Los seres humanos inhalamos y exhalamos unas 20.000 veces al día. Gracias a la acción silenciosa y casi imperceptible de los pulmones, inspiramos y espiramos entre 5 y 6 litros de aire por minuto (entre 7.200 y 8.600 litros cada 24 horas).
Afortunadamente, el aire siegue siendo gratis. Pero cuando los pulmones fallan, los aparatos que le permiten al cuerpo humano reemplazar su función son sumamente costos: 20.000, 30.000 dólares en el pasado reciente; 40.000 dólares (unos $150 millones), siempre que haya unidades disponibles, ahora que el COVID-19 ha disparado la demanda de respiradores en el mundo.
Ante un escenario tan complejo, resulta más que positivo saber que en aproximadamente un mes Colombia podrá contar con ventiladores mecánicos cuyo costo oscila entre 7 y 10 millones de pesos (menos de la décima parte de lo que cuestan en el mercado internacional) y que tienen una característica especial: fueron desarrollados por talento nacional y su fabricación también está en manos colombianas. Esto se logró como resultado de una iniciativa de colaboración e innovación liderada por Ruta N.
El cerebro detrás del proyecto es Mauricio Toro, ingeniero mecánico y CEO de Techfit, una empresa colombiana que opera en Florida (Estados Unidos), dedicada a la fabricación de dispositivos médicos.
La labor de Toro y del equipo de trabajo fue destacada en la edición de abril de Vanity Fair, cuando el proyecto todavía estaba en etapa de desarrollo. Pero este miércoles 15 de abril se conoció la noticia de que los respiradores colombianos pasaron las pruebas preliminares y, a falta del visto bueno final por parte del Invima (lo que debería darse en el transcurso de esta misma semana) se prevé que su fabricación comience el próximo lunes 20 de abril.
Es un orgullo para Antioquia liderar el desarrollo y fabricación de ventiladores de bajo costo que salvarán miles de vidas en el país. Juntos podemos lograr cosas increíbles. https://t.co/3JazAKcoE2
— Daniel Quintero Calle (@QuinteroCalle) April 15, 2020
Para que los ventiladores mecánicos colombianos sean una realidad se ha contado con el apoyo de empresas e instituciones que han hecho aportes desde lo científico y desde lo financiero.
En un artículo publicado por El Tiempo se menciona que Mauricio Toro se puso en contacto con el investigador Mauricio Hernández, líder del Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica de la Universidad de Antioquia (Gibic), quien desde hacía varias semanas trabajaba en una idea similar en los laboratorios de esa institución. “En alianza con Ruta N y decenas de empresarios, académicos y expertos médicos le pusieron el acelerador al proyecto y lo bautizaron InnspiraMED”.
Gabriel Sánchez, que gerencia la iniciativa, también destacó los aportes económicos con los que se ha contado. Uno de los más significativos fue el de Postobón, que donó $9.000 millones con los que se cubrirá la producción de unos 1.500 dispositivos.
El directivo le contó a Impacto TIC que un comité se encargará de establecer un listado de prioridades para la distribución de los equipos. Al cabo de las 4 semanas que faltan para que se adelante su producción, se entregarán a partir de las necesidades de las instituciones que presten el servicio y de la capacidad real de instalación, lo que incluye la existencia de espacios adecuados y la disponibilidad del personal médico necesario para su operación.
¿Cómo funcionan los ventiladores mecánicos de InnspiraMED?
En un video publicado el pasado 29 de marzo, Mauricio Hernández explicaba las características de los 3 prototipos de ventiladores mecánicos en los que estaba trabajando InnspiraMED, que serán los que entrarán en producción a partir del próximo lunes. Si bien se trata de una explicación basada en el plano técnico de los equipos, a partir del minuto 9:20 se pueden apreciar fotos de los primeros diseños.
Más adelante dentro del proceso, ADN Medellín publicó este video (cortesía de InnspiraMED), en el que se muestra el funcionamiento de los ventiladores mecánicos.
