AEl impacto de la tecnología en la salud se refleja en una atención médica más accesible, coordinada y basada en datos. La Organización Mundial de la Salud define la salud digital como el uso de tecnologías como la telemedicina, la Historia Clínica Electrónica (HCE), la inteligencia artificial y los sistemas de interoperabilidad para mejorar la calidad del cuidado, ampliar cobertura y fortalecer la continuidad asistencial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su informe ‘Tecnologías Emergentes e innovaciones científicas: Una perspectiva de salud pública mundial’, evidencia cómo la innovación científica ha facilitado el desarrollo y evolución de la medicina.
Los proveedores médicos cada vez brindan mejores soluciones con tecnologías como la telemedicina, los procesos de automatización, Big Data, Inteligencia Artificial, historias clínicas electrónicas, la interoperabilidad de los sistemas de salud y hasta la robótica.
Para la OMS, la adopción oportuna y generalizada de estas innovaciones deben ir acompañada de factores que incluyen la disponibilidad y accesibilidad de tecnología, un marco legal, habilidades, recursos y consideraciones culturales.
Además de la adopción tecnológica, resulta clave cumplir estándares internacionales de interoperabilidad. La World Health Organization y Health Level Seven International (HL7) acordaron en 2023 un marco de colaboración para promover el estándar FHIR (Fast Healthcare Interoperability Resources) como norma global para el intercambio seguro de datos de salud. Organización Mundial de la Salud+1
Esta norma habilita la integración de sistemas clínicos, historias electrónicas y plataformas de IA con garantías de interoperabilidad, lo que es un requisito regulatorio creciente en mercados avanzados

Índice de temas
¿Por qué la tecnología es clave para mejorar los sistemas de salud?
La integración de tecnologías digitales en salud permite mejorar la calidad de la atención, la eficiencia operativa y la continuidad asistencial. Según la Organización Mundial de la Salud, los sistemas de salud que adoptan historia clínica electrónica, telemedicina e interoperabilidad basada en estándares logran reducir tiempos de espera, evitar duplicidades de pruebas y fortalecer la coordinación entre niveles de atención. La OMS advierte que la transformación digital debe acompañarse de gobernanza, capacitación y protección de datos para garantizar equidad en el acceso.
La adopción y el desarrollo continuo de tecnologías en el sector de la salud son esenciales para abordar los desafíos del siglo XXI y mejorar la calidad de vida; además, el impacto de la tecnología en los sistemas de salud se evidencia en mejor acceso, coordinación de cuidados, seguimiento remoto y eficiencia operativa.
Según la Organización Mundial de la Salud, la Estrategia Mundial sobre Salud Digital 2020-2025 propone fortalecer el uso de tecnologías digitales en los sistemas de salud y subraya que su implementación debe acompañarse de gobernanza, interoperabilidad y protección de datos para garantizar equidad y seguridad en la atención.
Para medir el impacto de la tecnología en los sistemas de salud se utilizan indicadores clave de desempeño (KPI). Según la OCDE en el informe Health at a Glance 2023, el 93% de los consultorios de atención primaria en los países miembro utilizaba registros médicos electrónicos en 2021, frente al 70% en 2012, lo que refleja una consolidación de la digitalización y una mejor coordinación asistencial.
Otros KPI recomendados incluyen: porcentaje de citas atendidas vía telemedicina, reducción de tiempo de espera, tasa de reingresos hospitalarios, y nivel de interoperabilidad de datos (por ejemplo, índice de intercambio de datos nacionales).
Por ejemplo, la OCDE define un indicador de ‘intensidad de compartición de datos de salud’ (health data sharing intensity) que mide hasta qué punto los conjuntos de datos nacionales pueden compartirse entre partes interesadas.
¿Qué implica la transformación digital en los sistemas de salud?
En 8 principios básicos, la OMS aporta información que permite que gobiernos y administradores de la salud puedan guiar sus planes hacia la Transformación Digital e incorporación de los procesos con ayuda de la tecnología.
