“Ergolab es el producto de un proyecto que nació de un convenio marco con la empresa Enel… por un interés mutuo de desarrollar algún proyecto que beneficiara a las dos partes”, afirma Beatriz Tsukamoto Uchida, coordinadora del laboratorio. “Inicialmente, el proyecto abarcaba ergonomía física y cognitiva, pero la pandemia originada por la COVID-19 llevó a un enfoque en la ergonomía cognitiva y el desarrollo de herramientas para el autoconocimiento de los estados mentales”, explica Tsukamoto.
La ergonomía cognitiva es definida por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) como una rama de la ergonomía que: “Se ocupa de los aspectos mentales y cognitivos del trabajo, como la carga mental, la toma de decisiones, la atención o la concentración. Su objetivo es optimizar la interacción entre los trabajadores y los sistemas de trabajo, evitando errores y facilitando la realización de tareas complejas”.
En Colombia, la Universidad del Bosque, a través de Ergolab, utiliza tecnologías como la neurociencia aplicada y las BCI (Brain-Computer Interface) para medir y analizar las ondas cerebrales, permitiendo una comprensión más profunda de cómo factores externos afectan la atención y la concentración. Este enfoque de Ergolab ha permitido realizar evaluaciones cuantitativas, complementando los métodos cualitativos tradicionales y proporcionando datos más precisos para la investigación y el diseño de entornos.
“Los campos de acción de la ergonomía cognitiva son súper amplios y en Colombia, pues se utilizaba muchísimo más hacia la carga mental, pero la parte de percepción ha sido poco explorada. A raíz de la COVID, el tema de ergonomía física no es que haya quedado en un segundo plano, sino que la ergonomía cognitiva empezó a tomar más importancia y ahora muchos estamos interesados en realizar investigaciones en torno a este tema”, afirma Tsukamoto.
Desarrollo de Herramientas y Aplicaciones Prácticas
La investigación en ergonomía cognitiva se traduce en el desarrollo de herramientas y aplicaciones con un impacto directo en diversos campos. Un ejemplo de este trabajo es un videojuego, MINDplification, diseñado para evaluar los niveles de estrés y la capacidad de seguir instrucciones, permitiendo identificar las aptitudes de las personas para empleos específicos.
Juan Sebastián Ávila, director del programa de diseño industrial y la maestría en ergonomía y diseño universal, destaca el aspecto colaborativo de Ergolab: “Ergolab está en un ambiente académico, y en ese ambiente académico nosotros hemos trabajado con diferentes programas y diferentes facultades: Facultad de Medicina, Facultad de Ingeniería, Facultad de Creación y Comunicación, y lo que buscamos es hacer articulaciones de proyectos”.
Conociendo el BIT, un caso de éxito del Ergolab
La Universidad del Bosque también está aplicando la ergonomía cognitiva y la tecnología para mejorar la formación y el entrenamiento en diversos campos. El proyecto BIT (Basic Interactive Training), desarrollado en conjunto con la Facultad de Medicina, utiliza la Realidad virtual y la realidad aumentada para facilitar la memorización del instrumental quirúrgico por parte de los estudiantes.
Santiago Barriga Amaya, profesor asociado de la Universidad, explica el enfoque del proyecto: “Ellos habían detectado que realmente los estudiantes de los primeros ciclos tenían la necesidad de aumentar la memorización del instrumental quirúrgico básico”. El BIT no solo mejora el aprendizaje, sino que también demuestra el valor de la iteración en el diseño de proyectos, adaptándose a las necesidades y recursos disponibles.
Barriga afirma además: “El BIT tiene dos instancias, una es la aplicación en donde se replica lo mismo, el ejercicio de aprender el instrumental y su ubicación, y se puede utilizar en el celular de cualquier persona, pero también se puede jugar en un modo de realidad aumentada con un kit”.
Colaboración y Proyección Futura
La Universidad del Bosque promueve la colaboración interdisciplinaria y la vinculación con el sector externo. Ergolab, por ejemplo, trabaja con diversas facultades y laboratorios dentro de la universidad, y también colabora con empresas y otras instituciones.
Juan Sebastián Ávila destaca el papel del Hub de Innovación y Extensión como un facilitador para la colaboración con el sector privado: “La universidad entendió este fenómeno ya desde hace varios años. Y por eso creó esta infraestructura donde estamos hoy, que es el Hub de Innovación… donde las empresas ya tienen, digamos que, una vía mucho más rápida”.
“Si una empresa se quiere acercar a nosotros, la universidad cuenta con el Hub de Innovación y Extensión, donde, a partir de una problemática o un acercamiento, la universidad hace el enlace con los diferentes investigadores, laboratorios, grupos de investigación, para ver, dentro de este universo de profesionales que tenemos, cómo podemos abordar esa problemática y apoyarlos”, dice Ávila.
