Hace apenas un par de semanas Europa se quedó sin direcciones IP. ¿Recuerdan que en Impacto TIC se lo contamos? Mientras tanto, en América Latina queda poco más de 1 millón de direcciones IP, según la Casa de Internet de Latinoamérica y el Caribe (cabe mencionar que este millón está compuesto por direcciones que la misma organización ha recuperado para poder volver a asignarlas a entidades que así lo requieran). Y en Colombia, el plazo para que las entidades públicas se preparen para IPv6 está próximo a cumplirse.
La noticia no es nueva: desde hace más de 2 décadas, la industria sabía bien que la rápida expansión del Internet llevaría a que las direcciones IP se agotaran. De hecho, en 2011, la organización Iana –Internet Assigned Numbers Authority– anunció que se había quedado sin direcciones IP, y que desde ese momento la responsabilidad de asignar las direcciones quedaba en manos de las organizaciones regionales encargadas de hacerlo.
Estas situaciones impulsaron la creación de lo que se conoce como la versión 6 del Protocolo IP: IPv6.
Un poco de historia de Internet
Empecemos por el principio. La sigla IP significa Internet Protocol, en inglés –o Protocolo de Internet, en español–, y hace referencia al las normas técnicas que regulan el transporte de datos desde un punto a otro de la red mundial de computadores. Todos nuestros dispositivos conectados a la red (computadores, celulares, tabletas), los sitios web que visitamos, los centros de datos… todos tienen asignadas una o varias direcciones IP (es decir, basadas en el Protocolo de Internet).
Una dirección IP es muy parecida a una dirección en el mundo real. Para poder llegar a un lugar específico necesitamos saber la dirección exacta. De la misma forma, para que los datos que se transmiten en Internet lleguen hasta nuestros dispositivos, debemos tener una dirección única dentro de la red mundial.
Actualmente, el protocolo que manejamos se encuentra en la versión 4, conocido más comúnmente como IPv4. Esta versión está en funcionamiento desde el año 1983, aunque su desarrollo se remonta incluso a 1981. Además de mejoras en cuanto a la eficiencia en la transmisión de datos, la capacidad de asignación del nuevo protocolo también fue un motivo para celebrar.
El problema es que la rápida expansión de los dispositivos conectados a Internet ha acelerado el agotamiento de estas direcciones. El IPv4 tiene la capacidad de asignar 2^32 direcciones. Este número equivale a un poco menos de 4.300 millones de direcciones repartidas en el planeta.
Según las Naciones Unidas, la población del mundo está cerca a los los 7.700 millones de personas. Y es aquí donde empezamos a ver los problemas. Primero que todo, IPv4 no cuenta con suficientes direcciones para todas las personas del mundo. En segundo lugar, muchos de nosotros usamos más de una dirección IP: nuestro computador personal, nuestro teléfono, dispositivos como lectores electrónicos e incluso parlantes inteligentes como Alexa y Google Home; todos ellos tienen direcciones únicas.
[su_box title=”Para tener en cuenta” style=”default” box_color=”#EC7063″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]
Es posible que si usted revisa la dirección IP del computador de su vecino encuentre que es igual a la suya. Lo que sucede en este caso es que dicha dirección está asignada por el enrutador (el dispositivo que le da su proveedor de acceso a Internet para conectarse a la red). Haga de cuenta que es como si en su conjunto residencial hay 6 bloques y en cada uno de ellos hay un apartamento 504: son apartamentos (direcciones IP) con el mismo número, pero no se confunden porque cada uno está en un bloque (el enrutador) diferente.
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¿Qué ofrece de diferente IPv6?
De entrada, la versión 6 de IP ofrece la posibilidad de tener muchas más direcciones únicas. A diferencia del 2^32 que ofrece IPv4, IPv6 tiene capacidad para 2^128 direcciones. Esto se traduce a 340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456 de direcciones únicas. Difícil de leer, ¿cierto? Digamos que son 340 sextillones o 340 billones de billones de billones de ellas… O 340 millones de millones… (dígalo 6 veces).