Para la OMS hay puntos clave y externos que todos los sistemas de salud deben considerar a la hora de apostar por una verdadera Transformación Digital. Un eje central que reta a todos los gobiernos y específicamente a los de América Latina y el Caribe es la conectividad universal.
La OPS/OMS ha señalado que la conectividad universal es fundamental para que la salud digital sea accesible y equitativa. En la Conferencia de Alto Nivel sobre Sistemas de Información para la Salud (2021), se destacó que priorizar infraestructura digital y acceso equitativo es clave para avanzar hacia sistemas de salud más sostenibles e inclusivos hacia 2030.
Otro punto importante dentro de los 8 principios es el uso adecuado de los bienes de salud pública digitales, que tengan como principal enfoque llegar a toda la población sin crear barreras y brechas de acceso por ubicación geográfica, vulnerabilidad social, económica y cultural. Esos bienes incluyen software de código abierto, normas, algoritmos, datos, aplicaciones y contenidos diseñados con la arquitectura y el licenciamiento adecuados.
¿Cuáles son los avances tecnológicos más relevantes hoy en salud?
1.Telemedicina
La telemedicina permite ampliar cobertura asistencial y reducir tiempos de atención, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas y poblaciones rurales. Según la OPS/OMS, los modelos de teleconsulta pueden reducir entre 30% y 70% las visitas presenciales innecesarias y mejorar la continuidad del tratamiento en atención primaria. Para las instituciones, el retorno depende de la integración con la historia clínica electrónica (HCE) y de la capacitación del personal clínico. El principal riesgo operativo es la brecha de conectividad y la falta de protocolos unificados para seguimiento remoto.
2. Inteligencia Artificial en diagnóstico
La Inteligencia Artificial en diagnóstico permite acortar tiempos de interpretación de imágenes y mejorar la precisión en áreas como radiología, oncología y cardiología. Estudios recientes muestran que los sistemas basados en IA pueden reducir entre 15% y 25% los tiempos de espera diagnóstica y apoyar la detección temprana de patologías. Para las instituciones de salud, el retorno depende de la integración con PACS/HIS y del modelo de adquisición (licenciamiento, suscripción o servicio gestionado). El principal riesgo operativo es la dependencia de proveedores y la falta de validación clínica local, que puede limitar adopción y escalabilidad.
3. Impresión 3D de órganos y tejidos
La bioimpresión 3D permite generar modelos anatómicos personalizados y prótesis quirúrgicas que apoyan la planificación y ejecución de procedimientos complejos. Un análisis del American Hospital Association revela que hospitales que integran modelos 3D han reducido en promedio cerca de 62 minutos el tiempo quirúrgico en casos selectos de especialidad. Para las instituciones, el retorno depende del volumen de intervenciones y la fabricación interna vs externalizada. El riesgo principal es la inversión inicial elevada, la dependencia de proveedores especializados y la necesidad de certificaciones clínicas para la producción in-house.
4. Wearables y dispositivos de monitoreo
Los dispositivos de monitoreo clínico portátil (wearables certificados de grado médico) permiten un seguimiento continuo de signos vitales como frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno o variaciones respiratorias, lo que facilita modelos de atención remota y gestión de pacientes crónicos.
Según la Organización Mundial de la Salud, los programas de monitoreo remoto mejoran la adherencia terapéutica y pueden reducir hasta 20–24% las hospitalizaciones evitables en enfermedades crónicas cuando se integran con equipos clínicos y registros electrónicos de salud.
Para los hospitales, el ROI se relaciona con la disminución de estancias prolongadas, reducción de reingresos y optimización de cupos en urgencias. El principal riesgo es la adopción sin protocolo: si el wearable no está integrado al EHR o no existe un flujo clínico claro, la información no genera impacto operativo y se convierte en carga administrativa.
