¿Cuál es el origen astronómico del Año Nuevo chino?

Publicado el 25 Ene 2023

Año nuevo chino desde la astronomía

El pasado 22 de enero se celebró el inicio del Año Nuevo chino. Esta fecha también es conocida como la fiesta de primavera o el año nuevo lunar. Un acontecimiento importante para la cultura oriental y que se celebra también en países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán y Singapur.

Esta festividad tiene su origen en el calendario lunisolar utilizado en China, basado en las fases del Sol y de la Luna. Su inicio se remonta a más de 3.000 años y se inicia con la segunda Luna nueva después del solsticio de invierno, con una duración de 15 días.

En esta fecha finaliza el invierno y da inicio a un nuevo año en el calendario lunar. Contrario a la cultura occidental en la que el Año Nuevo inicia el 1 de enero al regirse por el calendario gregoriano.

En el caso del Año Nuevo chino este inicia en la primera Luna nueva del año, por lo que no siempre el año comienza en la misma fecha, pero se mantiene entre el 20 de enero y el 20 de febrero.

Aunque esta fecha se asocia más con la astrología y con los augurios que traerá el Año Nuevo (incluso se asigna a cada año un animal basado en una leyenda), su verdadero origen y sustento científico está en la astronomía.

Para entender más sobre el origen del Año Nuevo chino, su importancia y aportes a la ciencia, hablamos con el astrofísico colombiano Juan Diego Soler, autor del libro ‘Relatos del confín del mundo’.

Desde el punto de vista de la astronomía ¿Qué diferencia hay entre el Año Nuevo chino y el occidental?

El Año Nuevo es simplemente la convención que se utiliza como punto de partida para comenzar a contar un año que dura 365 días y un cuarto. Para nosotros los occidentales el Año Nuevo viene después del solsticio de invierno que es la noche más larga en el hemisferio norte que cae más o menos el 20 o 21 de diciembre, entonces una semana después estamos marcando el Año Nuevo entre el 31 de diciembre al 1 de enero. 

Para la cultura china y muchas de las culturas asiáticas, se utiliza la primera Luna nueva después del solsticio de invierno, ese es el acontecimiento astronómico que se marca. El Año Nuevo chino utiliza no solamente como referencia el giro de la Tierra alrededor del Sol sino también las fases de la Luna, por eso también se utiliza esa Luna nueva y esa métrica de tiempo.

Para ellos su onceavo mes -osea noviembre- tiene que caer en el solsticio de invierno. Eso hace que el siguiente mes -su diciembre- caiga en nuestro enero y su Año Nuevo chino sea ahora.

¿Cómo explicar que a través de las fases del Sol y la Luna se pueden determinar las fechas del año?

Las fechas del año no existen, esas las inventamos nosotros. De hecho, aunque los occidentales usamos la misma conversión con el calendario gregoriano que fue introducido en 1582 por el Papa Gregorio es solamente una conversión, pero las fechas no existen.

Lo que sí existe en realidad son los movimientos de la Tierra alrededor del Sol, y esos nos permiten que siempre podamos marcar el paso del tiempo con referencia a algo que sí existe. Nuestra selección de los meses y los días está respaldada por un hecho real en la naturaleza que son los movimientos de la Tierra alrededor del Sol y la Luna alrededor de la Tierra.

Nosotros los occidentales usamos la convención del solsticio de invierno, que es el día con la noche más larga en el hemisferio norte como convención del mes de diciembre, cuando termina el mes marcamos un año nuevo.

En otras comunidades y países la convención es distinta, pero en últimas el hecho real, el respaldo a nuestro sentido del paso del tiempo son los hechos astronómicos y no al revés.

¿Cuáles son las principales características del calendario chino?

El calendario chino es un calendario muy antiguo que data de unos 2000 años antes de nuestra era, y utiliza las fases de la Luna para marcar el paso de los meses.

Eso lo hace muy interesante y un poco difícil de entender porque sus años bisiestos en lugar de tener un día adicional tiene un mes adicional, simplemente por la forma en que marcan ese onceavo mes en el solsticio de invierno, a veces les cabe 2 meses hasta la siguiente Luna nueva, por eso tienen años de 13 meses.

Es importante porque es una forma adoptada por una gran cantidad de gente para medir el tiempo, casi la mitad de la población mundial utiliza calendarios similares al chino.

La particularidad que tiene es que no está en fase con el nuestro, por eso es tan interesante que después de tener un Año Nuevo occidental el primero de enero, pues haya un Año Nuevo chino al que se le asigna un animal que no tienen nada que ver con constelaciones o algún hecho astronómico.

¿Qué aporta a la astronomía el calendario chino?

Los astrónomos tenemos que medir el tiempo de forma distinta porque a nosotros un día sideral no se traza solamente con el giro de la Tierra sobre su propio eje, sino por el paso de una misma constelación en el mismo punto del espacio. Es decir, nuestros días son un poquito más largos.

Esas tradiciones de medir el tiempo se han encontrado en muchas culturas a lo largo de la historia. En particular la astronomía china es muy rica en registro de objetos astronómicos importantes, por ejemplo las explosiones de estrellas. Las estrellas no están ahí siempre, hay estrellas que se mueren en explosiones fantásticas, y hay registros de astrónomos chinos de esas explosiones.

La más conocida de ellas fue una explosión en el siglo noveno de nuestra era. Pero ¿ahí cómo se pone la fecha si no se entiende el calendario chino? pues hay que entrar al calendario chino no solamente para sincronizar eventos astronómicos sino para organizar la formas en cómo entendemos la historia.

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Lo segundo es que las constelaciones realmente son convenciones como el dinero en forma de billetes. Las constelaciones también son convenciones que dependen de la cultura, entonces los astrónomos chinos no construyen constelaciones como las nuestras.

Las constelaciones chinas, sobre todo las más antiguas, eran constelaciones muy pequeñas en el sentido de que asociaban tríos de estrellas, cuartetos de estrellas que realmente no tienen ninguna relación con la forma en como nosotros los asociamos, y formaban triángulos en el cielo.

Eso les permitía muchas veces identificar sistemas binarios, estrellas que andan de a 2, 3 o 4 porque la mayoría de las estrellas no andan solas en el firmamento sino en grupos.

Entonces, es importante que otra cultura que también observó el cielo y notó cosas distintas y marcó un registro de eso, el cual podemos entender incluso en la modernidad. Además porque la mitad del planeta se guía por ese calendario.

Por eso, en lugar de tener esa actitud como orientalizante, al poner un conejo al año, en realidad hay toda una cultura con una convención distinta a la nuestra para medir el tiempo, y muchas otras cosas.

Entonces en lugar de andar pensando si nos van a crecer bigotes en el año del conejo, debemos pensar en la riqueza que tenemos para la medición del tiempo y todo lo que significa la experiencia humana de la observación de la naturaleza.


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Laura Suárez Bernal
Laura Suárez Bernal

Comunicadora social y periodista. He trabajado en periodismo digital y 'social media', y tengo experiencia en periodismo de investigación y de datos. Ganadora del premio Accenture al periodismo 2022 en la categoría Negocios y Tecnología. Realicé un diplomado en periodismo de investigación con el CIDE México y la Fundación Ford.

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