Al mismo tiempo que el virus del Cóvid-19 se expandía por el mundo, las noticias falsas o fake news se propagaban en las redes sociales y en los medios de comunicación. La desinformación alrededor de la pandemia y los mitos que se creaban sobre la enfermedad generaron pánico y una oleada de teorías sin sustento.
La ciencia se vió enfrentada –como nunca antes– a un bombardeo de información que circulaba en Internet y que mostraba desde el origen de la enfermedad, los remedios para prevenir el contagio, las cifras de contagiados y muertes, y la eficacia de las vacunas.
Frente a las dudas surgieron las mentiras, la ciencia se vio fortalecida como fuente de información primaria y única confiable, pero la avalancha de noticias falsas hacía que mucha gente no tuviera tiempo de corroborar y verificar. La infodemia del Cóvid-19 se convirtió entonces en otro virus para erradicar.
La evidencia científica toma tiempo, y ante un virus desconocido y el pánico generalizado, la rapidez con la que se difunde la información en Internet puso en riesgo la capacidad de distinguir lo que era real y lo que no. Aunque desde los medios de comunicación se hizo un esfuerzo por lograr la veracidad, las redes sociales fueron la ventana abierta a todo tipo de información.
El comprobar que una imagen, un video o un texto es veraz no es una tarea sencilla; hay volúmenes de información circulando en Internet al alcance de todos. Pese a que en los últimos años desde los medios de comunicación surgieron iniciativas de Fact Checking para verificar noticias que se divulgan en redes sociales, no hay recurso humano suficiente para corroborar todos los hechos que, en muchos casos, no son perceptibles fácilmente por un humano.
Por eso, la Inteligencia Artificial es el mejor aliado para combatir la desinformación, y ahora existen herramientas que permiten saber si un video, imagen, texto o audio es real y si la información es verídica.
Las fake news en pandemia – infodemia
Según un estudio hecho por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que analizó las noticias falsas durante la pandemia en Brasil entre enero y junio de 2020, los principales medios de divulgación de fake news fueron Facebook y WhatsApp, a través de mensajes, imágenes y videos.
Las categorías temáticas más frecuentes fueron política (falsificación de la vacuna contra el Cóvid-19 por los gobernantes, 20,1 %), epidemiología y estadística (proporción de casos y muertes, 19,5 %) y prevención (16,1 %). Según Google Trends, aumentaron un 34,3 % las búsquedas en las cuales se utilizaban términos contenidos en las noticias falsas.
En Colombia, tras un año de la pandemia, se creó el Museo de la Desinformación del Cóvid-19. La iniciativa es de un equipo interdisciplinario del grupo de investigación Colev de la Universidad de los Andes, que a través de una serie de estrategias que articulan metodologías de diseño, macrodatos y aprendizaje de máquina busca entender qué es la desinformación, cómo son sus dinámicas y cómo afectan el curso de la pandemia actual.
En su portal web, el museo de la información describen el proyecto como “un proceso de comunicación disruptiva que permite posicionar ideas, conceptos y debates a través de los resultados creados y socializados por el museo”. El resultado fue una pieza de visualización de datos que se trata de una aproximación de tipo temporal e histórico sobre la evolución de las noticias falsas sobre Cóvid-19 en Colombia en el último año.
Para realizar esta visualización se construyó un conjunto de datos (dataset) a partir de las páginas de los medios encargados de desmentir las noticias falsas, se diseñó gráficamente la propuesta visual y se desarrolló la visualización desde ceros utilizando el lenguaje de programación JavaScript.
La inteligencia artificial como aliado
Tras un año y medio de pandemia, este tipo de investigaciones permite ver con retrospectiva el efecto que tuvieron las noticias falsas, pero en tiempo real todavía es muy difícil lograr esos resultados. Por eso, la ayuda de la tecnología se convierte en el mejor aliado. La Inteligencia Artificial a través de los algoritmos facilita el trabajo de analizar la enorme cantidad de datos que circulan.
Sin embargo, el buen uso de la Inteligencia Artificial abre el debate sobre la regulación de la misma y el alcance que puede tener. Actualmente existen herramientas que la usan para manipular videos o imágenes de políticos o personajes públicos que parecen reales, usan su voz y gestos con el fin de difundir noticias falsas, también llamadas deepfakes.
Las deepfakes utilizan sistemas informáticos que permiten, mediante técnicas de Inteligencia Artificial, desarrollar vídeos manipulados. En las campañas políticas para la presidencia de Estados Unidos en 2020 o el Brexit en Reino Unido se usaron para persuadir a los votantes. Por eso la importancia de que existan herramientas con la misma tecnología que ayuden a identificarlos.
Microsoft Video Authenticator es una herramienta creada para tal fin, que permite analizar una foto fija o un vídeo y medir el porcentaje de probabilidad de que haya sido manipulado. Cuando se trata de un video, este porcentaje se puede medir en tiempo real de acuerdo a cada cuadro que se reproduce.
Adobe, por su parte, creó About Face, que distingue mediante técnicas de aprendizaje automático el análisis de fotografías, siendo capaz de mostrar las partes modificadas con un mapa de calor usando Photoshop.
Facebook es la red social más cuestionada en los últimos años por el uso de la información y la fácil divulgación de noticias falsas. Para enfrentar el problema, investigadores de la red social con ayuda de la Inteligencia Artificial usaron la herramienta CrowdTangle, para detectar imágenes modificadas. En la pandemia se comprometió a analizar y eliminar las noticias falsas sobre el Cóvid-19. Un año y medio después, la Casa Blanca cuestionó los esfuerzos de Facebook para controlar la desinformación, por lo que la red social respondió a través de un comunicado al Gobierno de los Estados Unidos sobre los avances sobre la desinformación.
Otra herramienta usada para el fact checking es Pinpoint (significa ‘determinar con precisión’). Fue creada por Google de su plataforma Journalist Studio para que los periodistas puedan cargar y analizar cientos de miles de datos en diferentes archivos, ya sean de texto, audio, imágenes, correos electrónicos o notas escritas a mano.
Inteligencia Artificial en la pandemia
Pero la regulación de la IA permite su buen uso. Desde abril de 2020, la OCDE impulsó un programa para que los países miembros adoptaran políticas públicas que permitieran que la Inteligencia Artificial desempeñara un papel clave en la respuesta ante la crisis por la pandemia de Cóvid-19.
Las políticas públicas buscan que los datos sobre la investigación científica sean abiertos y de fácil acceso, que la creación de plataformas con IA le permita a la comunidad médica acelerar la investigación y a su vez facilite la divulgación de la información, el análisis de datos para el diagnóstico y prevención del virus, entre otros.
Dentro del programa también se destaca el uso de políticas públicas que permitan combatir la infodemia, donde la IA sea capaz de eliminar material problemático y falso en los buscadores y redes sociales.
A su vez, a comienzos de 2021, la Unión Europea aprobó una serie de normas y medidas como un primer marco jurídico sobre la IA, que busca una coordinación con los Estados miembros para garantizar la seguridad y derechos fundamentales de las personas y empresas en la adopción e inversión de proyectos de innovación basados en la Inteligencia Artificial.
Mientras las vacunas avanzan para erradicar el virus, las herramientas e iniciativas públicas desde la Inteligencia Artificial avanzan para eliminar las noticias falsas y le abren espacio a la ciencia para la divulgación de material científico de calidad.
Imagen de Yan Wong en Pixabay