5. Nanotecnología en medicina
La nanotecnología aplicada a la medicina permite desarrollar sistemas de liberación dirigida de fármacos, diagnósticos moleculares tempranos y terapias más precisas, especialmente en cáncer y enfermedades autoinmunes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la nanotecnología en salud es un área prioritaria de investigación global por su potencial para mejorar la precisión terapéutica y reducir efectos adversos en tratamientos complejos.
En Colombia, el Instituto Nacional de Salud (INS) ha estudiado la aplicación de nanodiagnóstico para detectar biomarcadores tumorales en etapas más tempranas, lo que puede incrementar la oportunidad de intervención clínica y optimizar costos asociados al tratamiento.
Para las instituciones, el ROI se refleja en reducción de estancias hospitalarias, menor toxicidad farmacológica y protocolos más eficientes. El riesgo principal es la adopción sin marco regulatorio: la INVIMA exige validación clínica y bioseguridad para cualquier producto nanoterapéutico antes de su uso hospitalario.
6. Realidad Virtual (RV) y Realidad Aumentada (RA) en la rehabilitación
La Realidad Virtual (RV) y la Realidad Aumentada (RA) se aplican en rehabilitación física y neurológica para apoyar la recuperación funcional mediante entornos interactivos y ejercicios guiados. La FDA considera estos dispositivos como parte del ecosistema de tecnologías digitales de apoyo terapéutico, y establece criterios de seguridad, precisión y eficacia clínica para su uso supervisado en contexto médico.
Su implementación suele integrarse en programas de fisioterapia estructurados, particularmente en la recuperación post-ictus, lesión medular y manejo del dolor crónico, cuando son administrados por equipos clínicos especializados.
7. Robótica en cirugía
La robótica quirúrgica asistida por robot permite que los cirujanos realicen procedimientos mínimamente invasivos con mayor precisión, visión tridimensional y control de instrumentos en espacios confinados. Según la FDA, los sistemas denominados “robotically-assisted surgical devices” requieren que el cirujano permanezca en control directo durante todo el procedimiento, reflejando que la tecnología es una herramienta de amplificación de habilidad quirúrgica y no un reemplazo autónomo. Para las instituciones hospitalarias, el valor estratégico radica en disminuir la duración del procedimiento, reducir sangrado, acortar estancias y optimizar el uso del quirófano, mientras que el riesgo principal es la formación especializada del personal, la inversión en infraestructura y la evaluación de los resultados versus cirugía convencional.
8. Big Data en salud
El uso de Big Data en salud permite identificar patrones clínicos, anticipar riesgos y mejorar decisiones de gestión hospitalaria. La Organización Mundial de la Salud subraya que los datos de salud deben integrarse bajo estándares de interoperabilidad y gobernanza para evitar fragmentación y desigualdad en la atención.
Los beneficios operativos incluyen análisis poblacional, gestión de camas, priorización de urgencias y soporte a decisiones clínicas basadas en evidencia.
9. Terapia génica
La terapia génica introduce, modifica o corrige material genético para tratar enfermedades hereditarias y ciertos tipos de cáncer. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) establece los requisitos de seguridad, eficacia y seguimiento a largo plazo para terapias avanzadas, incluidos vectores virales y edición genética.
Su adopción implica evaluación ética, costos de acceso, infraestructura de bioprocesamiento y seguimiento clínico extendido, aspectos críticos para sistemas de salud en fase de implementación.
10. Blockchain en el ámbito sanitario
La tecnología blockchain permite registrar de forma inmutable y distribuida datos médicos, facilitando el intercambio seguro entre instituciones, pacientes y sistemas públicos, al mismo tiempo que mejora la trazabilidad del historial clínico y la cadena de suministro farmacéutica. Estudios recientes muestran que su aplicación en sistemas de intercambio de información sanitaria (HIE) puede aumentar la interoperabilidad y reducir la vulnerabilidad ante brechas de seguridad. El principal desafío para los hospitales y sistemas de salud es diseñar la arquitectura, resolver la integración con los registros electrónicos existentes y asumir los costos iniciales de implementación.
¿Cómo se aplican estas tecnologías en hospitales y sistemas de salud?
