Se confirmó el nombramiento del ingeniero y administrador de empresas barranquillero Walid David Jalil Nasse como viceministro de Conectividad y Digitalización del Ministerio TIC, quien tiene el reto, antes de terminar el actual período presidencial, de concretar la subasta de 5G, incrementar los accesos a banda ancha y lograr los ambiciosos objetivos de cara a la Transformación Digital, clave para la reactivación económica del país.
El viceministro entrante se desempeñaba como asesor de la ministra TIC, Karen Abudinen, desde julio del año pasado, y lo precede la reputación de buen ejecutor por sus cargos en Indra Colombia, el ICBF, el Ministerio de Transporte y la alcaldía de Barranquilla, uno de los principales requisitos para llevar adelante su misión al frente de la conectividad y digitalización de Colombia.
Jalil Nasse reemplaza en el cargo a Iván Antonio Mantilla, doctorado en Telecomunicaciones y con máster en Tecnología, Sistemas y Canales de Comunicaciones, de la Universidad Politécnica de Valencia. No obstante, el saliente viceministro deja varios cuestionamientos sobre su gestión.
Mantilla es responsable de las polémicas que siguen rondando la subasta de espectro de 700 MHz de 2019, en la que, además, se perdió la oportunidad de regular la dominancia de Claro sobre los mercados de voz y datos móviles, como se hizo hace 7 años en el proceso de asignación de bandas para la tecnología 4G, cuando Diego Molano Vega presidía esta cartera.
Fue el ahora exviceministro quien dio el visto bueno para que WOM (Partners) retirara su oferta por más de $1,7 billones por uno de los lotes en puja durante la subasta, cuando esta se había realizado formalmente, bajo todos los criterios de seguridad y responsabilidad legal que se manejan en este tipo de negociaciones, sustituyendo esa suma por la cobertura de una póliza de seriedad de la oferta que solo alcanzó los $42.000 millones.
También permitió la participación en la subasta de Juan Ignacio Crosta, asesor de WOM, quien justamente había trabajado con el Ministerio TIC en su estructuración en las bandas de 700 MHz, 900 MHZ y 2.500 MHz. A lo que en su momento la entonces ministra Sylvia Constaín respondió, a la Procuraduria General de la Nación, que solo había participado en temas logísticos.
Ya con posterioridad a la subasta, Mantilla redujo el valor del monto de cobertura de las garantías de cumplimiento, y modificó la obligación de realizar mediciones en el terreno para garantizar que no hubiese cobertura de ningún operador en las zonas donde debían desplegar la red.
De hecho, los cambios sorpresivos de las obligaciones de los asignatarios de la subasta son materia de investigación por parte de la Procuraduría, y Mantilla fue citado por el Congreso para responder sobre dicho proceso en septiembre de 2020.
Por otra parte, sus constantes solicitudes de informes y análisis durante el estudio de la posible dominancia de Claro, en los mercados de voz y datos móviles, a la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), colaboraron a la pasmosa lentitud del proceso, que tardó 4 años y aun no brinda medidas concretas.
De tal manera que el nuevo viceministro de Conectividad y Digitalización tiene en frente tareas trascendentales para el desarrollo del sector en la presente década, pues sobre esta infraestructura se soporta buena parte de la economía del país, la innovación, la productividad, la educación, la salud y el desarrollo social, particularmente en el nuevo contexto que vivimos.
Ese reto comienza por devolver la institucionalidad al sector con la estructuración de una subasta de espectro (seria) para 5G que, además, responda a las necesidades que hay en materia de competencia, y hacer uso de las herramientas que le otorga al Ministerio TIC la declaración de Claro como operador dominante, para aplicar correctivos de cara a la falla de mercado y maximizar las inversiones de todos los jugadores a partir del arriendo del espectro radioeléctrico y las obligaciones de cobertura.
Ampliar el despliegue de fibra óptica es indispensable para el desarrollo del 5G, pero también para cubrir la demanda y las necesidades que los hogares tienen hoy, y que a su vez sea rentable para los operadores, pues las mayores necesidades se encuentran hoy en zonas con baja densidad poblacional, lo que es muy costoso en su despliegue y poco redituable.
También resulta estratégicamente clave reglamentar y promover el acceso a la banda de 6 GHz para el Wi-Fi 6E, que permite una cobertura de banda ancha mejorada y más asequibilidad, una mayor velocidad al reducir la congestión, así como la implementación mejorada de Wi-Fi municipal y de puntos de conexión gratuitos, que brindan acceso a Internet para hogares que no pueden comprar un plan de banda ancha.
La digitalización también debe ser fundamental en la agenda del viceministro Jalil Nasse, pues de poco servirá la infraestructura de telecomunicaciones sin la incorporación de la tecnología a los procesos de la industria, el comercio, la educación, la salud y la relación de las personas con el Estado.
Sería bueno que en el Ministerio TIC miren hacia estrategias de digitalización exitosas como las que hoy implementa Ecopetrol, que ha hecho de la aplicación de IoT, Blockchain, AI y robots, entre otros, pieza clave para la segunda fase de un programa de eficiencia que apunta a generar ahorros de 2.300 millones de dólares entre 2019 y 2023.
Recordemos que el gobierno viene desarrollando 17 proyectos de digitalización, determinantes para la reactivación de la economía, entre los que están el teletrabajo, la modernización de la Dian, el Runt, y la transformación del Icetex y el Icfes.
El flamante ‘vice’ llega en un momento difícil, en particular por las tensiones en materia regulatoria que, valga decirlo, no son nada nuevo en esta industria caracterizada por una feroz competencia, así como por las bajas cifras de acceso a Internet, en las que el país está rezagado frente a sus vecinos y los socios de la Ocde. Además, tendrá que responder al dinamismo de la tecnología, muy distinto al de las obras viales colombianas.