Honor 50: una ‘declaración de independencia’ con autoridad – experiencia de uso

Publicado el 16 Dic 2021

Honor 50

Cuado un hijo decide abanadonar el hogar paterno y materno, se espera que sus acciones demuestren con autoridad que estaba listo para asumir la responsabilidad de seguir solo por la vida. Contar con un buen trabajo, encontrar un buen lugar para vivir, hacer un uso responsable de sus recursos (o sea, no enloquecerse y botar la plata)… porque eso de independizarse para seguir mantenido, como que no es lo que se espera…

Por eso, el primer lanzamiento de Honor en Colombia tras independizarse de Huawei tenía que ser un golpe de autoridad que demostrara que la marca podía andar su camino sola. Y el Honor 50, anunciado en el país hace algunas semanas, es un una buena forma de comprobar que puede hacerlo.

Dotado con un procesador Qualcomm Snapdragon 778G y 8 GB de RAM, el Honor 50 ya empieza con buenas bases para ofrecer un rendimiento adecuado para usuarios exigentes. El chipset tiene buenos comentarios en sitios especializados y evaluaciones de los usuarios. Aunque las redes 5G todavía no están disponibles en el país, el hecho de que se trate de un chip con esta tecnología tiene beneficios que sí se notan en el rendimiento. Y los 8 GB de RAM no solo le aportan a la potencia del procesador, sino que apuntan a ser la tendencia en los teléfonos a corto o mediano plazo; pero todavía pueden ser considerados una novedad en un mercado todavía dominado por los 4 GB de RAM, con asomos de algunos equipos con 6 GB.

Lea aquí 2 reseñas y evaluaciones de los procesadores Snapdragon 778G: Qualcomm Snapdragon 778G 5G: análisis, características y precio (en Versus) y Qualcomm Snapdragon 778G – Benchmark, prueba y especificaciones (en CPU Monkey)

En Impacto TIC estuvimos ‘cacharreando’ con uno de estos equipos, en su configuración con 256 GB de almacenamiento. Tras un nacimiento en el que Honor era visto como el ‘hermano de bajo costo de Huawei’, las impresiones que deja este equipo en la nueva etapa de la empresa son bastante positivas.

Lo que viene en la caja

La caja del Honor 50 viene con un cargador de 66 W, con su respectivo cable USB tipo A a tipo C, que permite llevar la batería de 4.300 mAh de 0 a 70 % en 20 minutos, y lograr la carga completa en unos 40 minutos. También se encuentra allí una cubierta de silicona, ya tradicional en otras marcas, alguna breve documentación y ¡oh sopresa! un manoslibres alámbrico para conectar al puerto USB tipo C.

Imagen: Impacto TIC.

Ante la cada vez más común desaparición del conector para audífonos de 3,5 mm en los teléfonos inteligentes modernos, los usuarios tenían la opción de conseguir un adaptador o usar unos audífonos o un manoslibres inalámbricos, pero lo común era que tuvieran que adquirir este accesorio por su cuenta. Que venga en la caja es una buena costumbre que se había perdido, más si se trata de uno con conexión USB tipo C. Buen punto para Honor.

Ahora, también hay que decir que no son los audífonos más bonitos y los que ofrecen la experiencia más inmersiva, pero bueno… estamos hablando de los audífonos que vienen en la caja, que al final ofrecen un sonido adecuado, con una buena definición del estéreo, quizás no los ideales para un melómano consumado, pero que cumplen bien su función básica.

Ah, con respecto al cargador, olvidamos decir que tiene conexión europea, de manera que será necesario conseguir el popular adaptador, que en la ferretería del barrio seguramente se consigue por menos de 5.000 pesos. Pero es una caminata hasta la ferretería que les agradeceríamos a los fabricantes evitarnos.

El protector de silicona es, a mi juicio, una de los accesorios más lamentables que se pueden encontrar en la caja de un celular, pero no porque sea de baja calidad o porque no cumpla con su objetivo de dar una protección adicional al dispositivo, sino porque arruina por completo la estética del equipo. El Honor 50 que tuvimos en Impacto TIC tiene una cubierta posterior con un diseño escarchado que pierde parte de su atractivo con la cubierta de silicona. Pero es el sacrificio que hay que hacer para que los golpes y las caídas no resulten en rayones que, a la larga, afectarían más la buena apariencia del smartphone.

