integración de tecnologías avanzadas. La Inteligencia Artificial (IA), incluyendo la IA generativa, permite analizar vastos conjuntos de datos para optimizar procesos como la siembra, el riego y la fertilización. El Internet de las Cosas (IoT) conecta sensores y dispositivos en tiempo real, permitiendo un monitoreo constante de las condiciones del cultivo y la detección temprana de problemas. El 5G facilita la transmisión de grandes cantidades de datos a alta velocidad, lo que es fundamental para el funcionamiento de estas tecnologías. El análisis de datos y el machine learning permiten identificar patrones y tendencias, optimizando la toma de decisiones y mejorando la eficiencia.
Los drones equipados con cámaras y sensores proporcionan imágenes aéreas de alta resolución para monitorear los cultivos y detectar plagas o enfermedades. Además, la adopción de fuentes de energía limpia como la solar y la eólica contribuye a una agricultura más sostenible y reduce la dependencia de combustibles fósiles. En conjunto, estas tecnologías están impulsando una agricultura de precisión que maximiza la producción, minimiza el impacto ambiental y garantiza la seguridad alimentaria.
Entendiendo que el sector agrícola reúne una compleja cadena de suministros que abarca desde la gestión de insumos como semillas, fertilizantes y maquinaria, hasta la distribución final de los productos, un ERP permite tener un control centralizado sobre estos recursos, optimizando la asignación y reduciendo los costos asociados. Entre los beneficios de implementar un ERP se encuentra también evitar pérdidas por exceso o escasez gracias a herramientas de predicción de demanda, el manejo eficiente de los inventarios por medio de la gestión en tiempo real, la automatización de procesos administrativos como la facturación, el manejo de nómina y la contabilidad, que contribuye no solo a la eficiencia sino al control financiero interno.
Maria Victoria Delgado, gerente de Defontana, asegura que “la implementación de un ERP como el de Defontana no solo transforma la forma en que las empresas agrícolas gestionan sus operaciones, sino que también las prepara para enfrentar los desafíos futuros del sector”, y añadió que “esta transformación va mucho más allá de la simple automatización de procesos; implica una reingeniería completa en la forma de tomar decisiones, optimizar recursos y adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado y del entorno global”.
Iniciativas para impulsar la implementación de tecnología en el agro Colombiano
De parte del Gobierno Nacional existen líneas estratégicas que promueven la revolución tecnológica en el agro colombiano de diferentes maneras. Por un lado, en 2024 el Ministerio TIC anunció que Colombia avanza en la construcción de data centers para fortalecer la infraestructura tecnológica y promover el uso de Inteligencia Artificial (IA) en sectores clave como la agricultura. Estos centros permitirán optimizar procesos, mejorar la productividad y fomentar la Transformación Digital en el campo, al tiempo que se consolidan como motores de crecimiento económico regional. Además, el Ministerio TIC implementa estrategias de investigación y desarrollo para aplicar IA en el agro, generando nuevas startups y patentes que impulsarán la innovación tecnológica en este sector.
La creación de estos data centers también busca posicionar al país como un referente regional en la nube y el manejo de grandes volúmenes de datos, beneficiando a la agricultura mediante el análisis avanzado de datos y la digitalización de procesos. El gobierno se compromete a formar talento en tecnología, impulsando la competitividad y el desarrollo rural, con la esperanza de que estas iniciativas potencien la productividad agrícola y eleven la calidad de vida en las zonas rurales.
Desde su gestión, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural ha venido implementando de manera progresiva su Plan Estratégico de Tecnologías de la Información (PETI), con el objetivo de modernizar y optimizar los procesos agrícolas a través de la tecnología.
