Cepal definió las claves transformadoras en Tecnología, Innovación y Ciencia para América Latina y el Caribe

Publicado el 03 Feb 2022

América Latina en materia TIC png

En diciembre de 2021 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe –Cepal– y el gobierno de Argentina realizaron la tercera Conferencia de Ciencia, Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. En ella, delegados de toda la región analizaron el papel fundamental que cumplen las TIC en el desarrollo económico, productivo, social y ambiental en la pospandemia. La última reunión había tenido lugar en 2016, en Costa Rica, y con la llegada de la pandemia en 2020, los retos en acceso a la salud, cambio climático, igualdad de género y digitalización se agudizaron y tomaron mayor relevancia para la recuperación económica de la región.

Entre los temas centrales que se trataron estuvieron la implementación de un plan de autosuficiencia sanitaria, la digitalización y el avance de las inversiones verdes y azules. El evento lo abrió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, quien hizo énfasis en la relevancia de lograr una estrategia regional de ciencia y tecnología para poder avanzar.

Al cumplirse 2 años de la pandemia, para Bárcena este es un momento importante para que el sector tome medidas que permitan un cambio estructural. por lo que resaltó el rápido avance en la fabricación de las vacunas contra el Cóvid-19 y destacó la rapidez de los gobiernos de América Latina en sus planes de vacunación; pero también evidenció los rezagos de la región en políticas públicas, mayor inversión en investigación para ciencia, tecnología e innovación frente al resto del mundo.

La tercera conferencia de Ciencia, Innovación y Tecnologías de la información y las comunicaciones de la Cepal se llevo a cabo el 13 y 14 de diciembre de 2021 en Argentina. Foto: CEPAL

“La pandemia ha evidenciado graves asimetrías entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo, y esto se ha evidenciado claramente en el acceso a las vacunas, pero también en la concentración de la riqueza de ingresos de la economía digital y en las responsabilidades climáticas, porque nuestra región emite solo el 8,3 % de las emisiones globales, pero somos muy afectados por la crisis climática”, afirmó Bárcena durante la apertura de la conferencia. También hizo un llamado a los gobiernos a dejar de ver los proyectos de tecnología, innovación y ciencia como un caso aislado a las políticas nacionales en aspectos como: financiación, impacto socioeconómico y capacidades innovadoras nacionales y locales.

En los distintos paneles, en los que participaron delegados de diferentes países del continente, se reiteró la importancia que tienen las instituciones gubernamentales para promover políticas públicas que impulsen la ciencia, la tecnología y la innovación. Los delegados coincidieron en que se ha avanzado en la institucionalidad con la creación de ministerios específicos o instituciones especializadas en la materia, pero los resultados en CTI no tienen un papel activo en las políticas de desarrollo económico, productivo y social. Para ello, es fundamental que el sector tenga en cuenta aspectos como: la diáspora y circulación de talentos, la perspectiva de género, el rol de la ciencia y la tecnología en los sistemas de salud, la era digital en los nuevos modelos de negocio, las tecnologías espaciales y satelitales, entre otros.

Como resultado del encuentro se presentó el documento de posición ‘Innovación para el desarrollo: la clave para la recuperación transformadora en América Latina y el Caribe’ y se aprobó el programa bienal de actividades de cooperación regional e internacional en ciencia, innovación y tecnologías de la información y las comunicaciones 2022-2023, que propone una “labor conjunta para mejorar el posicionamiento de las políticas de ciencia, tecnología e innovación con miras a impulsar sectores dinamizadores que permitan sentar las bases para un desarrollo más sostenible e inclusivo de los países de la región”.

