En los últimos años, pocos temas han ganado tanta relevancia como el de la sostenibilidad. Pese a que los efectos que el calentamiento global ha traído han sido divulgados por la comunidad científica y diferentes entes desde hace más de 2 décadas, los últimos años han visto un aumento marcado en la búsqueda por ser más amigables con el medio ambiente.
Este cambio, en términos generales, ha estado marcado por varias aristas. Por un lado, el sector privado se ha volcado a la búsqueda por ser carbono neutro, así como la implementación de nuevas metas para crear soluciones a nivel de producción y fabricación de productos. Al mismo tiempo, esta tendencia coincide con una base de consumidores que hoy más que nunca busca productos y empresas con iniciativas más verdes.
Aunque en muchos casos la sostenibilidad se entendía más con un enfoque político, hoy por hoy el asunto ha ganado más relevancia en algunas de las empresas de tecnología más grandes a nivel global.
Una meta que nace con los gobiernos
En sus inicios, el movimiento ambiental fue impulsado en gran medida por entes gubernamentales y organizaciones como las Naciones Unidas. Esto se demuestra, por ejemplo, con la creación del Protocolo de Kioto de 1992, que hoy en día cuenta con 192 participantes y que de cierta forma sentó las bases a nivel global de lo que deberían ser las metas sostenibles de cada país.
Según Sergio Isaza Bonnet, fundador de GRS Gestión de Riesgos Sostenibles, una empresa de análisis y evaluación de riesgos climáticos para las empresas, estas iniciativas gubernamentales lentamente fueron permeando el sector privado. Mediante cumbres como la pasada COP 21 en París o la reciente COP 26 en Glasgow, Escocía, algunos de los países con las economías más fuertes ratificaron su compromiso con el medio ambiente.
Sin embargo, Isaza recalca que COP 26 fue especialmente peculiar debido a que, además del sector gubernamental, varias empresas de tecnología también asistieron para participar de la discusión. “Ya no es una iniciativa sólo en los gobiernos. Cuando se empezó a hablar de sostenibilidad y queríamos evitar el cambio climático, pues eran los gobiernos que sentaban en Kioto en 1992. Pero hoy en día a esa reunión va a ir Microsoft, va a ir HP, van a ir estas grandes empresas que dicen ‘nosotros también queremos aportar nuestro grano de arena’”, explica.
Pese a que la sostenibilidad es un tema general que abarca muchas industrias, lo cierto es que también toca bastante a la industria tecnológica. De muchas formas, el mercado actual está dominado por dispositivos creados para el consumo electrónico, lo que tiene consecuencias no solamente en la fabricación de estos dispositivos sino también en qué se hace con ellos después que cumplen su vida útil.
Según la Universidad de las Naciones Unidas en su reporte “El impacto de la pandemia de Covid-19 en e-waste”, la basura electrónica representa uno de los sectores contaminantes de más rápido crecimiento. A diferencia de otros tipos de basura, los dispositivos electrónicos están compuestos por plásticos, minerales y elementos tóxicos como mercurio o plomo. En muchos casos, el reciclaje de este tipo de dispositivos es mucho más avanzado que el de otros materiales simples, como botellas de plástico o papel.
El sector privado toma la bandera
No es raro ver que en ocasiones la mejor forma de hacer reciclaje es que esos dispositivos sean procesados por las mismas empresas en donde han sido creados. Para Nicolás González, gerente de Sostenibilidad para América Latina en HP, en muchas ocasiones el ideal ni siquiera está en volverse neutros, sino además en devolver los componentes que de cierta forma han sido tomados de la tierra.
El rol de HP es particularmente notorio, debido principalmente a que dos de sus líneas de negocio mayores –electrónica de consumo e impresión– son tal vez de los que más retos presentan para la sostenibilidad. Los cartuchos de impresión, por ejemplo, tienden a ser plásticos de un solo uso que en muchos casos van a parar a la basura. Por otro lado, computadores portátiles y electrónica de consumo son sectores que repuntan en demanda pero que también corren el riesgo de acabar siendo basura electrónica en unos años.
Según González, gracias a iniciativas que HP lleva a cabo desde hace más de dos décadas, la empresa ha logrado reciclar 395.000 toneladas de suministros y de equipos. De la misma forma, HP ha logrado integrar soluciones más sostenibles dentro de su línea de producción. “Estos son productos que son fabricados con plástico reciclado del océano. Tenemos ese compromiso también con los ecosistemas en el océano donde hemos logrado recuperar más de 3 billones de botellas plásticas”, explica González.
