Hoy, cuando el mundo enfrenta una crisis ocasionada por un problema de salud pública que afecta todos los sectores de la sociedad, la labor de los equipos y la eficacia de los servicios médicos, así como el papel fundamental que juegan la tecnología, la innovación y la ciencia en el desarrollo y evolución de esta área adquieren una relevancia mayor.
Y no es que su importancia haya sido menor antes de la pandemia. Aquí valdría replantear la frase “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” para convertirla en “nadie sabe lo que tiene hasta que resulta fundamental para sobrevivir en medio de una crisis mundial“.
El de la salud es un mundo que vive en una evolución constante, que se manifiesta desde desarrollos a los que seguramente ya nos hemos acostumbrado porque forman parte de nuestra vida cotidiana, pero que no por eso son menos trascendentales para el fin de preservar la vida: medicamentos, exámenes de laboratorio, anestesia…
Es difícil determinar cuál sería el otro extremo, el punto máximo en el listado, porque el campo de la salud abarca desde el primer pelo de nuestra cabeza hasta la punta del dedo gordo de los pies, y se extiende a todo nuestro entorno. ¿Serán la cirugía robótica y la telecirugía? ¿Serán las prótesis avanzadas? ¿Será la ingeniería genética? ¿Serán las vacunas que, a pesar de la férrea oposición del algunos grupos, en este momento son el punto de quiebre entre volver a la normalidad o permanecer sumidos en la crisis?
Cirugía Robótica y Telecirugía
Prótesis robóticas
La lista se hace interminable a medida que se agregan puntos medios: tratamientos con láser para corregir problemas de la piel, los dientes, los ojos; métodos no invasivos para practicar cirugías que antes dejaban cicatrices enormes; exámenes como las resonancias magnéticas y los TAC que permiten escudriñar los rincones más inalcanzables de la anatomía humana… ¡Las ecografías!, que si bien no se limitan a las que se realizan para seguir el crecimiento del bebé en el vientre materno, hoy son imágenes 4D (término con el que se ha buscado hacer referencia a la reproducción de las imágenes diagnósticas en tiempo real) de un organismo en desarrollo. Eso no existía cuando muchos de nosotros éramos niños.
Hablando de cuando éramos niños –o de cuando algunos incluso no habíamos nacido–, en 1966 se estrenó una película llamada Viaje fantástico, en la que un equipo de científicos es reducido de tamaño e inyectado en el torrente sanguíneo de un personaje, con el fin de llegar a su cerebro para para practicarle una delicada cirugía. Hoy, aunque ese viaje fantástico sigue perteneciendo a la ficción, adelantos como la cápsula endoscópica existen desde hace algo como una década y van por un camino parecido: se trata de una cápsula –valga la redundancia– que el paciente ingiere para hacer un examen del sistema digestivo, en especial del intestino delgado.
Desde lo público hasta lo muy privado
Y aunque unos pocos ejemplos son elocuentes –más no por eso, suficientes– para ilustrar el desarrollo de la medicina y la importancia de las herramientas digitales en este proceso, lo cierto es que delimitar el campo de acción de lo que hoy día se conoce como Salud Digital es una tarea compleja.
La Salud Digital se relaciona con herramientas tecnológicas que sirven a los especialistas para ejercer su labor directamente, o en las que se apoyan para lograr el buen funcionamiento de su cadena de abastecimiento o de sus procesos administrativos; pero también se relaciona con la manera como los pacientes utilizan hoy día recursos que les permiten distanciar las visitas al profesional de la salud, tanto en espacio como en tiempo, pero sin desconectarse de ellos. Y también tiene que ver con las políticas que se dictan a nivel de gobierno para su ejercicio.
En este último punto, Colombia avanza en el camino de la Historia Clínica Electrónica (Ley 2015 de 2020), con la que se espera que los profesionales de la salud tengan acceso a una base de datos única en la que se encuentra el historial de sus pacientes. Esto tiene retos tecnológicos desde el punto de vista de la conectividad, de la interoperabilidad y, en especial, de la privacidad.
El plazo para definir las ‘reglas de juego’ (características y aspectos técnicos que deberán cumplir las EPS para su implementación) vence en enero de 2021, de manera que ya estamos en cuenta regresiva. De ahí en adelante las entidades tendrán 5 años para su implementación y entrada en vigencia. ¿Sucederá lo mismo que con la factura electrónica, cuyos plazos de implementación se dilataron en varias ocasiones? Ojalá que no. Christian Peter Clausen, asesor de Transformación Digital del Ministro de Salud y Protección Social de Colombia, cree que hay entidades que no parten de ceros en este propósito y su avance permitirá llegar a la meta en los plazos establecidos.
