Imaginemos que una mañana de lunes, cuando las cobijas pesan más y los ojos luchan por mantenerse cerrados, entra una llamada a nuestro teléfono inteligente. Escuchamos cómo vibra en la mesa de noche y extendemos la mano para contestar. Sin embargo, nuestros dedos juegan una mala pasada y dejan caer el teléfono al suelo.
Inmediatamente se nos pasa el sueño y saltamos de la cama a buscarlo, con un vacío en el pecho y esperando que ojalá no le haya pasado nada a la pantalla. Esta es tal vez una escena vivida por muchos, y que de igual forma ha tenido repercusiones de diseño para los fabricantes de teléfonos. Aunque algunos teléfonos tienen más caídas que otros, lo cierto es que casi ninguno se ha quedado sin su golpe.
Según PhoneLoops, en promedio 3 de cada 10 usuarios en Estados Unidos tienen grietas en las pantallas de sus teléfonos, además de que el usuario promedio lo deja caer 4 veces por semana. Estas caídas, de la misma manera, tampoco tienen como destino solamente al suelo, sino también inodoros, platos de comida o vasos con bebidas.
En el pasado, los golpes y el contacto con agua solían significar graves problemas para nuestros dispositivos en general. Sin embargo, aquellos que están diseñados para ser utilizados en ambientes exteriores –como los teléfonos– también tendrán frecuentemente encuentros cercanos con agua de lluvia.
Debido a esto, los fabricantes de teléfonos han venido implementando diferentes grados de resistencia y con mejores materiales que son más resistentes a este tipo de accidentes. Precisamente por esto es que Gorilla Glass ha venido desarrollando vidrios más resistentes año tras año, o que empresas como Xiaomi o Samsung han migrado hacia el uso de metales y plásticos más resistentes.
Hablemos de los grados de protección
En el mundo de los teléfonos, los fabricantes también han implementado lo que se conoce como el Grado de Resistencia IP, o IP Rating en inglés. Por lo general lo vemos representado por números, como el IP68 del Cat S52 Pro, que además viene con el chip MediaTek Helio P35 y es tan robusto por fuera como por dentro.
Desglosando la sigla IP68, lo primero que encontramos son las letras IP. Estas letras significan Ingress Protection en inglés, que se traduce a ‘protección de ingreso’ y representa el estándar internacional regulado por la Norma 60529 de la Comisión Electrotécnica Internacional. Por esta razón es que las letras IP nunca cambian.
Seguido a esto vemos los números, que en el ejemplo anterior eran 68. Aunque solemos leer el número completo, lo cierto es que cada número representa un grado de protección distinta. El primer dígito siempre describe el nivel protección ante polvo, mientras que el segundo número describe el nivel de protección frente a líquidos –muy comúnmente agua–. En la escala de protección de polvo, el número 6 es el más alto, mientras que en protección contra líquidos el número más alto es 8. Es decir que IP68 representa el nivel más alto de protección contra ambos, polvo y agua. Aunque solemos escuchar IP68 en teléfonos de alta gama, lo cierto es que también hay teléfonos con grados como IP67 o IP66.
¿Existen otros estándares?
Aunque la clasificación de grados IP es tal vez la más conocida, lo cierto es que no es la única. Después de todo, el estándar IP solamente mide el ingreso de polvo y líquidos, mas no elementos como materiales de construcción o chasis, entre otros. Acá surge otro estándar, popularmente conocido como el estándar militar, pero cuyo nombre oficial es el estándar militar MIL-STD-810 de los Estados Unidos.
A diferencia del estándar IP, el estándar militar evalúa los componentes, materiales, diseños y procesos de manufactura sometiendo el equipo a condiciones extremas. Este estándar está pensado para equipamiento militar, como máscaras de gas o uniformes, pero también ha sido aplicado exitosamente a productos comerciales.
En un teléfono, el estándar militar puede evaluar aspectos como las temperaturas de operación, materiales de construcción y en algunos casos resistencia frente a condiciones y caídas extremas. En total son 29 pruebas, y ponen al teléfono frente a golpes, vibraciones, calor, frío, armas de fuego, humedad y más. En caso de pasar, el teléfono está –literalmente– listo para el combate.
Algo importante de mencionar es que el grado IP y la certificación militar no son excluyentes, y un teléfono puede tener ambas, como es el caso de la mayoría de teléfonos Cat. Así mismo, un teléfono puede tener una o la otra, ya que son certificaciones con metas distintas.
Los teléfonos también son fuertes
El mercado de los usuarios de teléfonos inteligentes crece constantemente, y con él también el número de teléfonos que acaban en el suelo. Aunque muchos de nuestros teléfonos están pensados para usos cotidianos, como por ejemplo en casas u oficinas, también existen teléfonos muy robustos pensados para ambientes más pesados.
La marca Cat es licenciada del gigante americano Caterpillar, que produce maquinaria pesada y herramientas de construcción. Así como Caterpillar produce equipo pesado, Cat también ha enfocado el diseño de sus teléfonos para ambientes como granjas, bosques o sitios de construcción. La mayoría de sus teléfonos cuentan con certificaciones IP68, resistencia militar y también con chips MediaTek, que muestran que es posible combinar robustez con rendimiento.
Como dato curioso, el teléfono más duro de la historia según Guinness Records es el Sonim XP3300 Force, lanzado (figurativa y literalmente) en 2011 bajo la plataforma MT6235 de MediaTek. Este teléfono contaba con certificación IP68, grado militar y podía operar en temperaturas desde -20°C hasta +55°C. Para lograr el récord, el teléfono sobrevivió una caída en concreto de 10 pisos –o 25 metros– sin daños operacionales.
Aunque hoy en día es difícil pensar que cualquier teléfono inteligente sobreviviera una caída de 10 pisos, lo cierto es que marcas como Cat, Nokia y Sonim están creando algunos de los teléfonos más robustos del mercado, sin dejar nunca de lado el buen rendimiento y conectividad, gracias a los chips MediaTek que utilizan algunos de los teléfonos más resistentes del mercado.
Imagen principal: Sebastián Romero/Impacto TIC
