La II Cumbre de IA en el Agro, celebrada en la Cámara de Comercio de Bogotá, reafirmó el potencial transformador de la Inteligencia Artificial (IA) para el sector agropecuario colombiano. Sin embargo, más allá de la euforia tecnológica, los panelistas y expertos hicieron un llamado a la acción enfocado en la conectividad, la colaboración interinstitucional y la voluntad política como pilares fundamentales para que la IA realmente llegue al campesino y genere un impacto significativo en la productividad y la equidad rural, y que no haya una innovación desigual en el campo. La meta es clara, que la IA llegue realmente al campesino y genere impacto en productividad y equidad, aunque el camino tiene obstáculos.
Índice de temas
La IA en el campo, una oportunidad para cerrar brechas históricas
Dora Inés Rey, directora encargada de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), destacó que la IA no es una promesa futura, sino una realidad que ya está revolucionando la forma en que cultivamos, pescamos, producimos y protegemos nuestros recursos. Para Rey, la IA representa una oportunidad para cerrar brechas históricas y construir un campo más eficiente y humano. Subrayó que la IA debe ser un vehículo de instrucción, no de exclusión, y que su implementación debe hacerse desde los territorios, respondiendo a sus necesidades reales.
El Ministerio de Agricultura, a través de Luis Adolfo Romero Cardozo, CIO de esta cartera, enfatizó la importancia de la IA para la toma de decisiones basada en datos. Romero mencionó el trabajo conjunto con la Embajada de China, Huawei y Samsung para llevar maquinaria y sensores al campo, buscando no solo entregar tierras, sino dotar a los campesinos con la tecnología necesaria para producir con calidad y sostenibilidad. La consigna es clara: “sin datos no hay decisiones“.

¡Menos teoría, más acción! El llamado de Saúl Kattan al Ministerio de Agricultura.
Saúl Kattan, Alto Consultor para la Transformación Digital de la Presidencia de la República,fue enfático en su llamado a la acción. Si bien reconoció el entusiasmo en torno a la IA, subrayó que el primer paso fundamental para pensar en Inteligencia Artificial es asegurar la conectividad segura en las zonas rurales. “Cuando hablamos de inteligencia artificial en muchas partes del agro, el sector rural [está] bastante loco, entonces yo creo que debemos de pensar en cómo realmente llevamos conectividad, cómo hacemos este gran esfuerzo para el país entre sector público, sector privado, para poder conectar el agro, conectar las zonas agrícolas colombianas, como yo digo siempre, de manera segura”, afirmó.
Kattan criticó la tendencia a quedarse en la teoría y no concretar proyectos. Puso como ejemplo la fallida creación de una agencia espacial en Colombia, donde los “egos” y la falta de coordinación entre entidades han impedido un avance significativo, a pesar de las inversiones. Su mensaje central fue: “Si aquí no lideramos, ahondamos esfuerzos para sacarnos mucho hacia adelante, al final nos quedamos en el aire“. Insistió en la necesidad de un plan concreto con acciones precisas y ganancias tempranas, liderado por el Ministerio de Agricultura, que supere las administraciones de gobierno y fomente una verdadera unión de esfuerzos.
Las recomendaciones de Viviana Vanegas del DNP: Una hoja de ruta para la implementación del Conpes 4144
Viviana Vanegas, directora de desarrollo Digital del Departamento Nacional de Planeación (DNP), complementó el llamado a la acción con una serie de 7 pasos concretos para garantizar una implementación efectiva y ética de la IA en el agro:
- Participación del agro en el modelo de gobernanza de la IA: Es crucial involucrar a todos los actores para definir roles y responsabilidades.
- Alineación de agendas departamentales de bioeconomía y agricultura 4.0 con el Conpes 4144: Revisar y ejecutar las acciones y presupuestos asignados.
- Fortalecimiento de capacidades de educación digital en zona rural: Más allá de la IA, garantizar una “canasta básica TIC” que incluya acceso a internet, habilidades digitales básicas y dispositivos.
