sostenibilidad

Tecnologías Limpias: qué son y qué papel desempeñan para las empresas



Dirección copiada

Las CleanTech o tecnologías limpias ofrecen una oportunidad única de adoptar comportamientos para salvaguardar el planeta, producir riqueza y generar un impacto positivo en la sociedad. Veamos de qué se trata.

Publicado el 12 de mar de 2024



Tecnologías Limpias

Las tecnologías limpias o Cleantech, también son conocidas como tecnologías ambientales o tecnologías verdes, cada vez están tomando mayor fuerza para las empresas, gobiernos y consumidores. Estas innovaciones buscan reducir el impacto negativo de las actividades humanas en el medio ambiente y promover la sostenibilidad.

Según el Informe de Riesgos Globales 2023 del WEF, sitúa entre los diez principales riesgos mundiales para los próximos diez años el fracaso de la humanidad para mitigar y adaptarse al cambio climático, los desastres naturales y los fenómenos meteorológicos extremos. Entre los riesgos más comunes están los asociados a la pérdida de biodiversidad y al colapso de los ecosistemas naturales.

Los eventos climáticos, la crisis energética y las diferentes guerras a nivel mundial han sacado a la luz las vulnerabilidades de una globalización basada en cadenas de suministro extensas y complejas que han tenido repercusiones tanto en el mundo agroalimentario y tecnológico, como en el sector automotriz y la industria farmacéutica.

Mientras tanto, la investigación y la innovación tecnológica y digital ofrecen soluciones que podrían resultar cruciales. Esto le brinda oportunidades a las empresas con vocación ecológica a acceder a fondos públicos y privados para desarrollar tecnologías limpias capaces de ofrecer soluciones que contribuyan a la consecución de estos resultados.

El auge de las inversiones en Cleantech

Los efectos del cambio climático están ahora ante los ojos de todos y hacen que sea urgente intervenir. Varias empresas del sector de las tecnologías limpias se han fijado esta misión, tanto así que las inversiones en tecnologías limpias se consideran actualmente la mejor oportunidad de inversión.

Según un estudio de BloombergNEF, en 2020 se destinaron más de $500.000 millones de dólares de capital de riesgo a este segmento, principalmente en los dos sectores más prometedores desde el punto de vista económico: la energía renovable y la movilidad inteligente.

El análisis de BNEF muestra que las empresas, los gobiernos y las familias invirtieron $303.500 millones de dólares en nuevas capacidades de energía renovable en 2020, un 2 % más que en el año anterior, que se refleja en la mayor construcción de proyectos solares y al aumento de $50.000 millones de dólares en energía eólica marina. También gastaron $139.000 millones de dólares en vehículos eléctricos y en la infraestructura de carga asociada, lo que supone un aumento del 28m%.

Las inversiones de capital de riesgo y capital privado en energía renovable y almacenamiento aumentaron un 51 % hasta alcanzar los 5.900 millones de dólares. Estas inversiones como las realizadas en los mercados públicos se realizaron en un contexto de precios bursátiles vibrantes: el Índice de Innovación Global de Nuevas Energías de WilderHill, o NEX, que hace un seguimiento de casi 100 acciones de energía limpia en todo el mundo, subió un 142 % en 2020 hasta alcanzar niveles récord.

Esta actitud positiva de los inversores ayudó a las empresas de vehículos eléctricos a recaudar alrededor de 28.000 millones de dólares de inversores bursátiles en 2020, frente a solo 1.600 millones en 2019, según estimaciones de BNEF. El total del año pasado fue siete veces superior al récord anterior, registrado en 2016.

Ante este panorama de crecimiento es necesario entender exactamente qué significa cleantech, una expresión que está ganando cada vez más popularidad en los últimos tiempos en el campo de los ecosistemas innovadores.

¿Qué son las tecnologías limpias?

Una de las definiciones más citadas de tecnología limpia es la que identifica cualquier tecnología, proceso, producto o servicio basado en el conocimiento que reduce los impactos negativos en el medio ambiente mediante mejoras significativas en el rendimiento operativo.

La productividad y la eficiencia energética, reduce los costos, los insumos y el consumo de recursos en las fases iniciales y la emisión de residuos y la generación de contaminación en las fases posteriores.