Una característica habitual de los teléfonos actuales es que sus cubiertas posteriores son un iman de huellas dactilares. La buena noticias es que la del Honor 50 no lo es tanto; el teléfono se ve bastante limpio luego de manipularlo. Las huellas son inevitables, pero en la parte posterior de este equipo no se ven como en una escena del crimen en CSI; más bien se trata de zonas opacas que se perciben en la superficie –algo que también dependerá de la sudoración o higiene del usuario–, fáciles de limpiar.

Una pantalla elegante y eficiente

Creo que todos los celulares –inteligentes o no– que he usado en mi vida han tenido una pantalla totalmente plana, por lo que para mí fue una novedad –como usuario– tener una pantalla con biseles laterales, que le otorgan al equipo una apariencia muy elegante.

Hace algunos años, cuando esta característica era una novedad en el mercado, los usuarios de otras marcas (estamos hablando de épocas en las que no existía Honor) se quejaban de que toques accidentales en la parte biselada activaban acciones que no querían realizar. Esto ya no sucede y la pantalla Oled del Honor 50, por el contrario, tiene una apariencia que hace percibir más amplias sus 6,57 pulgadas, con resolución de 2.350 x 1.080 pixeles. Además, la pantalla tiene frecuencia de actualización de hasta 120 Hz, frecuencia de muestreo táctil de 300 Hz y profundidad de color de 10 bits.

Seguramente un usuario común y corriente no apreciará tanto estas últimas características, más valoradas en aplicaciones que requieran una muy alta velocidad de respuesta de la pantalla, como los videojuegos, un capítulo en el que debo admitir que mi experiencia más compleja nunca fue más allá de Angry Birds. Sin embargo, sucumbí a la tentación de instalar ‘Asphalt 9: Legends’, un juego con gráficos hiperrealistas cuyo archivo de descarga pesa cerca de 2,5 GB, y la experiencia de juego fue realmente buena. La secuencia fue fluida en todo momento, sin interrupciones, utilizando la más alta calidad gráfica. La combinación procesador-memoria-pantalla realmente se nota en un escenario exigente como este.

‘Asphalt 9: Legends’ en el Honor 50. Imagen: Impacto TIC.

Pero, aunque no se perciban tanto con las aplicaciones habituales del día a día, sí se puede decir que los 120 Hz de actualización y los 300 Hz de frecuencia de muestreo aportan, de alguna forma, a que la experiencia se perciba más fluida al interactuar con la pantalla. Eso sumado al hecho de que entre el Snapdragon 778G y los 8 GB de RAM, la carga de las aplicaciones es rápida y su funcionamiento no presenta retrasos. Nada de presionar el botón de activar la cámara y tener que esperar algunos segundos hasta que la imagen por fin se vea en pantalla.

¿La cara o la huella?

El lector de huellas se encuentra integrado en la pantalla, lo que también resulta una práctica cada vez más común entre los fabricantes. Aunque es una de esas cosas que dependen del gusto del usuario, podría decirse que el lector en la pantalla es la posición más natural para este tipo de sistema de desbloqueo, pues no obliga a darle vueltas ni hacer leves maniobras con el teléfono para alcanzar el lector ubicado en la parte posterior o en el botón de enendido. Superado el asunto del gusto, su respuesta es precisa y rápida.

Otra manera de desbloquear el teléfono es mediante reconocimiento facial. La verdad es que luego de leer todas las advertencias sobre la efectividad de este mecanismo –algo que no es cosa de Honor, sino de este tipo de reconocimiento en general–, personalmente me siento más tranquilo con la huella digital.

Sobre el reconocimiento facial, sin embargo, debo agregar que la lectura del rostro al momento de registrarlo fue extremadamente rápida, lo que no sé si será un gran avance o un aporte para que el sistema sea menos seguro, pues en un segundo hace una toma frontal de la cara, sin recurrir a varias lecturas o a cambios mínimos de ángulo, como hacen otras marcas para captar una imagen más completa. Que esto sea más seguro o no es una especulación de mi parte, no un hecho comprobado.

Sin embargo, reconozco que no encontré a alguien tan parecido a mí como para que lograra desbloquear el teléfono con su rostro, y que el reconocimiento de mi cara era efectivo incluso en muy bajas condiciones de luz. Pero me sigo quedando con la huella dactilar.