Panorama en Tecnología Innovación y Ciencia en América Latina y el Caribe

El informe de la Cepal fue el eje central del encuentro en Argentina, una radiografía de la situación actual y de lo que se debe hacer a futuro. Allí se evidencian los rezagos que tienen América Latina y el Caribe en el porcentaje de inversión en investigación y desarrollo (I+D), la débil participación de las empresas privadas en la investigación científica, las brechas en la conectividad –cerca de 42 millones de personas en América Latina no cuentan con acceso a Internet–, brechas entre las áreas rurales y urbanas, además de las brechas de género. El documento también dedica un capítulo a la importancia de integrar la ciencia y la innovación para dinamizar la industria de la salud y la implementación de una economía centrada en la sostenibilidad.

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Baja inversión en I+D

El porcentaje de inversión en I+D con respecto al PIB de América Latina y el Caribe sigue siendo muy bajo comparado con países como Estados Unidos, China y la Unión Europea. De acuerdo con el informe de la Cepal, en los últimos años la brecha se ha ido ensanchando cada vez más y mientras otros países han aumentado su gasto, el de la región ha disminuido del 0,65 % del PIB en 2013 al 0,56 % en 2019.

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Para entender ese descenso, se debe mirar la situación de cada país, dado que el crecimiento de inversión no ha sido proporcional en cada uno. Por ejemplo Brasil, Argentina y México, que representan el 83 % del gasto en la región, en el periodo entre 2013 a 2019, mostraron una tendencia de disminuir el gasto en I+D. Países como Colombia, Costa Rica y Chile lograron un avance paulatino del 20 % en el gasto, mientras Perú, Cuba y El Salvador duplicaron su inversión.

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“Entre 2003 y 2019, América Latina y el Caribe mantuvo la estructura de financiamiento y ejecución del gasto que la ha caracterizado en las últimas décadas. La mayor parte del financiamiento del gasto en I+D en los países de la región proviene del Estado. Dicho gasto es ejecutado principalmente por el sector académico, a diferencia de los países más desarrollados, donde son las empresas las principales entidades que financian y ejecutan el gasto”, afirma el informe.

El sector empresarial solo tiene el 30 % de participación en la ejecución del gasto en I+D en la región, comparado con países desarrollados donde la participación es del 65 % y 75 % del total. La amplía participación de las universidades en las actividades de I+D predomina en todos los países, especialmente en investigación básica. Sin embargo, las universidades en países como Estados Unidos y China se dedican especialmente a la investigación experimental.

Baja participación científica

En América Latina, el número de investigadores es muy bajo, medido sobre la base del equivalente a jornadas completas, llega a casi 386.000. Es decir, en promedio hay 1,21 investigadores por cada 1.000 personas de la población económicamente activa. Según la Red Iberoamericana e Interamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), en 2019, el 63,2 % de estos investigadores se desempeñaba en el mundo universitario; el 11,1 %, en el sector público, y el 25,1 %, en las empresas, tanto públicas como privadas. El único país que cuenta con 3 investigadores por cada 1.000 habitantes es Argentina.

De ese número de investigadores, se destaca la amplía participación de las mujeres, que representan el 46 %, una cifra mayor al 28 % del promedio mundial. De acuerdo con la RICYT, “el porcentaje de participación femenina entre los investigadores permanece casi sin variaciones desde hace más de 7 años. Dicha participación es menor cuando se trata de directores de proyectos o de centros de investigación, por lo que todavía queda camino por recorrer en este campo”.

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Los países con más participación femenina en investigación son Argentina, Venezuela y Trinidad y Tobago, donde más de la mitad de los investigadores son mujeres; en contraste, México, Chile y Perú tiene la participación de mujeres investigadoras y becarias más baja. Los sectores donde más se destacan las mujeres es en la medicina, mientras que en ingeniería y tecnología tienen la menor participación.

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Digitalización

La aceleración digital que trajo la pandemia vino de la mano de grandes retos hacia futuro para la región, que deben adaptarse a las nuevas tecnologías y pensar en una verdadera Transformación Digital, especialmente en temas clave como: redes móviles de quinta generación (5G), Internet de las cosas, la computación en la nube, la inteligencia artificial, el análisis de macrodatos y la robótica.