La adopción de historias clínicas electrónicas, telemedicina y sistemas de soporte a decisiones clínicas ha permitido mejorar la coordinación de cuidados, reducir duplicidades y fortalecer la vigilancia epidemiológica. La OPS destaca que los sistemas de salud que integran intercambio seguro de datos entre instituciones avanzan hacia modelos más preventivos y menos fragmentados.
Historias clínicas electrónicas (EHR)
Para lograr la interoperabilidad en los sistemas de salud, es clave que se implemente y universalice la historia clínica electrónica. La adopción de registros de salud electrónicos mejora la gestión de la información médica.
Las EHR permiten a los profesionales de la salud acceder a los historiales de pacientes de manera más eficiente y desde cualquier lugar, lo que permite prestar una atención más coordinada y segura.
Los datos primarios en salud han tomado cada vez mayor importancia. En los últimos años, la historia clínica de un paciente dejó de ser solo un registro que realiza el médico del paciente, y ha pasado a ser un documento en el que varios actores del sector salud se apalancan de esos datos para tomar decisiones en materia de salud pública.
“El avance de la salud digital plantea el desafío del manejo de datos nuevos, a gran escala, que deben ser interpretados mediante el uso de técnicas actuales de visualización analítica de datos y métodos de apoyo a la decisión clínica”, señala la OPS en el documento titulado ‘Historia clínicas electrónicas y la importancia de cómo documentar’.

Telemedicina
El impacto de la tecnología en la salud ha hecho posible la consulta médica a distancia mediante videoconferencias y herramientas digitales, facilitando la atención sin necesidad de desplazamiento. Esto resulta especialmente valioso en situaciones de emergencia, para personas en áreas remotas y para el seguimiento de pacientes crónicos.
Las plataformas de videoconferencia se han vuelto más robustas y accesibles, lo que ha mejorado la calidad de las consultas médicas a distancia. Además, la telemedicina se utiliza cada vez más en situaciones de emergencia y en unidades de cuidados intensivos para brindar acceso rápido a especialistas en situaciones críticas.
Big Data
La recopilación y el análisis de grandes volúmenes de datos de salud pueden ayudar en la identificación de tendencias, la toma de decisiones clínicas basadas en evidencia y la gestión de epidemias.
Para la OMS, uno de los potenciales de las tecnologías emergentes en la salud está en el Big Data. El uso de Big Data en el cuidado de la salud es valioso para el diagnóstico, la toma de decisiones y la gestión de la salud pública. Está estrechamente relacionado con otros habilitadores tecnológicos como el análisis, la disponibilidad de datos, la IA y el aprendizaje automático.
El desafío radica en la recopilación de datos médicos a través de la Historia Clínica Electrónica. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la recopilación de Big Data en salud no se limita únicamente a la información disponible en Internet.
Inteligencia artificial
La IA se utiliza para mejorar el diagnóstico médico, identificar patrones en imágenes médicas como radiografías y resonancias magnéticas, y predecir enfermedades.
La IA y el aprendizaje automático son la base de varias otras innovaciones, desde el diagnóstico hasta la toma de decisiones y uso de gemelos digitales y simulaciones. Los avances en estas herramientas y su hardware tienen una gran relevancia para la calidad, confiabilidad y precisión en los diagnósticos y otros resultados.
Los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos médicos, como imágenes de resonancia magnética, tomografías computarizadas y radiografías, para ayudar a los médicos a realizar diagnósticos más precisos.
¿Qué beneficios concretos aporta la salud digital a pacientes y hospitales?
La tecnología en la salud no solo mejora la atención e impulsa la investigación, sino que también representa una propuesta de valor económico clara. Un estudio reciente indica que los sistemas de salud que invirtieron en herramientas digitales consiguen mejoras de desempeño y una mayor eficiencia operativa. PMC.
Por ejemplo, una encuesta de líderes hospitalarios reportó que la telemedicina y la programación automática han sido señaladas como las soluciones con mejor retorno de inversión (ROI) en los próximos años. Panda Health.
