Claro es operador dominante, pero ¿qué pasó con las medidas?

Publicado el 01 Feb 2021

CRC impone medidas de infraestructura móvil.

La Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) declaró como operador dominante en el mercado de servicios móviles a Claro Colombia. Sin embargo, en el comunicado donde dio a conocer la decisión advierte que “se abstuvo de tomar medidas particulares” y “continuará con el monitoreo del mercado en el marco de sus competencias”. Una gran lavada de manos.

Por un lado, da la razón a los competidores y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) sobre la existencia de un falla de mercado que se materializa en el dominio que ejerce el mayor operador en el estratégico sector de las telecomunicaciones de Colombia; mientras que por el otro, no toma ninguna medida al respecto.

Recordemos que de los 31,8 billones de pesos facturados por voz y datos móviles, entre el segundo trimestre del 2017 y el mismo período del 2020, Claro registró 18,1 billones, el 57 % del total.

Ahora bien, la declaración de Claro como operador dominante en los servicios de telefonía e Internet móvil abre la puerta para que tanto la CRC como el Ministerio TIC puedan tomar medidas particulares sobre esta empresa para intentar traer equilibrio a la cancha, que de lo contrario no se podrían imponer.

Pero la experiencia indica que las medidas, que son lo verdaderamente relevantes si la intención es llevar competencia al mercado, pueden tomar años.

Y cómo no, si la junta de la CRC se demoró 4 años para tomar la decisión, tras un detallado y garantista estudio de la industria de telecomunicaciones móviles, que por deber legal tiene que realizar periódicamente.

El otro antecedente es que en 2009 se declaró a Claro por primera vez como operador dominante en el servicio de telefonía móvil. Pero las verdaderas medidas (las primeras fueron mal formuladas) llegaron hasta el 2013 con cargos asimétricos, es decir, cobros diferentes por la interconexión con otros operadores, que en teoría daban ventaja a empresas como Tigo y Movistar; otras acciones particulares, y condiciones menos favorables para la mexicana en la subasta de espectro para el despliegue de la tecnología 4G, que se realizó en 2014.

Claro tiene el derecho de presentar un recurso de reposición, una vez le sea notificado el acto administrativo. Lo cual ya anunció que hará.

De hecho, la decisión de la CRC es apenas el comienzo de una batalla legal que emprenderá la poderosa compañía, que cuenta con un equipo jurídico bien fogueado en este campo.

Ejemplo de esto es que durante 2012 la CRC cayó en un letargo administrativo que frenó su capacidad de respuesta ante las imperiosas necesidades del sector de cara a la llegada del 4G, debido a una recusación de Claro contra su entonces director Carlos Andrés Rebellón, quien había trabajado para UNE-EPM Telecomunicaciones (hoy Tigo), una de los principales interesadas en las medidas particulares.

La Procuraduría General de la Nación falló en contra del director de la Comisión, lo que propició su salida del cargo, y finalmente permitió avanzar con los procesos frenados, entre los que estaban las acciones asimétricas contra la antigua Comcel.

Pero las mencionadas medidas fracasaron, y prueba de esto es que hoy estamos en la misma situación, con el añadido de que ahora la preponderancia también se da en Internet móvil. Repitiendo los discursos de lado y lado que advierten que el único perjudicado es el usuario porque se frenan las inversiones en infraestructura y, por consiguiente, la cobertura y calidad se deteriorarán.

No se trata de satanizar a Claro por su innegable éxito. Pero las medidas son necesarias para crecer en cobertura y calidad de conectividad móvil, en las que actualmente Colombia se encuentra muy rezagada.

Si la situación se mantiene como está, serán pocos los que resistan el flujo constante de inversiones que requiere este negocio si las utilidades no los acompañan en el balance trimestral, y que estas les permitan salir del alto endeudamiento que ya es crónico en el sector.

Se produjo un primer paso, pero todo parece indicar que el camino será largo hasta que se lleven a cabo acciones concretas. Mientras tanto, todo seguirá igual.

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Felipe Castro Cervantes

Periodista especializado en TIC y telecomunicaciones, con maestría en Gestión de Servicios Tecnológicos y de Telecomunicaciones de la Universidad de San Andrés, en Argentina. Asesor de prensa y comunicaciones de la Secretaría de Economía del Conocimiento, del Ministerio de Economía de Argentina.

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