Mientras a nivel mundial se ha avanzado de manera rápida, América Latina está hasta ahora en un proceso de transición hacia dicha transformación. Para la OCDE, problemas aún no resueltos como la baja productividad, la alta vulnerabilidad social, la debilidad institucional y la insostenibilidad ambiental son verdaderos causantes del bajo desarrollo en la región.

La necesidad de más y mejor conexión en los periodos de cuarentena es el reflejo de las brechas en conectividad en toda la región. En 2020, dos terceras partes de la población de América Latina y el Caribe eran usuarias de Internet. Este valor es significativamente menor que la penetración de un 88 % registrada en Europa y de un 99 % en América del Norte”, afirma la Cepal.

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Las cifras demuestran que la mayoría de latinoamericanos usa la telefonía móvil para conectarse y el 62 % de la población es usuario de Internet móvil. En 2020, fue el principal medio para acceder a Internet. Pese a esa amplia conectividad desde los celulares, la cifra es inferior comparada con Europa (86 %), China (84 %) y Estados Unidos (83 %).

La conectividad móvil tiene sus ‘peros’ frente a la conexión fija si se mira la banda ancha que alcanza velocidades de descarga muy bajas, lo que no les permite a los usuarios hacer descargas simultáneament y les impide realizar varias actividades al mismo tiempo (ingresar al correo, descargar datos o estar en una videollamada), falencias que se ven reflejadas en la productividad laboral y académica. De acuerdo con cifras de la Cepal, en julio de 2021, la región presentaba velocidades de conexión inferior a los 25 Mbps, mientras la velocidad de descarga era de 18,5 Mbps.

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Como todo el la región, la brecha de acceso a banda ancha en América Latina y el Caribe es heterogénea, las cifras muestran las marcadas diferencias en cada país. Mientras países como México, Chile y Argentina superan el 70 % de conectados; Brasil, Colombia y Panamá tiene tan solo el 50 % de conectividad; República Dominicana, Bolivia y Venezuela no superan el 30 %. El promedio de conectividad en toda la región se sitúa en un 52,5 %. Esta baja conectividad en la mayoría de países retrasa la Transformación Digital, especialmente en la masificación del uso de tecnologías como 5G e Internet de las cosas; no es posible avanzar en esa nueva generación cuando solo el 55 % de las conexiones móviles en la región son 4G.

“En la región, los primeros servicios comerciales de redes de 5G en América Latina recién deberían estar disponibles en 2021. Los avances no solo dependen de los planes de las empresas operadoras, sino también de la disponibilidad de espectro, de los procesos políticos y legales nacionales, así como de la seguridad jurídica, la calidad de la regulación y las políticas públicas. La incertidumbre en torno a la demanda de servicios avanzados asociados a la 5G también condiciona su despliegue”, enfatiza el informe.

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Adaptación tecnológica en la Pandemia

La pandemia permitió un mayor impulso en las soluciones digitales, específicamente en sectores como la educación, el trabajo y el comercio electrónico, que tuvieron un significativo aumento. Entre el primer y el segundo trimestre de 2020, el uso de soluciones de teletrabajo aumentó un 324 %, y la educación a distancia, más del 60 %.

En términos de educación se hizo evidente la brecha de conectividad entre los niños, niñas y jóvenes que pertenecen a hogares con ingresos económicos altos y bajos como de las zonas urbanas y rurales. Para llegar a esa población, los gobiernos en sus planes de educación a distancia optaron por apalancarse en la televisión. “En 17 de 19 países existen plataformas digitales para los alumnos, que en 15 casos fueron complementadas con estrategias que se apoyan en la televisión. Solo en las estrategias de 5 países se consideró la conectividad a Internet en el diseño de un plan de educación remota en línea”.

