En Cartagena se presentó el Observatorio de Derechos Digitales, una iniciativa público-privada impulsada por Red.es —entidad pública adscrita al Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública de España— que forma parte de la iniciativa Derechos Digitales, en la que participan 150 entidades y más de 360 expertos. Su misión es promover el conocimiento y la defensa de los derechos digitales en los planos nacional e internacional, con el compromiso de impulsar un desarrollo digital justo, inclusivo y responsable.
El Ministro de Transformación Digital y de la Función Pública de España, Óscar López, afirmó que la revolución digital “conlleva grietas y oportunidades” y que es vital que Europa y América “tomen partido” para promover una transformación “humanista y sostenible”. La Carta, que sirvió de base para la Declaración de Principios y Derechos Digitales de la Unión Europea y la Carta Interamericana de Principios y Derechos en Entornos Digitales, actúa como una “semilla para futuras iniciativas” y un modelo de gobernanza para la arquitectura digital.
La Carta se estructura en seis áreas clave, que incluyen derechos de libertad, igualdad, participación, el entorno laboral, entornos específicos y garantías. Como resaltó Carme Artigas, una de las expertas que contribuyó a la carta, “los derechos se notan cuando están cerquitas”. Esta idea enfatiza la necesidad de que la tecnología se adapte a la humanidad y no a la inversa, una noción que resuena con fuerza en América Latina.

El panel ‘Nuestros Derechos en un Mundo Digital’ que se realizó en el Centro de Formación de la Cooperación Española en Cartagena de Indias, y que contó con la participación de Juan Miguel Márquez (España), subdirector ONTSI en Red.es; Carolina Botero (Colombia), abogada, consultira especialista en derechos digitales; María Elena Estavillo (México), asesora de la Unesco; Jaime Abello (Colombia); director General Fundación Gabo; Carme Artigas (España), presidenta Consejo Asesor de la ONU en IA, exsecretaria de Estado de Transformación Digital e IA (España) y Óscar López, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública de España, evidenció por qué la Carta es particularmente relevante para Colombia.
En América Latina, la fragmentación institucional y la ausencia de una estrategia regional común dificultan la construcción de un modelo propio de gobernanza digital. Sin embargo, se reconoció la urgencia de establecer alianzas entre países de la región latinoamericana para avanzar hacia una convergencia normativa que permita enfrentar los desafíos tecnológicos desde una perspectiva soberana y basada en derechos.
La región debe evitar quedar subordinada a modelos externos que no responden a sus realidades sociales, culturales y económicas. Para ello, es indispensable fortalecer las capacidades locales, promover el diálogo regional y construir marcos regulatorios que reflejen los valores y necesidades de sus sociedades.
El director de la Fundación Gabo, Jaime Abello, señaló que: “la tecnología no tenemos que aceptarla, tenemos que seguirla porque nosotros estábamos antes“. La tecnología no debe ser un destino impuesto, sino una herramienta al servicio de los ciudadanos. La Carta, al centrarse en la persona, ofrece un modelo para que la tecnología sea un motor de libertad y justicia, y no una fuente de desigualdad.
Uno de los puntos centrales del debate fue el reconocimiento de que la tecnología ha dejado de ser un asunto exclusivamente técnico para convertirse en un fenómeno profundamente social. Su impacto se extiende a la formación de la opinión pública, la cohesión comunitaria, la calidad democrática y la agencia individual. En este sentido, se plantea la necesidad de que los Estados asuman un rol activo en la regulación de los entornos digitales, no solo para corregir fallas de mercado, sino para garantizar la protección efectiva de los derechos humanos.
En este camino, la Carta de Derechos Digitales se convierte en una hoja de ruta que contempla el Derecho a la Educación Digital, lo que subraya su importancia para cerrar estas brechas y construir una “sociedad más justa, más inclusiva y más importante”.
Índice de temas
Modelos de gobernanza digital
El análisis comparativo de los modelos de gobernanza digital revela tres enfoques predominantes:
- El modelo de mercado, representado por Estados Unidos, prioriza la eficiencia y la innovación, pero enfrenta críticas por su escasa regulación y por los riesgos que ello implica para la democracia y la equidad.
- El modelo autoritario, ejemplificado por China, se basa en el control estatal, con avances tecnológicos significativos, aunque con limitaciones en materia de libertades individuales.
- El modelo basado en derechos, promovido por Europa, busca una transformación digital humanista, sustentada en principios éticos, transparencia y participación ciudadana.
Europa ha liderado iniciativas como la Carta de Derechos Digitales, el modelo de Inteligencia Artificial multilingüe ALIMA y la creación de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, consolidando un enfoque normativo que pone a la persona en el centro del desarrollo tecnológico.
Vale la pena señalar que Colombia está siguiendo el modelo promovido por Europa en sus iniciativas de legislación relacionadas con Inteligencia Artificial.
Inteligencia Artificial y brechas estructurales
La Inteligencia Artificial se ha convertido en uno de los principales campos de disputa geopolítica y ética. A través de diferentes estudios se ha evidenciado una brecha significativa entre el inglés y el español en el uso de tecnologías de IA, lo que plantea desafíos para la equidad lingüística y el acceso inclusivo al conocimiento.
Asimismo, se advierte sobre el uso de la IA como herramienta de manipulación, desinformación y concentración de poder, lo que exige una regulación rigurosa y una gobernanza transparente. La narrativa dominante que asocia regulación con freno a la innovación debe ser cuestionada, pues la regulación ética es condición necesaria para construir confianza y garantizar derechos.
Libertad de expresión y desinformación
Otro eje del debate fue la tensión entre la libertad de expresión y la proliferación de desinformación en plataformas digitales. La opacidad de los algoritmos y la falta de responsabilidad de los actores tecnológicos en la difusión de contenidos han generado un entorno propenso a la manipulación informativa.
Se plantea la necesidad de establecer mecanismos de transparencia algorítmica, fomentar la alfabetización digital y promover una regulación que permita compatibilizar el derecho a la libre expresión con el derecho a recibir información veraz y confiable.
La revolución digital no puede, no debe, limitarse al desarrollo tecnológico. Debe ser, ante todo, una revolución ética, inclusiva y orientada al fortalecimiento de los derechos humanos. Los derechos digitales no son una opción, sino una condición indispensable para que la innovación tecnológica contribuya efectivamente al bienestar colectivo.
“Si una revolución no multiplica derechos, entonces no es una revolución, sino una contrarrevolución“, fue uno de los mensajes del conversatorio. En este sentido, el desafío global consiste en construir un modelo de gobernanza digital que garantice la dignidad humana, la equidad y la justicia en la era de la Inteligencia Artificial.
Entrevistas Exclusivas: El Futuro Digital ANDICOM 2025
Para profundizar en estas reflexiones, les invitamos a ver las entrevistas exclusivas que realizamos en ANDICOM 2025:
- Luisa Alli, directora general de la Fundación Hermes
- Carme Artigas, presidenta del Consejo Asesor de la ONU en IA, y ex secretaria de Estado de Transformación Digital e IA de España.
- Jesús Herrero, director General de Red.es.