- Desarrollar proyectos piloto de aplicación de IA: Poner en marcha iniciativas que demuestren el valor de la tecnología.
- Consolidar y armonizar la información sectorial para mejorar la toma de decisiones: Organizar y explotar los datos existentes del sector agro.
- Incentivar la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas: Fomentar un ecosistema de innovación.
- Diseñar líneas de crédito y programas de incentivos: La IA es una inversión significativa que requiere apoyo financiero.
En el sector agropecuario, la acción más relevante –relacionada con la IA en el agro de Colombia– que incluye el Conpes 4144 es el desarrollo de ‘El Campo Innova‘, una plataforma liderada por el Ministerio de Agricultura y Agrosavia, que busca potenciar a extensionistas y asistentes técnicos con capacidades de IA e interoperabilidad de sistemas de información. Esta iniciativa subraya el compromiso de integrar la IA en el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria para mejorar la productividad, facilitar la transferencia de conocimiento y cerrar la brecha digital en zonas rurales.
Vanegas enfatizó la importancia de no quedarse quietos y de no ser negativos, ya que la implementación de la IA requiere voluntad y coordinación más allá de los presupuestos. Además, destacó la necesidad de definir métricas claras para la evaluación de impactos, lo que brindará legitimidad y permitirá una rendición de cuentas sobre los avances logrados en productividad, capacitación, uso de datos y mejora de ingresos rurales.
La importancia de lo fundamental: No pensar solo en IA
Un punto crucial que Viviana Vanegas abordó al final del panel fue la recomendación de “no pensar solamente en Inteligencia Artificial”. Antes de llegar a la IA, hablar tecnologías 4.0 en el agro o de agrotecnología hay varios niveles en deuda de superar. Subrayó la necesidad de asegurar previamente una “canasta básica TIC“ para los campesinos, que consiste en tener acceso a internet (fijo o móvil), habilidades digitales fundamentales y un dispositivo (computador o celular). Vanegas agregó que, en la actualidad no tener acceso a estas herramientas básicas o carecer de habilidades digitales equivale a no tener acceso a la educación.
“Hay que pensar en estos temas, ya estamos al nivel de hablar de ‘pobreza digital’, por eso desde organizaciones estamos liderando la apuesta de contar con un índice de pobreza, porque es un tema que en esta época no es menor”. Compartió que el DNP está liderando la propuesta, se trata de un índice análogo a los de pobreza multidimensional o monetaria, para evidenciar y abordar esta brecha digital.
Este enfoque prioriza lo fundamental, asegurando que las bases tecnológicas estén sentadas antes de aspirar a implementar soluciones avanzadas de IA.
La importancia de los datos y la colaboración Interinstitucional
Todos los panelistas coincidieron en que la calidad y disponibilidad de datos son esenciales para que la IA funcione. Rodrigo Martínez, director de investigación de Agrosavia, mencionó la necesidad de contar con grandes fuentes de información muy bien curada para que los productores tomen decisiones más acertadas.
La cumbre también puso de manifiesto el desafío de la coordinación interinstitucional. Aunque existen esfuerzos valiosos como el Conpes 4144, persisten retos en la articulación de ministerios y entidades. La insistencia de Kattan en un liderazgo sectorial fuerte desde el Ministerio de Agricultura, con el apoyo de la Presidencia, busca superar la fragmentación de iniciativas y optimizar el uso de los recursos.
La II Cumbre de IA en el Agro dejó un mensaje contundente: la Inteligencia Artificial tiene el potencial de transformar el campo colombiano, pero su éxito dependerá de una estrategia integral que priorice la conectividad rural, fomente la colaboración efectiva entre todos los actores (públicos, privados, academia y comunidades) y esté respaldada por una voluntad política decidida a traducir la teoría en acciones concretas que beneficien directamente a los pequeños productores y sus familias. La IA no debe ser un lujo, sino una herramienta fundamental para construir un agro más justo, productivo y resiliente en Colombia.