Para Isaza, esta nueva visión de sostenibilidad no solamente está pensada por motivos económicos sino por un hilo común: la preservación del planeta. Andrea Ortega, gerente de área de Sostenibilidad de Schneider Electric, es enfática en decir que todas estas acciones para evitar el cambio climático son en últimas esfuerzos unidos para conservar el planeta y también conservar nuestra propia existencia. “En el sector industrial, esto significa una carrera hacia la eficiencia, descarbonización y la circularidad en todo lo que se hace, con la determinación de apoyar los esfuerzos de los clientes para hacer lo mismo”, explica.
Pese a que muchas iniciativas y emprendimientos modernos muestran la visión del futuro, el hecho de que compañías como Microsoft, HP o Schneider Electric implementen estas visiones tienen el potencial de tener impactos más grandes debido a su relevancia y participación en el mercado, dice Isaza.
Schneider Electric, una empresa enfocada a la energía y la electricidad, entiende también que su papel no es solamente interno, sino que también existe una responsabilidad para que clientes y usuarios puedan perseguir metas sostenibles. Tanto para Isaza de GSE como para Ortega de Schneider Electric, en los últimos años la sostenibilidad se ha enfocado en crear una cadena de valor en el sistema.
En un ejemplo sencillo, la tarea acá es hacer que elementos como la energía de fuentes sostenibles o la implementación de materiales sostenibles como en el caso de HP sean no solamente ideales a seguir, sino que también representen ganancias internas o externas.
“Creemos que hoy las organizaciones y las industrias pueden plantearse dos caminos: planificar con anticipación para respaldar las necesidades humanas y la seguridad de los recursos naturales mejorando así sus posibilidades de ser económicamente exitosas y resilientes, o no tomar ninguna acción, volverse menos competitivas, destruir valor en el tiempo y tender a desaparecer debido a las nuevas exigencias ambientales y de mercado”.
Andrea Ortega, gerente de área de Sostenibilidad de Schneider Electric
Inversiones y nuevas generaciones
Si bien muchas de estas iniciativas están siendo impulsadas por empresas, parte de este cambio también ha estado sustentado por una base de consumidores que aumenta su consciencia ecológica. Pensemos, por ejemplo, en el tema de las impresiones, que hasta hace algunos años eran cotidianas pero que hoy en día su uso ha bajado gracias a la digitalización y a la meta por disminuir el consumo de papel.
Para HP, una empresa cuyo núcleo está centrado en impresiones y repuestos, la tarea ha estado también en mejorar sus procesos para que los usuarios sientan que los equipos y el mismo papel que usan vienen de fuentes responsables. Según González de HP, las empresas son conscientes de su uso de papel y de recursos, pero hoy más que nunca están intentando reponer tanto como consumen.
Iniciativas para reforestar la Amazonía por parte de HP o que Schneider Electric haya logrado tener el 80 % de su uso energético en fuente renovables también responden a consumidores que buscan que las visiones de las empresas estén alineadas con sus puntos de vistas personales. “Los clientes siempre estamos pidiendo y pagamos incluso una prima de más para las empresas que son sostenibles versus aquellas que no son sostenibles”, explica Isaza.
De la misma forma, muchas firmas de inversión de capital están eligiendo iniciativas ambientales por encima de otras. Esto no solamente por temas de reputación, sino también porque mucho del mercado está empezando a demandar iniciativas no solamente innovadoras, sino también sostenibles a largo plazo.
Acompañado a esto, tal vez uno de los puntos más importantes es que muchas de estas iniciativas son impulsadas por las nuevas generaciones. Tiene sentido que adultos jóvenes, viendo o viviendo los estragos que ha traído el cambio climático, se interesen y demanden que empresas y gobiernos le apunten a ser más sostenibles y reducir la huella de carbono.
Después de todo, estas nuevas generaciones serán en gran medida las que tendrán que afrontar el mundo y los retos que hoy estamos sembrando. Sergio Isaza recalca que las nuevas generaciones se han convertido en la punta de lanza en la transformación ecológica por que la están pasando las empresas. “Todo esto está de la mano con las nuevas generaciones que dicen ‘vamos a apoyar esta transición’”.
Imagen princial: Karsten Würth (Unsplash)