Por tanto, para gestores y directivos, evaluar el impacto de la tecnología en la salud implica considerar beneficios clínicos, retorno económico sostenible y mejoras operativas en los sistemas de atención.
- Mejora de la atención al paciente: La tecnología permite una atención médica más eficiente y precisa. Los sistemas de información médica, como las historias clínicas electrónicas, facilitan la gestión de la información del paciente y la coordinación de la atención.
 - Avances médicos y científicos: La tecnología impulsa la investigación médica al permitir la recopilación y el análisis de grandes cantidades de datos, la identificación de patrones en imágenes médicas y la aceleración de la investigación genómica.
 - Eficiencia en el sistema de salud: La tecnología puede mejorar la eficiencia operativa de los sistemas de atención médica, reduciendo costos y tiempos de espera.
 - Prevención y salud pública: La tecnología también se utiliza para el seguimiento y la gestión de epidemias, lo que es fundamental para la prevención de enfermedades y la salud pública.
 - Innovación continua: La tecnología promueve una cultura de innovación en el sector de la salud, lo que lleva a la creación constante de soluciones y avances que pueden abordar desafíos de salud actuales y futuros.
 
En síntesis, medir y comunicar el impacto de la tecnología en la salud ayuda a priorizar iniciativas que mejoran acceso, calidad y eficiencia, manteniendo la seguridad del paciente y la continuidad asistencial como ejes de la transformación digital en salud.
¿Cómo aceleró la pandemia la adopción de salud digital?
La pandemia de COVID-19 impulsó rápidos avances tecnológicos en el ámbito de la salud. La telemedicina, el rastreo de datos y, especialmente, las vacunas son algunas de las innovaciones que dejó la pandemia.
- Consultas virtuales: La necesidad de distanciamiento social llevó a una adopción masiva de consultas médicas virtuales, conectando a pacientes y profesionales de la salud de manera remota.
 - Rastreo de contactos: Se desarrollaron apps para rastrear contactos y alertar a las personas sobre posibles exposiciones al virus, ayudando en la contención de la propagación.
 - Uso de drones y robots: En algunos países, se utilizaron drones y robots para entregar suministros médicos, desinfectar áreas y realizar tareas sin contacto humano directo.
 - Análisis de datos para modelar la propagación: Se utilizaron datos demográficos y epidemiológicos para crear modelos predictivos que ayudaran a los gobiernos y a los sistemas de salud a planificar y responder mejor a la pandemia.
 - Desarrollo acelerado de vacunas y medicamentos: La investigación y desarrollo de vacunas y tratamientos experimentaron un avance sin precedentes, con tecnologías como ARN mensajero (ARNm) utilizadas en vacunas como las de Pfizer-BioNTech y Moderna.
 
¿Cuáles son los riesgos de avanzar en salud digital sin gobernanza?
Aun con los beneficios, la transformación digital en salud conlleva riesgos. La OCDE advierte que la digitalización de sistemas sanitarios plantea desafíos de equidad, privacidad, interoperabilidad y costos de implementación.
Por ejemplo, sin una gobernanza clara y estándares compartidos, los sistemas pueden quedar fragmentados, vulnerables a brechas de datos o duplicación de inversiones. La normativa de interoperabilidad (como FHIR) y una estrategia de medición con KPI contribuyen a mitigar estos riesgos.
¿Por qué la telemedicina es estratégica para ampliar cobertura y continuidad asistencial?
La capacidad de monitorear a los pacientes a distancia mediante dispositivos médicos conectados y aplicaciones de seguimiento ha mejorado la atención médica continua y la prevención de enfermedades.
La telemedicina facilita consultas médicas sin la necesidad de desplazarse físicamente, lo que ahorra tiempo y costos de viaje para los pacientes. También permite horarios más flexibles y consultas fuera del horario laboral habitual.