En ese escenario hay una amplia gama de tecnologías relacionadas con el reciclaje de residuos, las energías renovables, las tecnologías de la información, la racionalización del transporte, los motores eléctricos, la química ecológica, la iluminación, el tratamiento del agua y muchos más. Es decir, todas las opciones medioambientales que tienen como objetivo reducir drásticamente el uso de los recursos naturales o eliminar las emisiones y los residuos de gases de efecto invernadero.

En las tecnologías limpias es una tendencia creciente el respeto por el medio ambiente o la conciencia ecológica de las empresas, que se traduce en el deseo de reducir el consumo y los residuos, tanto en la producción como en las elecciones de distribución. Un deseo que garantiza la sostenibilidad medioambiental y que aporta beneficios económicos a corto plazo.

La relación entre tecnología y sostenibilidad: ¿desde cuándo hablamos de CleanTech?

La tecnología limpia sigue siendo un término genérico que se refiere a una amplia variedad de prácticas y tecnologías respetuosas con el medio ambiente. En concreto, se acuñó originalmente en el sector financiero estadounidense para referirse a las inversiones de capital de riesgo como un término genérico que engloba activos de inversión y tecnología en sectores que incluye a industrias emergentes.

Algunos ejemplos son la eficiencia energética, la reducción catalítica selectiva, los materiales no tóxicos, la purificación del agua, la energía solar, la energía eólica y los nuevos paradigmas en materia de ahorro energético.

El interés por estas tecnologías ha impulsado dos tendencias: la disminución del costo relativo de estas tecnologías y la creciente comprensión del impacto provocado por el hombre en los sistemas terrestres.

Antes de su divulgación como clase de activo de inversión y categoría tecnológica, la tecnología limpia se refería a los equipos de tintorería o los artículos de limpieza, como lo demuestra el hecho de que muchos nombres de dominio relacionados con la tecnología limpia siguen siendo propiedad de empresas de esos campos.

Impulsores de tecnologías limpias

El término se empezó a escuchar entre 2005 y 2006, cuando los inversores institucionales tradicionales empezaron a invertir en fondos de riesgo en los sectores del medio ambiente, las energías alternativas y las energías renovables, y adoptaron la tecnología limpia como un término para describir esta clase de activos, impulsado por los cambios en los incentivos políticos y las normas de combustible en los Estados Unidos y Europa.

Otros factores atribuidos como los principales impulsores en ese período incluyen el aumento de los precios de la energía y las materias primas, un pensamiento diferente del consumidor que cada cez es más sensible a los temas relacionadas con la sostenibilidad. La combinación de estos eventos ha empezado a atraer importantes cantidades de capital y a generar conciencia en la industria.

Tras la crisis financiera de 2008, las tecnologías limpias —conocidas antes como las tecnologías verdes— sufrieron un enorme colapso. Actualmente, la tecnología limpia sigue despertando el escepticismo de algunos inversores. Sin embargo, recientemente, se ha recuperado con varios nuevos fondos de capital de riesgo y rentabilidades al alza.

¿Cuál es la diferencia entre greentech y climatetech?

Si bien los conceptos de tecnología ambiental o tecnología ecológica se popularizaron en las décadas de 1970 y 1980, el de tecnología limpia apareció más tarde para indicar una nueva tecnología y modelos de negocios que ofrecen retornos competitivos para los inversores y los clientes, al tiempo que brindan soluciones a los desafíos globales.

Mientras que la tecnología verde, o envirotech, representa la tecnología de ‘final de ciclo’ o posterior a los procesos de producción, guiada en gran medida por regulaciones anteriores (por ejemplo, los depuradores de chimeneas) con oportunidades limitadas de obtener beneficios interesantes. La tecnología limpia aborda las raíces de los problemas ecológicos como una nueva ciencia, haciendo hincapié en enfoques naturales como la biomimética y la biología.

Tradicionalmente, Greentech ha representado solo mercados pequeños y orientados a la regulación, mientras que la tecnología limpia se basa en compras basadas en la productividad y, por lo tanto, disfruta de una economía de mercado más grande, con una mayor ventaja financiera y de sostenibilidad.