Entre sus objetivos específicos se destacan: la identificación del estado actual en materia de TI del Ministerio, la formulación de un portafolio de programas y proyectos para cerrar brechas tecnológicas, y la implementación de esta estrategia en consonancia con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 y la Política de Gobierno Digital. Este plan contribuye a la transformación digital del agro, facilitando la modernización de los procesos agrícolas y la gestión territorial con enfoque sostenible, centrado en la protección de recursos como el agua y en garantizar el derecho a la alimentación.
Aunque no existe un informe público que detalle todos los avances de manera puntual y actualizada, hay ejes centrales a tener en cuenta como:
- Digitalización de procesos: Se espera que muchos de los procesos internos del Ministerio estén cada vez más digitalizados, facilitando la gestión de información, la toma de decisiones y la interacción con los ciudadanos y agricultores.
- Implementación de plataformas digitales: Es probable que se hayan desarrollado o mejorado plataformas digitales para la gestión de trámites, la consulta de información y la interacción con los productores.
- Uso de datos para la toma de decisiones: El Ministerio debe estar utilizando los datos recopilados para generar análisis y reportes que permitan tomar decisiones más informadas en materia de políticas agrícolas.
- Fomento de la agricultura de precisión: Se espera que el PETI haya impulsado el uso de tecnologías como sensores, drones y análisis de datos en las fincas, para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la producción.
- Conectividad en zonas rurales: El Ministerio probablemente haya trabajado en proyectos para mejorar la conectividad a internet en zonas rurales, facilitando el acceso a información y servicios digitales para los agricultores.
Otros jugadores clave
Adicionalmente, la Corporación colombiana de investigación agropecuaria, Agrosavia, juega un papel fundamental en el desarrollo del sector agrícola colombiano. A través de sus investigaciones y proyectos, esta entidad busca generar conocimiento científico y tecnologías innovadoras para mejorar la productividad, la sostenibilidad y la competitividad del sector. Además, la corporación lanza periódicamente convocatorias para financiar proyectos de investigación en áreas estratégicas como la agricultura de precisión, la bioeconomía y la adaptación al cambio climático. Un ejemplo de estas convocatorias son las que se enfocan en la búsqueda de soluciones para la producción sostenible de alimentos y la conservación de los recursos naturales.
Poniendo la lupa regional, es necesario promover acciones alineadas desde las gobernaciones y alcaldías. Recientemente la Gobernación de Cundinamarca, celebró un convenio de $10.000 millones entre la Secretaría de Agricultura y Finagro que permitirá a más de 6.000 pequeños y mediados productores acceder a créditos con intereses bajos para mejorar sus proyectos productivos. Este convenio incluye incentivos como el ICR, que subsidia inversiones productivas, y el ISACUN, que protege a los productores con seguros agropecuarios. Además, se ofrecerá formación en manejo de crédito y gestión de riesgos, lo que contribuye a mejorar la productividad y sostenibilidad del agro en la región.
Por otro lado, las mismas empresas de tecnología desarrollan proyectos y alianzas para avanzar en estas implementaciones, como es el caso de Siemens, que promueve la agricultura vertical; o el de Unergy y las granjas solares en el departamento del Cesar. La academia hace lo propio desde su alcance, como el reciente caso de ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, quienes desarrollaron un modelo con el uso de drones para identificar cultivos que sería una estrategia de agricultura inteligente para potenciar con innovación el campo colombiano.
Adicionalmente, existen organizaciones como Fontagro, que es un mecanismo único de cofinanciamiento sostenible para el desarrollo de tecnología agropecuaria en América Latina, el Caribe y España, desde donde se generan convocatorias enfocadas en este eje; o el caso del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que se enfoca en reducir la pobreza rural y aumentar la seguridad alimentaria, apoyando proyectos que fortalecen las capacidades de los pequeños productores y promueven el uso de tecnologías apropiadas.
El potencial es significativo en la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías para impulsar la sostenibilidad y competitividad del agro en Colombia. Las políticas públicas, la inversión en infraestructura digital y la capacitación de los agricultores serán claves para cerrar estas brechas y maximizar el impacto de la transformación digital en el campo.