Durante la pandemia, fue la herramienta más eficaz para monitorear a pacientes contagiados o que necesitaban de atención médica especializada. En Estados Unidos, las consultas por telemedicina se estabilizaron en niveles 6 a 10 veces superiores a la etapa pre-pandémica entre 2022 y 2023 (CDC, 2023).

En Colombia, según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social, entre marzo de 2020 y enero de 2021 se realizaron 82 millones de atenciones no covid y 19,1 millones de atenciones relacionadas con la pandemia en todo el país.
No solo sirve para consultas médicas, sino también para la educación continua de profesionales de la salud y la capacitación de estudiantes, lo que mejora la calidad general de la atención médica.
Sin embargo, también ha planteado desafíos, como la brecha digital (acceso limitado a internet y tecnología), cuestiones de privacidad y seguridad de datos, y la limitación en la evaluación física en comparación con las consultas presenciales.
A pesar de estos desafíos, la telemedicina ha demostrado ser una herramienta valiosa en la transformación de la atención médica.
Según la Organización Mundial de la Salud, los sistemas de salud están entrando en una etapa en la que la adopción tecnológica debe estar alineada con modelos de atención centrados en el paciente, interoperabilidad y gobernanza de datos. La prioridad ya no es solo incorporar herramientas digitales, sino asegurar su integración efectiva para mejorar resultados clínicos y eficiencia operativa.
Para los responsables de tecnología y tomadores de decisión en el sector salud, esto implica avanzar en tres frentes: garantizar infraestructura de conectividad, fortalecer estándares de intercambio de datos como FHIR, y desarrollar capacidades digitales en equipos clínicos y administrativos. La digitalización sostenible depende de que los sistemas sean interoperables y accesibles para toda la población.
¿Qué tecnologías tendrán mayor impacto en los próximos años?
A nivel global, los estudios recientes muestran que la telemedicina, la automatización de flujos clínicos y las soluciones basadas en inteligencia artificial continúan siendo las tecnologías con mayor retorno potencial, especialmente cuando se integran con historiales electrónicos y registros nacionales de salud. La OCDE destaca que la expansión de los registros médicos electrónicos refleja un avance clave en la coordinación del cuidado y la toma de decisiones basadas en evidencia.
¿Qué deben priorizar CIO y directivos para avanzar en salud digital?
La Organización Mundial de la Salud recomienda avanzar en salud digital mediante una implementación escalonada y centrada en gobernanza clínica. Para hospitales, EPS e IPS, la digitalización debe priorizar cuatro pilares: infraestructura de conectividad confiable, adopción de interoperabilidad basada en FHIR, integración de la historia clínica electrónica como repositorio único y capacitación continua de equipos clínicos y administrativos. Esto asegura que la tecnología no se limite a “comprarse”, sino que se use, se integre y sostenga en el tiempo.
La OMS sugiere vincular cada proyecto digital a indicadores de impacto clínico y operativo, tales como: tiempos promedio de espera, reingresos evitables a 30 días, continuidad asistencial entre niveles de atención, y porcentaje de registros interoperables sin reprocesos. Estos KPI permiten evaluar retorno asistencial y eficiencia operativa, y evitan inversiones fragmentadas o tecnologías subutilizadas.
