Cada dos semanas muere una lengua en el mundo. ¿Puede la tecnología ayudar a salvarlas?

Mientas que algunos culpan a la tecnología como una fuente que contribuye a la pérdida de lenguaje, muchos han optado por utilizarla para salvar lenguas en peligro de extinción.

Publicado el 21 Feb 2019

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Desde el año 2000, cada 21 de febrero se celebra en el mundo el Día Internacional de la Lengua Materna. Una iniciativa encabezada por la UNESCO en un esfuerzo por dar a conocer la difícil situación de algunas lenguas que están en peligro de desaparecer, y con ellas, todo un universo cultural.

Según lo explica Naciones Unidas, el problema radica en que, mediante la lengua, las personas preservan su historia, sus costumbres, sus tradiciones, su memoria, sus modos únicos de pensamiento, el significado y la expresión de su comunidad.

De igual manera, es una herramienta para que las comunidades puedan construir su futuro, y es fundamental en la protección de los derechos humanos, el buen gobierno, la construcción de paz, y el desarrollo sostenible; todos, aspectos centrales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Al menos el 43% de las 6.000 lenguas que se estima que se hablan en el mundo están en peligro de extinción.

Es por ello que, para evitar la desaparición de lenguas a lo largo y ancho del planeta, la tecnología ha comenzado a convertirse en un aliado vital, y tanto grandes como pequeñas iniciativas son cada vez más valoradas para preservarlas.

Por ejemplo, Google ha decidido unirse a la lucha por la preservación de este patrimonio cultural que durante tantos años ha caracterizado a pueblos y comunidades nativas, a través de la plataforma Endangered Lenguages.

El proyecto consiste en poner una gran cantidad de herramientas propias del gigante tecnológico al servicio de las organizaciones e individuos que trabajan para hacer frente a la amenaza de las lenguas mediante su documentación, su preservación y su enseñanza.

Cuenta con un mapa que puntualiza datos geográficos de más de 3.000 lenguas en peligro de extinción y detalla cuáles están en situación de riesgo, en peligro de extinción y en grave peligro de extinción.

Además, documenta muestras de las lenguas en forma de archivos de texto, audio o vídeo. Los usuarios también pueden subir prácticas recomendadas y casos de éxito, tanto para compartir conocimientos como para preservar dichas lenguas.

Redes sociales, de villanos de la historia a héroes al rescate

Otro caso a destacar es el de las redes sociales,muchas veces señaladas como las responsables de la globalización de ciertas lenguas, dejando a un lado otras; y del deterioro de idiomas como el español, al ser canales en los que las faltas de ortografía y los extranjerismos abundan.

Un caso en el que las redes sociales contribuyen a salvar lenguas en peligro de extinción es Indigenous Tweets, proyecto de Kevin Scannell, profesor de Ciencia de la Computación en la Universidad de Saint Louis, Estados Unidos.

Haciendo uso de una base de datos de palabras y frases, este proyecto ubica qué usuarios en Twitter se expresan en su idioma nativo más a menudo y luego los ayuda a ponerse en contacto entre sí, logrando que los hablantes de lenguas minoritarios se descubran mutuamente a través de internet. El sitio además enumera los ‘trending topics’ de los usuarios de cada lengua.

Facebook también ha hecho lo propio. Hoy en día esta red social está disponible en más de 100 idiomas, e incluye lenguas indígenas como la cherokee (Norteamérica) y quechua (Sudamérica).

Los usuarios de Facebook pueden solicitar un nuevo idioma a través del sitio web; y si hay cierta cantidad de demanda por esa lengua, el idioma aparecerá en la aplicación de traducción y la comunidad puede comenzar a traducir la interfaz.

A esto se suma que Facebook brinda apoyo a los traductores voluntarios y ofrece pautas de estilo en su página de guías de estilo de idiomas.

Ese es el caso de la comunidad Jaqi-Aru, de Bolivia. Se trata de un grupo de jóvenes aymaras que están trabajando en la traducción de la interfaz de Facebook en aymara, uno de los tres idiomas oficiales en Bolivia y que cuenta con hablantes en Argentina, Chile, y Perú.