Pero esta no es la única arista relacionada con las políticas: “El sistema de salud y la digitalización del mismo han permitido hacer muchas cosas rápidamente, pero sigue siendo importante recibir el apoyo desde el Gobierno para seguir desarrollando una industria digital colombiana fuerte, que continúe ayudando a resolver problemas en el sector salud y, adicional, permita exportar y jugar en ámbitos diferentes a nivel mundial. No se necesita un gran capital para lograrlo, porque lo que se requiere es creatividad, conocimiento y talento, y eso lo tenemos”, afirma Gustavo Torres, director de la vertical de salud de Digital Ware.
Para el ejecutivo de la empresa de soluciones tecnológicas, la manera como Colombia ha afrontado la crisis del COVID-19 es una muestra de que somos autosuficientes y vamos por buen camino, pero no significa que no haya todavía un buen trecho por recorrer: “El tema de interoperabilidad sigue sin resolverse, todavía hay mucho que trabajar. Se necesita una decisión más firme del Gobierno para estandarizar y hacer que la industria tecnológica cubra y cumpla esos estándares; además de definir decretos y regulación que le haría un bien inmenso al sector salud y sobre todo a los pacientes: si los sistemas no conversan, los recursos se diluyen”.
Tecnología, innovación y ciencia, siempre a la saga
En materia de herramientas tecnológicas específicas para el sector de la salud (aquellas que usan los especialistas para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades), el listado puede ser tan extenso como apasionante. Incluso, puede ser cercano. Si los seguidores de Impacto TIC nos dan su licencia, podemos revisar situaciones dentro de nuestros propios núcleos familiares: dos cirugías de columna realizadas en el mismo paciente con unos 20 años de diferencia, la primera de ellas con un larga incapacidad y meses para la recuperación, y la segunda con el paciente levantado al día siguiente del procedimiento. Una cirugía de vesícula en la década de los 60 con una extensa cicatriz en el abdomen, y otra por laparoscopia (esta vez en un paciente diferente, por supuesto) que dejó una leve señal de poco más de dos centímetros.
Los avances de la cirugía contra la miopía han pasado de pulir la superficie de la córnea con instrumental quirúrgico (estamos hablando de la queratotomía radial, por allá en la década de 1970) a un procedimiento con el sugestivo nombre de Smile (la sigla en inglés de extracción de lentícula con incisión pequeña, pero también sonrisa en el mismo idioma), que consiste en extraer una delgada capa del interior de la córnea a través de una incisión de tan solo 2 a 4 milímetros de longitud, mediante el uso de un láser especializado (en este enlace puede encontrar un video de las técnicas más recientes).
Ya por fuera del círculo familiar (y gracias por la licencia) se encuentran las ya mencionadas prótesis robóticas que han permitido a atletas volver a las pistas y a artistas volver a tocar la guitarra, por ejemplo; o la también citada ingeniería o manipulación genética, que –no completamente aislada del debate– permitiría corregir defectos genéticos incluso desde antes de la concepción.
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En el contexto de la pandemia de COVID-19 también resulta inevitable hacer referencia a la manera como en Colombia se unieron esfuerzos entre instituciones de salud, tecnológicas y universidades para desarrollar aparatos, como los respiradores, que permitieran satisfacer la alta demanda de equipos extremadamente costosos o ya no disponibles en el mercado internacional.
Pero aparte de estas tecnologías hay otras que no necesariamente intervienen directamente en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, pero que juegan una papel fundamental en el seguimiento al uso de los recursos médicos en los hospitales o en la definición de estrategias en salud. Se pueden mencionar casos como las soluciones para el cuidado de la salud de IBM, que aprovechan tecnologías como la Inteligencia Artificial y Blockchain, o la manera como SAS usa la Analítica para el desarrollo de soluciones que permitan manejar mejor el impacto de la crisis causada por el COVID-19. Existen empresas como Esri, especializada en el mundo del software de mapeo, que trabajan en el desarrollo de soluciones para ayudar a garantizar que la vacuna contra el nuevo coronavirus llegará primero a la población que más la necesita. Incluso la unidad de Investigaciones del BBVA utilizó Big Data para analizar el efecto del COVID-19 a través de la información que se publica en los medios de comunicación.
“Hoy el mercado cuenta con soluciones que generan una disminución del costo operativo, el crecimiento de ingresos o la mitigación del riesgo en instituciones de salud. Se trata de tecnologías que permiten optimizar el manejo de la información, la seguridad, la administración de las aplicaciones, el tráfico de datos y la conectividad, la comunicación, la gestión de los nuevos espacios de trabajo y la gestión de proyectos, entre otras”, señala Erick Cepeda Díaz, gerente de la empresa de tecnología Axity Colombia.
