Tenía yo no más de 10 años (perdón por el uso de la primera persona, pero este texto surge de la experiencia propia, aunque no dudo que muchas personas hayan tenido alguna similar)… Tenía yo no más de 10 años –repito– cuando mi papá les enseñó a mis hermanos a revelar rollos y ampliar fotografías en un laboratorio casero, cuando el blanco y negro no era solamente una posibilidad artística sino una obligación del mercado, en el que la fotografía a color todavía era un lujo un tanto costoso. Entonces, la fotografía digital pertenecía a la ciencia ficción.
El laboratorio tenía un nivel superior al de uno improvisado, pero aún así estaba lejos de ser profesional: una ampliadora sobre el sanitario del baño, las cubetas con los químicos sobre una tabla encima del lavamanos y una extensión con bombillo rojo que había que cuidar al extremo para que la superficie no se rallara y emitiera un haz de luz de un color que arruinara el proceso.
Las condiciones de oscuridad se completaban con cobijas para tapar los resquicios y una advertencia para que los demás miembros de la familia no fueran a abrir la puerta ni a encender la luz del baño. Entonces, si mal no recuerdo, no existía Foto Japón, de manera que el laboratorio casero evitaba las idas a Sears (lo que hoy es Galerías), a Chapinero o al centro de la ciudad en busca de un lugar donde revelaran rollos y ampliaran fotografías.
Mis épocas de infancia revivieron cuando, como parte de mi carrera como periodista, tuve 2 semestres de fotografía en los que ya pude revelar los rollos y ampliar las fotos por mí mismo –olvidé decir que en los tiempos del estudio casero yo podía ver, pero no tocar–, en un estudio mucho más avanzado. Sin embargo, escarbé entre los recuerdos de la casa y encontré la vieja ampliadora, las cubetas y el bombillo, para adelantar algunos trabajos en casa.
Aunque tenía facilidad para encarretar los rollos y hacer el proceso de revelado y ampliación, creo que nunca he sido un gran fotógrafo. Mis fotos son muy ‘normalitas’, un asunto con el que era más difícil lidiar cuando para ver el resultado final había que esperar los días que se tardaban para procesarlas en el laboratorio, o las horas en casa. Eso sin contar con el tiempo que se tardaba en acabar el rollo, que podía durar semanas entre la cámara esperando a que se tomara la foto 36.
Por eso, pensar que hoy se puede ver el resultado de una foto de inmediato y que la imagen se puede compartir en el acto con los contactos privados o con el mundo entero a través de las redes sociales me hace pensar que, aunque fue muy entretenido, en términos del proceso fotográfico no necesariamente todo tiempo pasado fue mejor.
Claro, hay profesionales que defienden a ultranza la fotografía analógica sobre la digital y otros que se han adaptado a los nuevos tiempos. Y cuando se trata de comparar las cámaras más avanzadas con las de los teléfonos celulares, todavía se levantan algunas ampollas.
Fotografía digital, cada vez más avanzada
Pero no se puede negar que las fotografías que se pueden tomar con un smartphone de gama alta –incluso, con algunos modelos de gama media– son cada vez mejores, ofrecen herramientas cada vez más avanzadas para los profesionales y nos permiten a los aficionados experimentar para mejorar nuestras condiciones sin tener que esperar semanas u horas para ver el resultado final.
Durante estos días de aislamiento, estuve cacharreando con la cámara de un smartphone Xiaomi Redmi Note 8 Pro, que llegó al mercado colombiano a finales de 2019, y que tiene como corazón un chipset Helio G90T octa-core de MediaTek. Si bien este le da el poder suficiente para atender con buen rendimiento aplicaciones como juegos –de las más exigentes en el mercado–, el apartado fotográfico también merece un capítulo aparte.
El Redmi Note 8 Pro tiene 4 cámaras principales (aparte de la frontal, para las selfies) que ofrecen una variedad de opciones para fotógrafos profesionales y aficionados. Una de ellas captura imágenes a 64 megapíxeles, lo que permite… Mejor veamos en imágenes lo que permiten las cámaras del Xiaomi Redmi Note 8 Pro, con chipset G90T de MediaTek.