Tecnologías emergentes al servicio de las lenguas minoritarias

Gracias a los beneficios de la Inteligencia Artificial para la documentación y el aprendizaje de idiomas, esta tecnología se perfila cada vez más como un aliado estratégico en la lucha por salvar los idiomas en peligro de extinción.

Iniciativas como la de Jason Lovell y Jonnie Cain son un buen ejemplo. Estos dos jóvenes crearon Reobot, un chatbot de Facebook Messanger con Inteligencia Artificial IBM Watson que busca ayudar a las personas a aprender a hablar el ‘te reo maorí’, lengua de una etnia polinésica y cuyos hablantes predominan en Nueva Zelanda y las Islas Cook.

El chatbot de Lovell y Cain comprende y responde a los usuarios en inglés y en’ te reo maorí’, e incluso si los usuarios cometen errores tipográficos u ortográficos, Reobot no tiene problemas para comprender.

Otro caso es el de un equipo de investigadores del Centro de Excelencia para la Dinámica del Lenguaje (CoEDL) de Australia.

Una de las mayores barreras para documentar idiomas es la transcripción. El CoEDL ha estado investigando 130 idiomas que se hablan en Australia y en países vecinos como Indonesia. Su trabajo implica ir a las comunidades y documentar enormes cantidades de audio.

Para 50.000 horas de audio, que es la cifra que el CoEDL estima que tiene recopilado, la transcripción usando métodos tradicionales tomaría cerca de dos millones de horas, lo que convierte esta tarea en algo, desgastante, minucioso y casi que imposible.

Sabiendo que el tiempo está en contra de ellos ya que muchas de estas lenguas están en vía de extinción, el Centro recurrió a la Inteligencia Artificial y se asociaron con Google para desarrollar lo que se conoce como tecnología de Aprendizaje Automático, que puede procesar grabaciones de audio.

Google ofrece una plataforma de IA de código abierto llamada TensorFlow, que las organizaciones pueden usar para construir sus propios sistemas de aprendizaje automático e Inteligencia Artificial a la medida.

Usando las APIS que brinda esta plataforma, el CoEDL logró construir modelos lingüísticos iniciales para idiomas indígenas australianos como el Bininj Kunwok, Kriol, Mangarayi, Nakkara, Pitjantjatjara, Warlpiri y Wubuy, además de otros cinco idiomas que se hablan en la región de Asia Pacífico.

La conversión automática de voz a texto ha ayudado a los lingüistas de este centro e incluso los ha llevado a ir más allá y tomar la información recabada y han creado un robot conocido como Opie, que ayuda a enseñar a los niños los idiomas locales.

En Colombia, ¿cómo vamos?

¿Sabía que, además del español , en Colombia se hablan 65 lenguas indígenas, dos lenguas criollas, una lengua romanés y se usa una lengua de señas?

Visitando el sitio web ‘Arcoíris de las lenguas de Colombia’ del Instituto Caro y Cuervo, los niños pueden aprender a decir nombres de animales, plantas, cosas y a saludar en otras lenguas, mediante diversas actividades lúdicas pensadas para ellos.

También existe la iniciativa ‘enmiidioma’, un proyecto que busca extender la participación de las comunidades indígenas en la sociedad del conocimiento, y a partir del uso de tecnologías de información y comunicación, ampliar el aprendizaje de su lengua para evitar su extinción.

Esta plataforma cuenta al día de hoy con 118 lecciones desarrolladas y puestas en línea directamente por las comunidades, de las cuales 110 son lecciones de lenguas indígenas y 8 de la lengua Bantú (comunidad Palenque de San Basilio).

Los pueblos indígenas de Colombia también están usando la tecnología para varios propósitos como la comunicación y la educación, para trabajar y, sobre todo, para contar sus historias desde su propia narrativa.

Foto: Katiabraga (Pixabay).  

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María Camila Gómez Caballero

Comunicadora social y periodista de la Pontificia Universidad Javeriana, con experiencia en comunicación digital, redacción, gestión de redes sociales y alianzas estratégicas.

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