Sea con fines médicos específicos o para soportar la infraestructura de dichos servicios médicos, la tecnología, la innovación y la ciencia son protagnistas de primer orden en el desarrollo del concepto de Salud Digital.
Los pacientes, la joya ‘impaciente’ de la corona
En esta ecuación no se puede dejar por fuera a los pacientes, que gracias al desarrollo de la tecnología también cuentan hoy con herramientas que les permiten apoyar –ojo, apoyar, no reemplazar– la labor de los profesionales médicos. Y en ese sentido hay que decir que la labor de educación es igual o más importante con ellos, pues la facilidad del acceso a la información puede ser un arma de doble filo.
En un capítulo de la comedia estadounidense The big bang theory, el famoso doctor Sheldon Cooper llega a la conclusión de que padece cólera, luego de hacer una búsqueda rápida en Internet sobre los síntomas que padece. En el capítulo Falla épica de Doctor House, un desarrollador de videojuegos publica sus síntomas en Internet y sigue las recomendaciones de la comunidad en línea antes que las de los doctores; de hecho, ofrece una recompensa de 25.000 dólares a quien haga un diagnóstico correcto de su enfermedad.
Al final, el cólera de Sheldon resulta ser una opresión causada por un gas, no la enfermedad de Hirschsprung, el botulismo o la intoxicación con flores de crisantemo que figuraban como autodiagnósticos alternativos al de cólera. Y, al final, el doctor House se gana los 25.000 dólares que ofrece el desarrollador de videojuegos, pues es él quien publica el diagnóstico correcto en Internet.
Aunque se trate de programas de televisión, las situaciones no lucen completamente descabelladas frente a una realidad en la que el ‘doctor Google’ tiene cada vez más popularidad entre las personas. Un estudio realizado por la plataforma médica Doctoralia, citado en varios medios de comunicación, señala que la primera opción del 25 % de los colombianos para consultar el origen de sus síntomas es Google.
Y si bien no está mal que lo hagan con fines informativos, lo realmente peligroso es cuando, para ellos, el diagnóstico del buscador de Internet reemplaza el concepto médico o cuando se dejan sugestionar por la información que encuentran en línea, que tiene una buena posibilidad de estar errada. El 68 % de los médicos consultados en otro estudio de Doctoralia, cita El Espectador, asegura que Internet no es un lugar seguro para buscar información sobre salud, principalmente porque en la red circulan muchos mitos sobre el tema (59 %) y por la consiguiente falta de validación de la información que existe (39 %).
Pero como apoyo a la labor del médico, las aplicaciones para el control de la salud son una herramienta de gran valor, especialmente en esta época de necesario distanciamiento social. Sobre ellas tendremos un contenido específico en este especial de Salud Digital, y un panel durante el evento Salud Digital: innovación y futuro, realizado por Impacto TIC el jueves 19 de noviembre. Pero ya que hablamos de distanciamiento social, no sería justo dejar por fuera la manera como las TIC también han brindado un gran apoyo a la teleconsulta, que si bien ya era prestada por entidades de servicios domiciliarios con anterioridad, también ha incrementado su valor y su utilidad en la circunstancia actual. El contacto directo sigue siendo un factor fundamental, pero en la medida en que la consulta a distancia permita aplicar las medidas de precaución, la lucha contra el COVID-19 puede tener mejores resultados.
El factor humano
Y aunque el mundo de la Salud Digital es amplio y complejo, todos los avances científicos y tecnológicos no tendrían utilidad sin el equipo de profesionales y especialistas que saben como usarlos en beneficio de las personas que los necesitan. El personal médico ha sido felicitado y aplaudido por su labor durante la pandemia, pero también ha sido tratado injustamente por quienes se sienten en riesgo al compartir su espacio con quienes se constituyen la primera línea de defensa frente al COVID-19.
Hablar de salud –digital o no– sería una tarea incompleta si no se aprovechara este espacio para extender un agradecimiento a los médicos, enfermeras, asistentes, conductores de ambulancias… a un listado de personas tan extenso (en masculino y femenino en todos los casos) como los temas relacionados con Salud Digital, que han hecho su mejor esfuerzo, a veces en condiciones desfavorables, para llevarnos adelante en el camino de la pandemia. A esas personas también dedicaremos un espacio durante el cierre de es especial.
Los invitamos, entonces, a seguir nuestro evento Salud Digital: innovación y futuro en el enlace a continuación, o a revivirlo si no tuvieron oportunidad de seguirlo en directo durante la emisión del 19 de noviembre a las 8 de la mañana.
Y estén pendientes de los contenidos sobre el tema que publicaremos en Impacto TIC durante el transcurso de las proximas semanas y de la etiqueta en redes sociales #SaludDigitalCol, para continuar la conversación.