En palabras de la Internet Society, tal número es ¡más de 100 veces mayor a todos los átomos en la superficie del Planeta Tierra! Esto significa que podremos conectar muchos miles de millones de dispositivos adicionales a Internet. En nuestra época, con la popularidad del Internet de las Cosas y las nuevas conexiones 5G, esta capacidad de direcciones se vuelve más importante que nunca
Por si fuera poco, IPv6 también introduce mejoras en cuanto a la velocidad de la red, y cuenta con parámetros muy optimizados en comparación con IPv4. Mientras que una dirección IP versión 4 luce así: 192.168.1.1, una dirección IPv6 luce así: 2001:0db8:85a3:0000:0000:8a2e:0370:7334.
¿Por qué, entonces, no hemos adoptado el nuevo protocolo? En una sola palabra: compatibilidad. Por razones relacionadas con el mundo de la ingeniería, IPv6 e IPv4 no son compatibles entre sí. En la actualidad, las pocas implementaciones que existen de la versión 6 ocurren en paralelo con las versión 4.
Pese a que la mayoría de sistemas operativos, tales como Windows, Linux, macOS, iOS y Android son capaces de leer direcciones IPv6, el problema reside en nuestra infraestructura. No solo debemos tener hardware (como enrutadores y módem) que sean compatibles con IPv6, sino que además nuestros proveedores de Internet (Claro, Movistar, ETB, etc.) deben actualizar sus sistemas para poder asignar direcciones IPv6 a los usuarios.
En otras palabras, es una transición bastante costosa y requiere de mucho esfuerzo activo por parte de todas las entidades para que sea exitosa. En el peor de los casos, una transición mal implementada puede significar miles de sitios web ‘muertos’ y problemas de conectividad para nosotros los usuarios. Usted puede probar su compatibilidad con IPv6 en esta página, así como en el sito oficial que ofrece Google.
Por ahora, usted no debe preocuparse por problemas de compatibilidad, ya que todavía el 99% del tráfico nacional se mueve en IPv4. Sin embargo, cuando los proveedores de Internet hagan la migración completa, seguramente va a tener que renovar su módem de Internet por uno que sea compatible. Más allá de este cambio, en la práctica los usuarios finales no deberíamos notar muchas diferencias adicionales.
[su_box title=”¿Para qué sirve conocer la dirección IP?” style=”default” box_color=”#EC7063″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]
Aunque la mayoría de los mortales tal vez nunca necesitemos conocer la dirección IP de nuestros dispositivos, para algunos usuarios avanzados puede ser útil en diferentes escenarios. Por ejemplo, pueden asignar IP fijas a los dispositivos conectados en casa para administrarlos más fácilmente. También es posible que el administrador de la red de su empresa necesite conocer la dirección IP del equipo con el que va a trabajar desde su casa, para identificarla como una dirección segura (nadie debería poder conectarse a la red desde una dirección IP no segura).
Para conocer la dirección IP de su dispositivo debe simplemente visitar este sitio.
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¿Cómo va la adopción en Colombia?
Aunque parece un esfuerzo gigantesco, lo cierto es que Colombia ha venido avanzado bastante en el tema de conectividad a IPv6. De hecho, el MinTIC ha fijado el 31 de diciembre de 2019 (es decir, en poco menos de dos semanas) como la fecha límite para que todas las entidades públicas ajusten sus infraestructuras para ser compatibles con IPv6.
Por si fuera poco, las entidades que no cumplan con el plazo se arriesgan tener sanciones. El mismo MinTIC ha abierto un micrositio dedicado a IPv6 lleno de información legal y práctica para todos los interesados.
De la misma forma, la Casa de Internet de Latinoamérica y el Caribe cuenta con documentos en donde se puede consultar quiénes ya han implementado IPv6, quiénes faltan y quiénes están en proceso de implementarlo. Según dichos documentos, en términos de proveedores de Internet, en Colombia solamente Claro Fijo y UNE EPM cuentan con infraestructura IPv6.
Aunque todavía a nivel mundial estamos muy lejos de poder hacer una implementación masiva, lo cierto es que eventualmente seremos forzados a cambiar a IPv6. El futuro de Internet no espera y más vale estar preparados como país para esta transición.
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Imagen principal: Leon Seibert en Unsplash.