A lo que vinimos: la cámara

Uno de los aspectos que más ha destacado Honor de este lanzamiento son sus cámaras. Una frontal de 32 MP, y un conjunto de lentes posteriores que incluyen uno de 108 MP, para las tomas de mayor definición; un angular de 8 MP, un lente para efecto bokeh y otro macro.

Más allá de la resolución, Honor ha hecho énfasis en la capacidad de hacer tomas en las que intervengan 2 cámaras a las vez (la frontal y la posterior, o dos posteriores). Aunque no se trata de una completa novedad –captar imágenes con 2 cámaras a la vez se podía lograr con aplicaciones de terceros, aunque no siempre aprovechaban todo su potencial–, el hecho de que sea una característica nativa del equipo sí permite aprovechar al máximo las capacidades de las cámaras.

Estos son los modos de captura de imagen del Honor 50 en modo Multivideo. Imagen: Captura de pantalla (Impacto TIC).

Honor ha bautizado esta característica como Multivideo, y será algo que seguramente empezaremos a ver cada vez con más frecuencia a medida que los fabricantes busquen la manera de nivelarse en la competencia para ofrecer más características novedosas para los generadores de contenido. Nokia, por ejemplo, la llama Dual Sight y la ofrece en su modelo X20.

Las tomas Multivideo se pueden hacer:

  • Usando la cámara frontal y la posterior en pantalla dividida (dos partes iguales).
  • Usando la cámara frontal y la posterior en modo recuadro (la imagen de la cámara frontal aparece en un pequeño recuadro que se puede ubicar en cualquier lugar dentro de la imagen a pantalla completa de la cámara posterior).
  • Dos lentes posteriores en pantalla dividida (dos partes iguales).

En las tomas en que interviene la cámara principal, en la imagen correspondiente se puede ajustar el zoom desde 1x hasta 6x, mientras que la otra permanece fija.

¿Y eso para qué sirve? Bueno… los creadores de contenido avanzados estarán de plácemes con las innumerables posibilidades que esta herramienta ofrece, al permitir tener una vista general y un detalle de una misma situación, al tiempo, sin tener que pasar por un proceso de edición.

Para nosotros, los mortales comunes y corrientes, sería ideal para hacer un seguimiento cercano del hijo o del sobrino que juega fútbol al tiempo con una imagen más abierta del partido que se está jugando; o para tener un primer plano de la hija (o de la sobrina) que se destaca en el coro mientras se tiene la panorámica del grupo completo; o para mostrar detalles de un cuadro sin perder de vista el conjunto; o para mostrarle a la nuera dónde quedó el adorno que regaló para la sala sin que le queden dudas de que esa esa es la sala y de que ese es el adorno; o para mostrar dónde es que se acuesta el gato con respecto a la disposicón de la habitación; o para… las posibilidades están limitadas por la imaginación o por las necesidades que se puedan satisfacer.

La combinación de cámara frontal y posterior suele usarse para que la imagen del narrador se vea mientras se hace un recorrido turístico, por ejemplo, o como recurso en tutoriales para que el rostro del instructor permaneza en la pantalla mientra se ven las acciones que realiza. Para periodistas en zonas de difícil acceso para equipos con cámaras profesionales, puede convertirse en una de sus herramientas a preferidas (especialmente para emisiones en directo, siempre y cuando la zona no presente las mismas restricciones de conectividad que de acceso para las cámaras).

Antes de tener la experiencia, supuse que lograr un encuadre adecuado desde 2 cámaras diferentes no sería fácil, especialmente al usar las 2 cámaras posteriores a corta distancia del objetivo, pero realmente el asunto no resultó tan problemático, como lo demuestran las primeras imágenes que se muestran a continuación, tomadas a unos 60 cm del cuadro que se capta.

De hecho –y esto es más un asunto de habilidad del usuario que de la cámara– terminaba siendo más difícil lograr una toma estable que utilizara la cámara posterior y la frontal. Cabe anotar que en las tomas del ejemplo anterior, las imagenes del gato reemplazan a las de los hijos y de los sobrinos, pero seguramente las captadas por el fabricante son más elocuentes y motiven más la creatividad de los usuaros potenciales:

No sobra decir que los modos multivideo funcionan en formato horizontal y vertical. Ajustar el zoom durante las tomas, mientras se mantiene un encuadre adecuado, puede ser una tarea complicada para los usuarios menos hábiles, por lo que no está de más usar un trípode o un stick con control remoto que no ponga en riesgo la integridad del teléfono. Y lo digo porque, si bien no llegó a pasar, la sensación de que se me iba a caer al intentar la maniobra fue constante.