Sin embargo, también se aprecian algunas similitudes con la  Climatetech (que podría traducirse como tecnologías climáticas), con la que se puede definir a una amplia gama de sectores comprometidos con el desafío de descarbonizar la economía mundial, y con el objetivo de lograr cero emisiones en 2050.

Climatetech incluye todas aquellas acciones y operaciones destinadas a reducir las emisiones de dióxido de carbono en el campo energético, en la construcción de áreas y entornos, en la movilidad, en la industria pesada, en la producción de alimentos y en la explotación del suelo. Además, la tecnología climática también significa una mejor gestión del carbono a través de procedimientos claros y demostrables.

¿Qué cambia entre Cleantech y Climatech?

Cleantech y Climatech son dos conceptos que identifican ámbitos de acción y objetivos distintos.

El término cleantech se refiere al conjunto de tecnologías y servicios que tienen como objetivo optimizar el uso de los recursos naturales, reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia energética.

El objetivo principal de las tecnologías limpias es promover el desarrollo sostenible a través de soluciones que puedan integrarse en varios sectores económicos, desde la producción de energía hasta la gestión de residuos, desde el tratamiento del agua hasta la agricultura sostenible.

La tecnología limpia incluye una variedad de tecnologías, como las de producción de energía renovable (eólica, solar e hidroeléctrica), la eficiencia energética (LED, bombas de calor de alta eficiencia), el reciclaje y el compostaje de residuos y la purificación del agua. Este ámbito también se extiende a los vehículos eléctricos, los materiales de construcción sostenibles y las tecnologías para la agricultura de precisión.

Climatech, o tecnología climática, es un término relativamente nuevo que se centra en las tecnologías diseñadas para mitigar o adaptarse a los efectos del cambio climático. Esta categoría incluye soluciones que tienen como objetivo específico reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, secuestrar carbono de la atmósfera o apoyar la adaptación de las comunidades y los ecosistemas a los impactos climáticos.

Entre los ejemplos de tecnología climática se incluyen las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC), las innovaciones en el campo de la energía geotérmica, las soluciones para la agricultura con bajas emisiones de carbono y las infraestructuras resilientes al clima, como las barreras contra inundaciones o los sistemas de gestión de fenómenos meteorológicos extremos.

El avance de las tecnologías limpias en América Latina

El mercado de tecnologías limpias en América Latina ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado por una combinación de factores como la preocupación por el cambio climático, la necesidad de diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además de los incentivos gubernamentales y la creciente conciencia ambiental y social.

Por ejemplo, en energías renovables, la región cuenta con un gran potencial para la generación de energía a partir de fuentes renovables como la solar, eólica, hidroeléctrica, biomasa y geotérmica. Países como Brasil, Chile, México y Uruguay han sido pioneros en la adopción de energías renovables y han implementado políticas para fomentar su desarrollo.

De acuerdo con un informe de IRENA (The International Renewable Energy Agency), la capacidad instalada de energía renovable en América Latina y el Caribe 291.770 megavatios (MW) para finales de 2021. Aunque los países han avanzado en su capacidad aún falta mucho por avanzar. 

En ese proceso, Colombia es el tercer país de la región que más avanza en la capacidad instalada con 65,93 %, según el Índice de Transición Energética (ETI) del Foro Económico Mundial.  El país que más se destaca es Uruguay, con 70,59 %; seguido por Costa Rica, con 66,17 %. Brasil está en cuarto lugar, con 65,87 %; y Chile, con 65,08 %.

Con el objetivo de reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en el sector industrial como en el residencial, en América Latina se están implementando medidas de eficiencia energética. Esto incluye la adopción de tecnologías más eficientes en iluminación, sistemas de climatización, transporte público, entre otros.

Además, se están implementando tecnologías para la gestión eficiente de residuos, incluyendo la recogida selectiva, el reciclaje, la compostaje y la generación de energía a partir de residuos orgánicos. Mientras que en el sector agrícola se están adoptando prácticas más sostenibles para reducir el impacto ambiental, como la agricultura de conservación, el uso de fertilizantes orgánicos y la implementación de sistemas de riego más eficientes.

Artículos relacionados

Artículo 1 de 4