¿Para qué sirve una cámara de 64 megapíxeles
Aunque en términos de fotografía no sucede eso de que entre más grande, mejor (la calidad de una foto no solo se mide por su tamaño, sino por criterios que incluyen el encuadre, la luz, el color… entre muchos otros), una imagen de gran tamaño se puede imprimir en gran formato (para las personas que todavía imprimen, sea por gusto o por necesidad). Aparte, de una misma foto se pueden obtener diferentes imágenes también de buena calidad. Por ejemplo, de esta imagen…
Se pudieron obtener estas otras…
Los carros que se ven al frente en la imagen están a unos 6 u 8 metros de distancia del fotógrafo. En la segunda imagen se puede apreciar el nivel de detalle que se logra al ampliar la imagen de 64 megapíxeles hasta llegar al tamaño de una llanta del vehículo plateado con buen detalle.
Y para los amantes de la naturaleza, vean cómo la fotografía de este gato, tomada a unos 80 centímetros de distancia con el lente de 64 megapíxeles, se puede ampliar con mínima pérdida hasta alcanzar a ver el detalle del diente del felino.
Tele, normal y granangular
Otra alternativa que ofrecen los celulares con cámaras múltiples es alternar entre un modo tele, normal y granangular. Algunas personas no tienen muy clara la diferencia, que se puede explicar fácilmente mostrando tres fotos diferentes del mismo objeto, tomadas desde la misma distancia:
Macro, ¡para que no se pierda ningún detalle!
A los lentes de las cámaras les sucede lo mismo que a los ojos (sobre todo después de cierta edad): les cuesta trabajo enfocar objetos muy cercanos. Para esas capturas que deben hacerse desde muy cerca (una flor, un insecto extraño en la pared que esté dispuesto a posar, entre otros), se necesita un lente especial, llamado macro, que permite los acercamientos.
En el caso del Xiaomi Redmi Note 8 Pro, ¡los acercamientos son verdaderos encuentros cercanos!
Videos en cámara lenta
Aparte de las prestaciones habituales de las cámaras de video de los celulares inteligentes, incluida la cámara lenta convencional, el Redmi Note Pro ofrece la posibilidad de capturar imágenes a 960 cuadros por segundo. Si en una época de confinamiento en la que no haya muchas alternativas para hacer imágenes exteriores se pueden hacer videos como los siguientes, imagínense lo que se puede hacer cuando tengamos la posibilidad de volver a los exteriores. (Ojo, que los primeros 2 segundos de cada video están a velocidad normal; luego es que se ve la cámara lenta).
Algunos habrán notado que todos los videos tienen exactamente la misma duración: 10 segundos. Esto se debe a que en el modo de 960 cuadros por segundo, el Redmi Note 8 Pro solamente puede captar imágenes por un tiempo que equivale a la reproducción durante 10 segundos, que realmente son unos 2 segundos ‘en la vida real’. De manera que hay que ser muy precisos (o tener muy buena suerte) para captar imágenes como la de las palomas aterrizando.
Sin embargo, el celular también ofrece grabación a 120 y 240 cuadros por segundo (cámaras lentas más convencionales), limitada solamente por la capacidad de almacenamiento disponible.
Aparte, y solo por probar, pusimos a grabar al celular en modo de video normal hasta que se le acabara la batería y alcanzó para más o menos 4 horas y media de grabación.
Y aunque las fotos de la calle del barrio no son tan bonitas como los paisajes abiertos (a menos que uno viviera en La Candelaria o en un piso 15 hacia arriba), también hay que destacar los colores nítidos que ofrece la cámara del Redmi Note 8 Pro con su cámara normal (no la de 64 megapíxeles).
Aunque las medidas de confinamiento cada vez se hacen más flexibles, estamos seguros de que en su casa encontrará una gran variedad de temas para sacar provecho a las cámaras de su celular. Y ya que las medidas de confinamiento son cada vez más flexibles, seguramente pronto tendrá la oportunidad de aprovecharlas también en ambientes exteriores. Pero hágalo con responsabilidad, cumpliendo las instrucciones de las autoridades sanitarias.
Jaime E. Dueñas M.
Imagen principal: Free-Photos (Pixabay).