| KPI | Qué mide | Cómo se calcula | Por qué importa para dirección | 
|---|---|---|---|
| Tiempos promedio de espera | Demora entre la solicitud de cita y la atención efectiva. | Total de días de espera ÷ número de citas atendidas. | Refleja eficiencia operativa y experiencia del paciente. | 
| Reingresos evitables a 30 días | Pacientes que regresan por la misma causa tras el alta. | (Número de reingresos ÷ total de altas) × 100. | Indica calidad del cuidado y continuidad asistencial. | 
| Porcentaje de registros interoperables | Historias clínicas que se integran entre sistemas sin reprocesos. | (Registros interoperables ÷ total de registros) × 100. | Señala madurez digital y evita duplicidades y errores. | 
| Uso efectivo de Historia Clínica Electrónica (HCE) | Nivel real de adopción de la HCE entre personal clínico/administrativo. | (Sesiones activas ÷ usuarios habilitados) × 100. | Asegura retorno de inversión y uso eficiente de la tecnología. | 
| Tasa de consultas por telemedicina | Proporción de atención remota sobre la atención total. | (Consultas virtuales ÷ total de consultas) × 100. | Permite ampliar cobertura, reducir congestión y mejorar acceso. | 
Brechas entre América Latina y la OCDE en transformación digital en salud
| Indicador | América Latina y el Caribe (promedio) | Países OCDE (promedio) | Brecha | 
|---|---|---|---|
| Índice de Gobernanza Digital (DGI LAC) | 0,315 / escala 0-1 (2023) | 0,605 / escala 0-1 (2023) | -0,290 | 
| Gasto en salud per cápita PPP (USD) | USD 1 155 (2019) | USD 3 999 (2019) | -USD 2 844 | 
| Porcentaje de gasto de bolsillo (out-of-pocket) | 32,4% (2019) | 20% (2019) | +12,4 pp | 
La transformación digital en salud no depende solo de incorporar nuevas tecnologías, sino de la capacidad institucional para integrarlas de forma sostenible. Las organizaciones que logran resultados medibles suelen avanzar en tres frentes simultáneos: infraestructura digital; interoperabilidad de datos clínicos; y desarrollo de capacidades digitales en equipos médicos y administrativos.
Según la Organización Mundial de la Salud (Estrategia Mundial de Salud Digital 2020-2025), los sistemas de salud que priorizan la interoperabilidad y la capacitación del personal obtienen mejoras sostenibles en la coordinación asistencial, la continuidad del cuidado y la eficiencia operativa. Esto significa que la adopción tecnológica debe estar alineada con decisiones de gobernanza y no solo con la compra de software o equipamiento.
Para directivos y responsables de planificación, esto se traduce en priorizar iniciativas que reduzcan tiempos de espera, fortalezcan el intercambio seguro de información clínica, amplíen el acceso mediante servicios como la telemedicina y aseguren retorno de inversión operacional y sostenibilidad presupuestal.
Medir y comunicar los resultados es clave para justificar presupuesto, escalar proyectos y consolidar cultura digital en las instituciones de salud.
Preguntas frecuentes sobre tecnología en la salud
¿Qué criterios debe usar un hospital para priorizar inversiones en tecnología en la salud?
Las instituciones deben vincular cada proyecto digital a indicadores de impacto clínico y operativo, como reducción de tiempos de espera, continuidad asistencial y adopción efectiva de historia clínica electrónica. La OMS recomienda que toda inversión tecnológica esté alineada con estrategias de gobernanza y capacitación.
¿Cómo puede un CIO evaluar si la interoperabilidad está realmente funcionando?
Un indicador clave es el porcentaje de registros clínicos que pueden compartirse entre sistemas sin reprocesos. Si la mayoría de los datos requiere descarga manual, captura duplicada o reenvío por mensajería, la interoperabilidad todavía es baja.
¿Cuáles son los riesgos más frecuentes al implementar salud digital sin gobernanza?
Los principales riesgos son fragmentación de sistemas, sobrecostos por soluciones redundantes, brechas de seguridad en datos y baja adopción clínica. La OCDE enfatiza que la interoperabilidad y los estándares son esenciales para evitar estos problemas.
¿Qué capacidades deben desarrollar los equipos clínicos para aprovechar las tecnologías en la salud?
Es clave fortalecer competencias en uso de historia clínica electrónica, análisis básico de datos y protocolos de telemedicina. La transformación digital sostenible depende de la adopción por parte del personal y no solo de la infraestructura.
¿Cómo se mide el retorno de inversión (ROI) de la telemedicina?
Se mide comparando reducción de visitas presenciales innecesarias, reingresos evitables y tiempos de espera, frente a los costos de habilitar plataformas y capacitación. El ROI depende de la integración con la historia clínica electrónica y del uso real por parte de los equipos clínicos.









