El concepto de engaño en la informática forense tiene sus raíces en los honeypots, señuelos diseñados para atraer atacantes. Durante décadas, estas herramientas funcionaron de manera estática, permitiendo a sus administradores observar comportamientos maliciosos en entornos controlados. Sin embargo, la sofisticación de las amenazas actuales ha limitado la efectividad de estos sistemas y es aquí donde entran en escena los swarm decoys.
Ofrecidos como un servicio (Decoy Swarm-as-a-Service), esta iniciativa sustituye los honeypots por un ecosistema de señuelos coordinados. A diferencia de sus antecesores, esta modalidad utiliza Inteligencia Artificial, en particular Gemelos Digitales, para crear copias que imitan sistemas reales sin exponer activos productivos ni sus datos.
De esta forma, los enjambres de señuelos no solo buscan la detección, sino la contención del adversario mediante una arquitectura que imita la complejidad de las redes modernas y las nubes públicas. Mientras un honeypot clásico ofrece un único objetivo, el enjambre de señuelos crea una malla de información falsa que rodea los activos críticos de la infraestructura.
Esta estructura está diseñada para que cualquier intento de reconocimiento por parte de un atacante resulte en la activación inmediata de protocolos de seguridad. Así, la transición hacia el modelo de enjambre permite que la defensa deje de ser un elemento pasivo para convertirse en una respuesta activa (ciberseguridad activa).
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Ventajas del modelo as a service
Desde el punto de vista técnico, la diferencia fundamental del Decoy Swarm-as-a-Service radica en la capacidad de integración y la reducción de la carga operativa para los equipos de seguridad. El modelo de servicio permite que la inteligencia de amenazas sea global y se actualice en tiempo real, superando la gestión manual que requerían los antiguos señuelos.
Además, el uso de Gemelos Digitales permite que el entorno de engaño sea indistinguible del entorno productivo. La Inteligencia Artificial adapta el comportamiento de los señuelos a la actividad legítima de la empresa, lo que previene que los atacantes utilicen herramientas de escaneo para diferenciar lo real de lo falso.
Por otro lado, el enjambre de señuelos aborda el problema de los falsos positivos en ciberseguridad, un desafío constante en los centros de operaciones de seguridad. Dado que ningún usuario legítimo debería interactuar con el enjambre, cualquier actividad registrada en estos señuelos se clasifica automáticamente como una amenaza. Esto optimiza los tiempos de respuesta y permite a los analistas centrarse en incidentes reales.
La llegada de CyberTrap al mercado colombiano
El modelo decoy swarm ha sido noticia en Colombia por la reciente llegada de la firma europea Cybertrap, que usa el sistema de señuelos en su plataforma CyberTrap Engage. Al respecto, vale la pena recordar que, según CyberTrap, el 60 % de los ataques exitosos provienen de proveedores, donde el 84 % de las organizaciones sufrió incidentes vinculados a la nube o servicios tercerizados.
César Guadarrama, director comercial de CyberTrap para América Latina, afirmó: “El 80 % del problema no está en el ataque final, sino en el camino que recorre el adversario para llegar ahí. Si controlamos la cadena de suministro, la nube y el último kilómetro, cambiamos completamente la ecuación del riesgo”.
Según el comunicado oficial de CyberTrap, su propuesta tecnológica para el mercado local se basa en tres pilares fundamentales: anticipación, resiliencia y soberanía tecnológica. Un aspecto clave de la tecnología introducida es su capacidad de integración con herramientas ya presentes en las empresas como Splunk, Sentinel o CrowdStrike.