Dicho lo anterior, debo aclarar que la sensación tenía que ver con la habilidad (o la falta de ella) necesaria para mantener el encuadre, el foco y ajustar el zoom al mismo tiempo, porque bajo condiciones normales el Honor 50 se siente firme en las manos, no es resbaloso y su tamaño permite manipularlo de manera fácil con una sola mano para la mayoría de tareas. A pesar de ser ligero –175 gramos– se siente consistente. Además, los botones de encendido y de volumen están entre medio y un centímetro más abajo que en otros celulares del mismo tamaño, lo que hace más fácil el acceso a ellos, también con una sola mano.

Frente a equipos que vienen con 2 parlantes, el apartado de sonido quizás no es el que más se destaque en el Honor 50, aunque su único altavoz cumple con una buena potencia sin mayor distorsión con el máximo volumen; sin embargo, en materia de celulares, la experienia de sonido siempre será mejor usando audífonos –incluso los cada vez menos frecuentes incluidos en la caja– o conectándolos a un amplificador externo (el equipo de sonido o los parlantes del computador).

Por otra parte, en un mundo en el que las baterías de 5.000 mAh se imponen como el estándar, una de 4.300 mAh parece no estar acorde con las demás especificaciones del equipo. Vale decir que para un uso intermedio, los 4.300 aguantan para un día entero sin mayores apuros, y que la carga rápida permite compensar en parte esos 700 mAh que nos quedaron debiendo.

Magic IU y Android

Para quienes venimos del mundo iOS, las advertencias con respecto a las capas de personalización siempre han aparecido entre las principales alertas que recibimos de los avesados en la materia. Hay que decir que este parece ser un tema superado para algunas marcas, pues las capas de personalización cada vez se sienten más como un aporte a la funcionalidad y la estética del sistema operativo. Es lo que sucede con Miui en Xiaomi, por ejemplo, y lo que se ve con Magic UI en el Honor 50 (y seguramente en todos los dispositivos de la marca): una capa de personalización moderna, agradable a la vista y cuyas características adicionales no estorban en las interacciones del usuario con el celular. ¿Sucederá lo mismo en todas las marcas?

Imagen: Impacto TIC.

Y habiendo mencionado a Android, no se puede pasar por alto el hecho de que ‘los herederos’ de Huawei tengan la versión 11 del sistema operativo, en este caso la 11, con actualizaciones de versiones y de seguridad por 2 años. A pesar de los grandes esfuerzos de la marca por mantener actualizada y en constente crecimiento su AppGallery –como se llama la tienda de apps de Huawei– no se puede negar el alivio que, con Honor, representa tener acceso a la PlayStore y a los servicios de Google en general.

El desempeño general del equipo es muy bueno. Cabe recordar que a la potencia del chip y la capacidad de memoria hay que sumar el uso que el sistema en general hace del equipo, algo que depende más del fabricante del dispositivo que de los que hacen los componentes. Pero más allá de las percepciones subjetivas como usuario, las pruebas de desempeño también dan un buen parte del rendimiento del Honor 50.

Un equipo de estas características, bien evaluado en las pruebas y que ofrece una experiencia de usuario muy favorable tiene un valor adicional por su costo en el mercado: en Colombia se lanzó con un precio de 2.209.900 pesos, pero dependiendo del distribuidor y de las ofertas, se encuentra por alrededor de los 2,0 a 2,5 millones de pesos, una buena relación calidad-precio.

Claramente, el relanzamiento de Honor como marca independiente en Colombia está sustentado en los buenos argumentos que ofrece el Honor 50 en configuración, calidad y rendimiento. Quedamos a la expectativa de conocer más ‘herederos de Huawei’ que vengan a complementar la oferta de la marca, ahora independiente, en el país.


Imagen principal: (Impacto TIC).

¿Qué te ha parecido este artículo?

D
Jaime Ernesto Dueñas Montaño

Periodista con énfasis en temas de tecnología, y con más de 25 años de experiencia en medios como El Tiempo, Pulzo y Enter.co. Colaborador en publicaciones de ciencia y tecnología.

email Sígueme en

Artículos relacionados

Artículo 1 de 2