El respirador que creó un grupo de investigadores de la Universidad de Antioquia, a propósito del covid-19. Video: Cortesía Inspiramed. pic.twitter.com/goaElj8sEG
— ADN Medellín (@ADNMedellin) March 21, 2020
Cabe anotar que aunque estos ventiladores tienen las mismas funcionalidades de los equipos clínicos más avanzados, requieren una mayor atención por parte del personal de salud que los maneja, pues en principio fueron diseñados con las especificaciones necesarias para atender la emergencia actual. Así se lo dijo a El Tiempo Luis Horacio Atehortúa, asesor de la investigación. Al respecto, Mauricio Toro también aclaró que “en el escenario de una fabricación masiva debe tenerse en cuenta que en ningún caso reemplazaría los respiradores especializados, los cuales continuarán siendo los más confiables e indicados”.
La fabricación de los equipos estará a cargo de Haceb y Auteco Mobility.
[su_box title=”¿Cuántos ventiladores mecánicos se necesitan en Colombia?” style=”default” box_color=”#B12734″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]
El decreto 417 del 17 de marzo de 2020, que contiene los cálculos del Gobierno con respecto a la evolución del COVID-19 en Colombia, sostiene que el número de contagiados llegará a cerca de 4 millones de personas, de las cuales un poco más de medio millón presentará una condición severa. De ellos, casi 200.000 llegarán a sufrir una condición crítica que requeriría el uso de aparatos de respiración asistida.
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Las entidades e instituciones que apoyan el trabajo de InnspiraMED
Ruta N, ANDI, Universidad de Antioquia, Universidad EIA, Industrias Médicas Sampedro, Gobernación de Antioquia, Hospital San Vicente Fundación, Techfit Digital Surgery, Universidad CES, Clínica Las Américas, C2R Engineering S.A.S., Fundación Bancolombia, Postobón, HyS Automatización y Control, Invertrónica, 10X Thinking, Sofasa Renault, Auteco, Haceb, Industrias Metálicas Los Pinos, EMCO S.A., Fundación Santafé, Moldes Medellín, Reflejarse, ION Heat y Meridiano S.A.S.
[su_box title=”El ventilador de La Sabana, otra iniciativa en marcha” style=”default” box_color=”#7DB9C7″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]
La Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Sabana, en conjunto con la Facultad de Medicina, la Clínica Universidad de La Sabana y la Fundación Neumológica Colombiana, ha trabajado en el desarrollo de un ventilador mecánico invasivo que permite suplir la respiración de pacientes con compromiso respiratorio grave, como aquellos afectados por el COVID-19.
El 14 de abril, la institución anunció que junto con las empresas Cotecmar (Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial) e Indumil (Industria Militar Colombiana) iniciaría la preproducción de estos ventiladores y tan pronto sean aprobados por el Invima se prodecerá a la fabricación en serie.
Luis Fernando Galindo, neumólogo y director médico del proyecto, le contó a El Tiempo que el plan es tener tres líneas de fabricación: en el campus de la universidad, en Chía; en Indumil, en Soacha y Sibaté, y en Cotecmar, en Cartagena. En principio se producirán 100 pero la idea es aumentar el número y que Indumil pueda producir entre 60 y 80 dispositivos al día.
La Universidad de La Sabana abrió una línea de donación para este proyecto. El 15 de abril se conoció que Luis Carlos Sarmiento Angulo donaría 1,2 millones de dólares. Con este aporte, ahora la meta es producir 5.000 ventiladores de bajo costo. El precio de estos ventiladores ronda los 2.000 dólares.
El primer destinatario de los equipos será la Clínica de la Universidad de La Sabana –teniendo en cuenta que es la institución centinela para el departamento de Cundinamarca– y adicionalmente podrían ir también a ciudades como Ibagué, Yopal o Cartagena, que han mostrado interés en este diseño.
Aunque se habla de la producción comercial, el rector de la universidad, Obdulio Velásquez, aseguró que se trata de una tecnología con patente abierta.
Julián Echeverry, ingeniero médico y profesor de la universidad, le dijo a The New York Times que hoy muchas universidades de todo el mundo se están centrando en hacer ventiladores: “La situación actual nos ha obligado a ser autosuficientes”.
La meta de esta iniciativa ha sido preparar el recurso necesario para que cuando llegue el pico de la pandemia en Colombia, el país pueda enfrentar la situación de la mejor forma posible.
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