Más digitalización, más fraudes electrónicos y más fallos judiciales relacionados con la protección de los consumidores es la paradójica realidad que enfrenta el sector financiero en Colombia.
A las cifras que relacionan la acelerada digitalización que ha vivido el sector en los últimos años (con más de la mitad de la población dejando de ir a las sucursales físicas y haciendo todas sus transacciones financieras por medios digitales tras la pandemia), se suma ahora el componente de la protección a los consumidores ante el aumento exagerado de fraudes electrónicos producto de esa digitalización.
Un reciente estudio realizado por Ustáriz & Abogados resalta que en los últimos 10 años (2012-2021) se han proferido un total de 4.932 fallos de protección al consumidor ante la Superintendencia Financiera de Colombia.
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El reporte especial “Diez años de jurisprudencia de la Superintendencia Financiera de Colombia”, que se desprende de la obra “Responsabilidad Bancaria”, realizado por la firma Ustáriz & Abogados, destaca que los bancos son las entidades con mayor número de fallos (3.184); seguido de aseguradoras (1.408), compañías de financiamiento comercial (210), fiduciarias (88), comisionistas de bolsa (24), fondos de pensiones (11), sociedades de servicios financieros (5) y emisores de valores (2). De ese total de fallos a 2020, un total de 1.080 han sido en contra de las entidades financieras y 2.781 a favor.
“Se destaca la labor de la Superintendencia Financiera en la cantidad de fallos: hay mayores demandas y tenemos consumidores más informados y dispuestos a confiar en esta jurisdicción especializada”, comenta Luis Humberto Ustáriz, fundador de este estudio jurídico.
Un dato, publicado en el reporte y que sirve para reflexionar en torno a cómo se está llevando la transformación digital del sector financiero, es que se pasó 21 sentencias en 2012 a 1.160 en 2021, lo que muestra un crecimiento exponencial en las reclamaciones y que el consumidor financiero ya sabe buscar o acudir a las instancias correspondientes para hacer valer sus derechos.
Otras de las conclusiones del estudio son:
- Quienes más acuden a la Superintendencia Financiera de Colombia son las personas naturales, presentes en el 93% de los casos y los productos con mayor número de demandas corresponden a cuentas de ahorros, tarjetas de crédito y seguros de vida grupo deudores, los cuales en conjunto representan 2.064 fallos, es decir el 42% del total de casos.
- Los productos más demandados son: cuenta de ahorros y tarjeta de crédito en los establecimientos bancarios (1.455 casos), seguro de vida grupo deudor y seguro de vida grupo individual en las entidades aseguradoras (613 casos) y fiducia inmobiliaria para el sector fiduciario (28 casos).
- Igualmente, se encontró una correlación entre los productos que más quejas se reciben entre la Superintendencia Financiera, el Defensor del Consumidor Financiero y las entidades financieras comparado con los productos con mayor número de fallos resueltos por la Superintendencia, siendo los productos financieros de cuenta de ahorros, tarjeta de crédito y crédito de consumo los que se ubican en los primeros lugares.
Según el informe, los usuarios han reclamado en estos diez años un total de $177.322 millones y han obtenido condenas a favor por $27.546 millones.
“Haciendo el análisis promedio, cada caso le costaría a una entidad cerca de $5 millones”, comenta el jurista.
Crece el fraude electrónico
La llegada de la pandemia y la mayor virtualización de los negocios, condujo a que no solamente crecieran las transacciones electrónicas con el sistema financiero, sino también los fraudes.
Pero muchas de estas quejas están llegando directamente a la Superintendencia Financiera, cuando la primera instancia debería apuntar a las defensorías del consumidor. De un total de 12’627.501 quejas, solamente 819.210 están llegando a las defensorías, lo que significa que hay mucho terreno por recorrer en materia de educación y resolución de conflictos con el sistema financiero.
Puede descargar el reporte completo en este enlace.
Imagen principal: Bruno Oliveira (Unsplash)