En lo laboral, aunque las empresas impusieron el teletrabajo como medida durante el confinamiento, la tasa de personas que pueden trabajar a distancia depende de cada país y de factores como el mercado laboral, sector productivo, niveles de informalidad, calidad de infraestructura digital y hasta el nivel del PIB per cápita.

En América Latina se estima que solo el 21 % de las personas ocupadas puede realizar su trabajo a distancia, comparado a un 40 % de Europa y Estados Unidos. La diferencia se debe a que alrededor de la quinta parte de los ocupados trabaja en sectores como servicios profesionales, científicos y técnicos y de educación, finanzas y seguros. El resto desempeña su labor en áreas como comercio mayorista y minorista y de la agricultura, que es donde la región acumula el mayor porcentaje de empleo, pero que tienen probabilidades de teletrabajar del 15% y el 1% respectivamente.

El comercio electrónico fue el mejor aliado de las empresas para mantener sus actividades de comercialización y ventas. Cuando se compara el periodo entre febrero y agosto de 2019 con el de 2020, el aumento de los sitios web empresariales es evidente. México y Colombia son los países con el mayor crecimiento entre un año a otro: en 2020 el aumento fue del 128 % comparado al -2 % de 2019, mientras Brasil y Chile tuvieron un incremento del 60 % frente al 2 %.

Con respecto a la digitalización de la industria, el crecimiento ha sido de acuerdo a cada sector; no obstante, en la actualidad las plataformas digitales que comercializan bienes y servicios se convirtieron en las más valiosas del mercado. “Los mayores incrementos de la presencia en línea se registran en los sitios empresariales de tipo transaccional (presencia activa) y de plataformas de comercio electrónico. En Brasil y México, el número de nuevos sitios de comercio electrónico creció más del 450 % en abril de 2020 en comparación con el mismo mes de 2019. En tanto, los sitios con presencia activa en Colombia y México aumentaron cerca del 500 % en el mismo período”, dice el informe.

Sostenibilidad

Finalmente, y no menos importante, la Cepal dedica un capítulo especial a la sostenibilidad, teniendo en cuenta las metas para 2030 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). América Latina y el Caribe deben avanzar hacia nuevos modelos que cuenten con patrones de consumo y producción más sostenibles e inclusivos en el ámbito económico, social y ambiental.

Como lo citó la secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, la región tiene una gran responsabilidad ambiental y en el cambio climático, haciendo necesaria la adopción de una economía basada en el cambio de patrones de consumo y de producción en la que se incorporen innovaciones y avances tecnológicos que permitan una productividad que proteja los recursos.

“En América Latina y el Caribe, la transición hacia sistemas de producción más sostenibles es compleja. Por una parte, la región enfrenta el desafío de acelerar el crecimiento y reducir las brechas de productividad e ingresos con el mundo desarrollado, mientras mejora la calidad de vida de sus ciudadanos, asegurando el acceso a bienes y servicios básicos. Por otro lado, la estructura productiva basada en ventajas comparativas estáticas inclina las actividades económicas hacia la explotación de recursos naturales y sectores intensivos en energía (en especial, energías fósiles), agua y materiales. Este sesgo produce externalidades negativas que perjudican el entorno natural”, concluye la Cepal.

El próximo encuentro para evaluar los avances en Tecnología, Innovación y Ciencia en América Latina y el Caribe será en 2023. Los países de toda la región se comprometieron en avanzar en los objetivos que se fijaron, que consisten en trabajar conjuntamente a través del intercambio de información y de experiencias entre los gobiernos que permita potencializar el desarrollo de las TIC en todo el continente.


Foto Principal: Stux by Pixabay

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Laura Suárez Bernal
Laura Suárez Bernal

Comunicadora social y periodista. He trabajado en periodismo digital y 'social media', y tengo experiencia en periodismo de investigación y de datos. Ganadora del premio Accenture al periodismo 2022 en la categoría Negocios y Tecnología. Realicé un diplomado en periodismo de investigación con el CIDE México y la Fundación Ford.

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