El despliegue de la tecnología 5G en América Latina ha traído consigo grandes expectativas, pero también desafíos significativos para los actores del sector de telecomunicaciones. Durante una entrevista con Angélica D’Haro, gerente de desarrollo de negocios de OSC Top Solutions, se exploraron algunos de los retos y oportunidades que la implementación de esta tecnología presenta para la región y, particularmente, para Colombia. A continuación, destacamos los puntos más relevantes de su análisis sobre la evolución y el impacto de 5G.
Los desafíos técnicos y humanos en el despliegue de 5G en América Latina
Uno de los principales retos que Angélica D’Haro menciona es la necesidad constante de formación técnica especializada. “Primero es tener a la gente que esté preparada para entender la tecnología e instalarla. Entonces toca todo el tiempo estar capacitando personal para esto”, subraya. El despliegue de redes 5G en América Latina implica un proceso continuo de adaptación y actualización, no solo a nivel de infraestructura tecnológica, sino también en términos del capital humano que participa en su desarrollo.
D’Haro señala que la experiencia de OSC en el despliegue de redes 5G en países como Chile ha sido crucial para enfrentar los desafíos que esta tecnología plantea. En este sentido, comenta: “Nosotros trabajamos todo el despliegue de red 5G, la primera que se instaló en Chile […] estuvimos trabajando más o menos en el 2021 con Nokia y logramos estar durante todo el 2022”. Sin embargo, este proceso también implicó la movilización de personal capacitado desde otros países, como Ecuador, Perú y Colombia, lo que evidenció la importancia de contar con un equipo humano preparado y dispuesto a adaptarse rápidamente a las exigencias del mercado.
Las barreras regulatorias y financieras
Además de los retos técnicos y de formación, existen limitantes regulatorias que han ralentizado el despliegue de 5G en Colombia. Angélica explica que, a diferencia de otros países de la región como Chile, en Colombia no existe una separación clara entre las licencias para servicios dirigidos al consumidor (B2C) y las soluciones para empresas (B2B). “Los operadores tienen todo el manejo de estas soluciones, y a nosotros como integradores nos toca entrar a jugar como parte de esta cadena o de este ecosistema”, señala. Esta falta de separación en la regulación ha limitado la capacidad de empresas integradoras como OSC para ofrecer soluciones más específicas y efectivas a sectores productivos.
Desde una perspectiva financiera, el despliegue de 5G también representa un reto considerable. La inversión necesaria para desarrollar y mantener redes de esta magnitud es enorme. “Estamos hablando de más de 300 mil millones de dólares de aquí al 2027 en inversiones de equipamiento para el crecimiento de las redes en el mundo”, menciona D’Haro. Para empresas de telecomunicaciones en América Latina, donde los márgenes financieros son más ajustados, estas inversiones suponen un reto que solo puede enfrentarse mediante la creación de alianzas y la diversificación de las fuentes de ingresos.
Oportunidades para 5G en sectores clave
Pese a los desafíos, las oportunidades que ofrece 5G son inmensas, especialmente en sectores como la medicina, la educación y el entretenimiento. Angélica destaca la mejora en la latencia, o el tiempo de respuesta de las redes, como uno de los aspectos más importantes que transformará sectores críticos. “Vamos a tener una latencia, que es tiempo de respuesta más rápido, en sectores como el de la medicina, donde 45 milisegundos pueden incluso significar la vida”, comenta. Esta capacidad permitirá que operaciones quirúrgicas a distancia, telemedicina y otros servicios de salud avanzados puedan desarrollarse de manera eficiente, no solo en las grandes ciudades, sino en áreas rurales que históricamente han sido desatendidas.
El potencial de 5G no solo se limita a la mejora de servicios ya existentes, sino que también abre la puerta a nuevas aplicaciones. En el campo del entretenimiento, el tráfico de video ha sido uno de los principales impulsores del crecimiento en telecomunicaciones. “Esperamos que se triplique para el 2027”, dice D’Haro. Esto incluye tanto el consumo de video en streaming como el auge de los videojuegos en línea, que requieren de conexiones estables y rápidas.
El desafío de la conectividad rural
Un tema clave en la entrevista es la conectividad en las zonas rurales, una prioridad para la región. Aunque Colombia ha avanzado en la ampliación de la cobertura 4G, la llegada de 5G representa una oportunidad para mejorar significativamente la calidad de los servicios en áreas remotas. D’Haro reconoce que las empresas integradoras como OSC deben trabajar en conjunto con los operadores para cumplir con las obligaciones impuestas por el Gobierno en términos de despliegue rural. “Nosotros participamos en esas mediciones, OSC también está siendo parte del rollout, de todo el tema de redes rurales”, explica.
La conectividad en las zonas rurales no solo permitirá mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino que también facilitará el acceso a servicios esenciales como la telemedicina y la educación a distancia. Sin embargo, D’Haro también resalta que estos proyectos requieren una planificación cuidadosa y alianzas estratégicas para garantizar su viabilidad económica y técnica.
Un futuro prometedor con 5G
A pesar de los desafíos regulatorios, financieros y técnicos, Angélica D’Haro ve con optimismo el futuro del 5G en América Latina. “El universo de oportunidades en conectividad digital es muy amplio, y esto genera un escenario de diversas oportunidades para las empresas que participan en el sector”, señala. La expansión de 5G en América Latina no solo transformará los sectores de salud, educación y entretenimiento, sino que también será clave para el desarrollo de la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas (IoT) y las redes privadas.
El camino hacia una conectividad eficiente y accesible para todos es largo, pero la colaboración entre operadores, empresas integradoras y actores gubernamentales será esencial para crear un ecosistema que permita aprovechar al máximo las ventajas de 5G. Como concluye D’Haro, “tenemos que crear un ecosistema de aliados donde podamos participar todos y podamos aportarle al sector B2B, que es muy importante. Hay demasiado por hacer”.
El reto ahora es convertir estas oportunidades en realidades que beneficien a millones de usuarios, no solo en las grandes urbes, sino también en las regiones más apartadas de Colombia y América Latina.
En esa tarea los integradores asumen un rol destacado, ya que no se trata de un segmento exclusivo de operadores. En el caso de OSC, ha demostrado su capacidad para adaptarse a diversas condiciones y desafíos en Latinoamérica. Angélica comenta que la empresa ha sido clave en la modernización de redes en varios países, a pesar de las barreras culturales y logísticas que enfrentan en cada nuevo mercado. Entre los logros más destacados, menciona el despliegue de una red 5G en Chile, así como la creación de una red interoceánica para Bolivia. Estos proyectos no solo permiten conectar a comunidades rurales, sino que también mejoran la infraestructura tecnológica en regiones clave para el desarrollo económico de América Latina.
Otro caso de éxito mencionado es la colaboración de OSC en el Canal de Panamá, donde instalaron una red IP que optimiza las conexiones de internet en una de las infraestructuras más importantes de la región. Este proyecto es un motivo de gran orgullo para la empresa, ya que trabajar con una entidad tan representativa como el Canal de Panamá les ha permitido consolidar su reputación como un integrador de tecnología competente. Angélica también destaca el proyecto ‘Internet para Todos’ en Perú, como un ejemplo, no solo para ofrecer soluciones tecnológicas de vanguardia, sino también generar un impacto social positivo, conectando áreas rurales que antes no tenían acceso a internet.
Estas son solo algunas iniciativas que permiten proyectar cómo el despliegue de 5G en América Latina transforma la vida de las personas en esas comunidades, y a su vez se convierten en aliciente para abrir la puerta a nuevas oportunidades de desarrollo económico y social.
