Hacer muchas más transacciones en línea, comprar acciones, invertir en fondos de inversión colectiva y ser partícipes en plataformas crowdfunding fueron algunos de los avances que tuvo la banca digital en Colombia en 2019. De a poco los colombianos, en especial el pequeño inversionista, entendemos que las oficinas bancarias están en los teléfonos móviles.
Filas de personas llenando formularios ‘eternos’ para comprar acciones de empresas como Ecopetrol o ISA; promotores comerciales que pedían documentos de identidad, huella digital, firma y demás requisitos; estudios de documentación que podían durar horas e incluso días, y empresas que se encargaban de la administración y transaccionalidad de esas acciones. Esas imágenes de hace 15 años han quedado definitivamente en el olvido este año, gracias –entre otras cosas– a los smartphones y los avances de la banca móvil.
La manera de invertir está cambiando a la velocidad en que la población lo hace. Hoy, 29 millones de personas en el país usan Internet y el celular es el dispositivo preferido para navegar (cerca de 24,9 millones de personas se conectan desde ahí), según un estudio del BBVA Research. Solo durante el primer semestre de 2019, los usuarios de banca móvil realizaron más de 1.667 millones de transacciones (monetarias y no monetarias) por un monto total superior a los $41.000 millones, según cifras de la Superintendencia Financiera de Colombia. Esto es más del doble de las más de 675 millones que se realizaron durante el mismo periodo de 2018.
Smartphones, el epicentro de las transacciones
En general, la banca digital sigue en ascenso: hoy 3,5 millones de usuarios hacen sus operaciones de esta manera, aunque todavía el uso de dinero efectivo reina en economías como la colombiana y la aceptabilidad de medios de pago electrónicos no es tan amplia. Pero, en medio de este universo, el teléfono celular se sienta cómodo en el trono de los dispositivos más empleados por los usuarios para hacer sus transacciones: mientras que en el segundo semestre de 2015 el número de ellas apenas representaba el 3% del total, en los primeros 6 meses de 2019 llegaron al 42,2%, lo que las pone lejos en el primer lugar, seguidas por las que se realizan por Internet (21,6%) y en cajeros automáticos (11,4%), señala la Superfinanciera.
El panorama hace menos de 5 años era otro: ir al banco, hacer fila o llamar a una comisionista de bolsa y preguntarle al asesor eran la mejor manera de invertir pequeñas cuantías de dinero. Hoy, a pesar de la lentitud en los procesos de implementación y de que incluso la regulación no siempre va al mismo ritmo de los nuevos hábitos del consumidor, el pequeño inversionista puede tener un acercamiento real con el mercado de valores gracias a la tecnología.
¿Cómo? Gracias a alternativas como los Fondos de Inversión Colectiva (FIC), que son productos de diferentes formas y rentabilidades, ajustados al perfil de riesgo de la persona, siempre administrados por un gestor profesional y que permiten a cualquier colombiano ser partícipe en el mercado de valores, sin necesidad de tener una gran chequera.
Alternativas para el pequeño inversionista
Según la Asociación de Fiduciarias (Asofiduciarias), solo en este sector se calcula un crecimiento superior al 28% en clientes durante los últimos tres años; es decir, más de 330.000 personas naturales nuevas han accedido a un Fondo de Inversión Colectiva de sociedades fiduciarias, que hoy administran la mayor parte de estos fondos y que, en algunos casos, están integrados a las aplicaciones móviles de los bancos. En este negocio también sobresalen las comisionistas de bolsa bancarizadas y las independientes, que también se han hecho notar con apps orientadas al inversionista del común.
Es el caso de Tpaga, una billetera virtual que hizo parte de la arena de la Superintendencia Financiera de Colombia y que en alianza con la comisionista de bolsa Acciones & Valores permite que una persona natural pueda invertir desde $1.000 en un fondo de inversión, además de gastar en más de 8.500 establecimientos comerciales. Si bien se trata de una solución inclusiva, la mejor preparación de los clientes permite un acercamiento con mayor confianza. Hoy Tpaga tiene más de 100.000 usuarios y en el fondo hay más de 15.000 personas activas que invierten desde un app en un portafolio denominado Accival Vista, para inversionistas más conservadores.
Credicorp Capital también ha hecho lo propio para atender a los usuarios que creen que no tienen suficiente dinero para invertir o que piensan que hacerlo es muy complicado. En dos meses desde su lanzamiento, su aplicación Tyba ha generado cerca de 50.000 descargas y 18.000 usuarios, con inversiones que arrancan desde los $100.000.
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“Esperamos llegar a las 100.000 personas en Colombia a finales de 2020 y tener la plataforma en Chile y Perú en los próximos tres años”, comenta Valdemaro Mendoza, CEO de Tyba.
Otra app famosa en el mundo inversionista es Ualet, por tener una vinculación 100% digital. Permite hacer inversiones desde $10.000 en adelante, sin que la persona tenga que ser experta.
“Buscamos enseñarles a las personas que con un portafolio diversificado, con los mejores administradores y activos diferentes, cualquier persona puede invertir, ver cómo le va, ver que al día siguiente su saldo va cambiando y entender cómo es la relación entre el movimiento de los mercados financieros y su portafolio”, explica Felipe Gaviria, COO de Ualet (antes comisionista Afin).
Financiación colectiva para los proyectos
El crowfunding también es protagonista en esta democratización de las inversiones. Hace unos días, la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) lanzó su plataforma digital a2censo, que permite que cerca de 2 millones de pequeñas y medianas compañías encuentren financiación para sus proyectos.
“Buscamos que, de manera muy fácil, un colombiano pueda con sólo $200.000 apoyar emprendimientos innovadores, seriamente constituidos y con un enorme potencial, obteniendo un retorno de interés. Esto desde un solo lugar, a través de Internet y sin papeleo”, dice el presidente de la BVC, Juan Pablo Córdoba.
En plata blanca, esta plataforma permite hacer una especie de ‘vaca digital’, para que a través del ahorro colectivo se logre un fin común con un retorno financiero atractivo.
Los bancos y sociedades fiduciarias también han estado muy atentos y activos en esta transformación digital y lo que resulta claro para todas las entidades es que este revolcón tecnológico no pretende ser un sustituto de entidades, sino mejorar la experiencia y el acceso de cualquier persona a los servicios financieros.
[su_note note_color=”#FCF3CF” radius=”5″]Este contenido fue desarrollado con apoyo de BBVA, que no ha influido en el enfoque editorial. Entre BBVA e Impacto TIC existen acuerdos comerciales a efectos de comunicar información factual y objetiva enfocada en educación financiera.[/su_note]
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Imagen principal: M. B. M. en Unsplash.