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Un año de la subasta 5G: meta de despliegue cumplida, pero dos empresas aún no arrancan



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El MinTIC muestra el vaso medio lleno por las cifras de despliegue de Claro y Tigo-Movistar, pero la realidad es que la mitad de las empresas que adquirieron el espectro el 20 de diciembre de 2023 no han comenzado a montar la infraestructura ni han pagado sus obligaciones económicas.

Publicado el 8 de ene de 2025



Un año de la subasta 5G en Colombia, foto del Mintic Mauricio Lizcano

Tanto en las entrevistas de balance de gestión del ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, como en la publicidad del Ministerio en medios de comunicación, el balance del primer año de la subasta 5G es exitoso porque casi se duplicó la meta de 756 estaciones base planteada para el cierre de 2024. Sin embargo, la cifra es una fotografía que deja por fuera parte de la realidad: dos de los cuatro licenciatarios no han cumplido con lo acordado inicialmente.

De acuerdo con información publicada por el Ministerio de las TIC, al tercer trimestre del año se habían instalado 1.378 estaciones base móviles 5G en el país, superando en un 78% la meta inicial. Claro desplegó alrededor 1.300 antenas y la Unión Temporal Tigo-Movistar el resto, mientras que WOM y Telecall no han instalado ninguna.

Las redes de 5G están presentes en Bogotá y 32 municipios ubicados en 18 departamentos, de acuerdo con el comunicado del Ministerio. Por su parte, Claro anunció que ya conecta a 20 ciudades con esta tecnología, entre ellas la capital del país, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena, y proyecta añadir 20 más en 2025. Según la empresa, gestiona el 69,1% de las conexiones 5G, con aproximadamente 2,2 millones de líneas cursando datos y el 23% del tráfico móvil en zonas con cobertura 5G.

De tal forma que el saliente ministro Lizcano presenta unos datos que, en rigor, superan las expectativas; pero deja un complejo panorama para el futuro de las telecomunicaciones nacionales con la mitad de los licenciatarios de 5G incapaces de cumplir con sus compromisos, pues se demuestra –una vez más– que no hubo un análisis riguroso de la capacidad financiera de los aspirantes para acceder al espectro radioeléctrico colombiano, probablemente por el afán político de cumplir con el cronograma establecido para la subasta 5G.

Se sabe que desde el Ministerio hay comunicación incómoda y constante con los representantes de WOM y los asesores locales de la brasileña Telecall, especialmente a medida que se acercan los vencimientos de los plazos establecidos que el gobierno ha tenido que estirar con fórceps para evitar que estas empresas incumplan.

Según DPL News, mientras los actos administrativos de Claro y Tigo-Movistar iniciaron en febrero de este año, los de WOM y Telecall lo hicieron en junio y agosto, respectivamente. Esto indica que a partir de dichas fechas, los operadores tienen un año para iniciar el despliegue y dos años para cumplir con las obligaciones de conectividad previstas en el cronograma del contrato, lo que, como indica el portal especializado, significa que aún no han incumplido. 

A esto se suma que ninguno de los dos ha pagado el monto adeudado, correspondiente al 20% de los 318 mil millones de pesos que costó cada uno de los bloques de 80 MHz. Tampoco han cumplido con las obligaciones relacionadas con las contraprestaciones para los operadores, que incluyen el despliegue de infraestructura destinada a llevar Internet a grupos sociales vulnerables y a áreas que carecen de una cobertura óptima.

La situación de las dos empresas se resume en una falta de liquidez: por un lado, WOM atraviesa un proceso de reorganización ante la Superintendencia de Sociedades y no encuentra pretendientes, aunque se mencionó el supuesto interés de una firma del este de Europa; mientras que Telecall se quedó sin uno de sus principales socios, que se fue con su plata a otra parte. 

Ante la incertidumbre, desde la cartera de comunicaciones han asegurado a medios que los contratos incorporan garantías que, de no cumplir los compromisos, se harán efectivas.

Por otro lado, 5G no tiene el impacto que en su momento significó el 4G en la conectividad de los usuarios que, a la larga, son la principal fuente de ingresos de estas empresas. Mejor dicho, a pesar de sus múltiples aplicaciones y probada utilidad en áreas como telemedicina, movilidad autónoma, logística,redes privadas, IoT, realidad aumentada y gaming, aun no se ha encontrado la “killer app” de esta tecnología.

El FWA (Fixed Wireless Access) podría ser esa “killer app”, pues se ha posicionado como una solución para la monetización temprana de las redes 5G, en comparación con el lento avance de otras aplicaciones. Esta tecnología ofrece una alternativa económica y sencilla para conectar hogares en zonas donde el despliegue de fibra óptica resulta complicado y costoso. Con un equipo de punto de conexión (CPE) fácil de instalar por el usuario, el FWA aprovecha la robustez de las redes 5G para satisfacer la demanda de servicios como streaming en 4K/8K, gaming y realidad virtual, abriendo nuevas vías de ingresos para los operadores.

De hecho, FWA era la tecnología con la que Telecall iba a prestar su servicio a partir de este diciembre. Por su lado, Claro sí lo incorporó a su oferta de banda ancha residencial desde junio pasado.

La incertidumbre sobre el futuro de WOM y Telecall podría limitar la expansión no solo del 5G sino de la conectividad móvil en Colombia. Mientras tanto, Claro le salva el año al Ministerio con el ímpetu de su despliegue, y Tigo-Movistar avanza de forma prudente mientras se unifican las redes móviles de ambas empresas.

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