Las brechas de acceso siguen siendo un problema; así lo recordó Isabel Cristina De Ávila, una de las fundadoras de Mujeres TIC y líder en gestión asuntos internacionales de Ecopetrol: “Sólo el 46 % de los hogares tienen internet fijo”. La cifra fue mencionada en medio del panel Transformación Digital del Sector Público 2026 y sirvió como abrebocas para una discusión entre expertos.
Porque aunque la Transformación Digital del Estado comparte algunas similitudes con el sector privado, también presenta particularidades. Por ejemplo, mientras el sector privado busca innovar, aumentar la competitividad y mejorar la experiencia del cliente, el público apunta a eficiencia, transparencia, accesibilidad universal y cumplimiento de normativas, entre otras variables.
Pero la más importante es su público objetivo: el ciudadano. En ese sentido, Sergio Gómez, el director comercial de gobierno en Internexa, señaló que, con frecuencia, las entidades automatizan procesos pensando en su funcionamiento interno y no en el usuario final.
Por su parte, Diana Patricia Arenas, vicepresidente de tecnología y transformación digital del Fondo Nacional del Ahorro, dijo que el reto de algunas entidades estatales es crear un hilo conductor entre la parte comercial y la operativa para que el ciudadano tenga una experiencia ágil y confiable. Esto incluye la digitalización de servicios crediticios, manteniendo canales de comunicación que generen cercanía con la población que aún prefiere la presencialidad.
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Innovación y cultura como ejes de cambio
Hernán Ríos Linares, el director de gestión de tecnologías de la información y comunicaciones de la ADRES (la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud) enfatizó que la Transformación Digital siempre debe ser entendida como una estrategia de negocio y no simplemente como la adquisición de nuevos equipos. Según el experto, el principal obstáculo, más allá del presupuesto, es la cultura organizacional, pues es necesario vencer la resistencia interna al cambio y modernizar los procesos administrativos y de contratación.
En este escenario, la capacitación en habilidades digitales de los ciudadanos surge como una necesidad urgente para superar estas barreras culturales, una en la que estamos en déficit: “Colombia tiene una meta de capacitar en habilidades digitales al 2026 a 797.000 personas, en el 2024 sólo había 72.000 personas capacitadas” afirmó De Ávila. Sin este conocimiento, los procesos técnicos suelen detenerse en cuellos de botella dentro de las entidades.
Diana Patricia Arenas argumentó que el principal desafío está en la innovación: “La barrera más grande que tenemos es que no sabemos innovar, o sea, hablamos de innovación pero no sabemos cómo innovar”. Para ella, la innovación debe preceder a la transformación tecnológica, permitiendo optimizar procesos y aplicar soluciones que respondan a las realidades sociales de las comunidades antes de implementar cualquier herramienta digital.
El panel también resaltó la importancia de la continuidad en los proyectos para evitar que los cambios de administración interrumpan los avances. Sergio Gómez Herrera subrayó además que muchas entidades operan con infraestructuras atomizadas u obsoletas, a menudo con software que ya ha alcanzado el fin de su vida útil. Esta situación dificulta la implementación de tecnologías avanzadas como la analítica de datos o la inteligencia artificial, fundamentales para la toma de decisiones informadas en el sector público.
Esto sin tener en cuenta los desafíos presupuestarios del Estado para lograr la transformación digital. En este punto, los expertos señalan que, si bien el dinero es una restricción constante, el verdadero reto es evitar que la falta de fondos impida la adquisición de infraestructura y el pago de capital humano especializado, ya que sin estos elementos no se pueden generar casos de uso que demuestren el impacto de la tecnología.
Tecnologías para una gestión eficiente
En cuanto a las herramientas involucradas, la ciberseguridad se posicionó como un pilar innegociable. Hernán Ríos compartió la estrategia de la ADRES para transitar hacia unidades de ciberseguridad integrales que protejan la información sensible de salud. El directivo destacó que la gestión de riesgos debe ser una prioridad estratégica para evitar ataques que comprometan los datos nacionales.
La interoperabilidad y la gobernanza de datos también fueron mencionadas como requisitos técnicos esenciales. La capacidad de diferentes entidades para intercambiar información de forma segura permitiría que los trámites fluyan sin obstáculos, mejorando la eficiencia operativa y reduciendo los tiempos de respuesta para los usuarios de servicios estatales.
La Inteligencia Artificial y la analítica de datos se proyectan como las herramientas que permitirán al Estado pasar de un modelo reactivo a uno predictivo. No obstante, se aclaró que antes de implementar modelos avanzados, es imperativo organizar los procesos, limpiar los datos y asegurar la infraestructura básica necesaria.







