Para la columna «Profesiones de Identikit», presentamos al Director de Felicidad (CHO).
El gestor de felicidad, también conocido como Chief Happiness Officer (CHO), transforma los entornos laborales en espacios motivadores y colaborativos. Su labor va más allá de los recursos humanos tradicionales, centrándose en el bienestar de los empleados. Con habilidades como empatía, liderazgo y capacidad de escuchar, el CHO asegura que los valores de la empresa se reflejen en el día a día, fomenta el trabajo en equipo y apoya el desarrollo profesional. Un rol clave para crear organizaciones más humanas y productivas.
En Estados Unidos definen a los ‘Gestores de felicidad’ —de hecho, director de la felicidad —como una de las figuras empresariales que se ocupan de los recursos humanos( RR.HH.), de personas. Es en sí mismo una evolución de la dirección de RR.HH. tradicional y, en concreto, como su nombre indica, se ocupa de su satisfacción y bienestar, ya que ahora se sabe que los empleados más felices son empleados más motivados y productivos.
Pero, entonces, ¿qué hace un director de felicidad (CHO por sus iniciales en inglés), qué habilidades debe tener y cómo se puede llegar a serlo?
¿Qué hace el CHO -Chief Hapiness Officer- en la empresa?
El objetivo de la persona CHO es hacer del lugar de trabajo un lugar feliz, donde las personas se sientan siempre a gusto, apreciadas, comprendidas, valoradas, motivadas; pero no solo eso. Incluso la dinámica entre colegas debe ser tranquila, lo que lleva a una colaboración productiva.
Admitámoslo, es una tarea que no es fácil. Las oficinas suelen vistas como lugares tristes, grises, sobrios y aburridos, que además funcionan dentro de una estructura mobiliaria de escritorios, que deja poco espacio para la personalización, poco color. Además, especialmente cuando se trata de empresas de cierto tamaño, las tensiones son frecuentes: la competitividad entre compañeros de trabajo genera divisiones y poca colaboración; los plazos y los ritmos de trabajo son apremiantes; los superiores con los que es difícil comunicarse; la rigidez de los roles y jerarquías; las pocas oportunidades de trabajar en equipos desestructurados y creativos.
Las responsabilidades de un director de felicidad en una empresa
He aquí una miniguía de 8 puntos sobre las tareas del administrador de la felicidad.
- Dar importancia a cada persona y tratarla con respeto y amabilidad:
Aunque suena obvio, no lo es. De acuerdo con la encuesta global de ‘Violencia y acoso en el trabajo‘, esto es un fenómeno generalizado en todo el mundo, y más de 1 de cada 5 personas con empleo ha sufrido al menos una modalidad de violencia y acoso en el trabajo durante su vida laboral: violencia y acoso físicos, violencia y acoso psicológicos y violencia y acoso sexuales. El maltrato es una de las razones más comunes por las que un empleado deja una empresa. Los empleados merecen ser tratados como si fueran los mejores clientes en términos de respeto, vocabulario, acciones y promesas. Nada autoriza a un empleador a tratar a sus empleados de manera grosera. El respeto es un componente esencial de una relación laboral sana, que un CHO no solo debe adoptar como comportamiento, sino también asegurarse de que todos los niveles de dirección lo adopten al mismo nivel y hacia el personal considerado, según las jerarquías empresariales tradicionales (y algo anticuadas), a un nivel inferior. En cuanto a dignidad y respeto, no hay niveles.
- Asegurando lo básico: Está claro que si las necesidades básicas de un empleado no están cubiertas, todo lo que puedas hacer para tratar de hacerlo feliz no tiene mucho sentido. Por lo tanto, en primer lugar, un CHO debe asegurarse de que el contrato de trabajo y el trato económico sean los adecuados para el empleado.
- Dar voz a los empleados: Las personas quieren ser escuchadas, siempre, este es el primer paso para que se sientan apreciadas. En la empresa lo necesitan, y un Gestor de felicidad debe cuidar de ellos, respondiendo a sus necesidades e ideas. Es decir, no basta con decir a los empleados “te escuchamos“, sino que hay que hacerlo: ya se trate de un correo electrónico de seguimiento tras una reunión o de comentarios sobre su empresa, deben saber que alguien les está escuchando realmente. Un primer paso que el CHO debería dar para abrir un canal de escucha con los empleados es precisamente preguntarles a los empleados: “¿Qué es lo que te haría más feliz en la oficina? ¿Qué te gustaría que te ofreciera esta empresa? ¿Te gusta trabajar aquí? ¿Cómo podríamos mejorar las condiciones de trabajo?” .
- Asegúrarse de que los valores de su empresa sean conocidos y apreciados: Los valores corporativos son fundamentales: vinculan la imagen externa de la empresa (la marca) con la interna (la cultura corporativa). Pero no basta con tenerlos en una hoja de papel o en el sitio web. Debemos hacer que sigan vivos y volver a declararlos, traduciéndolos en comportamiento, y asegurarnos de que sepan y, sobre todo, aprecien que existe coherencia entre lo que la empresa para la que trabajan declara y lo que realmente logra.
- Dar libertad a los empleados: Un CHO debe garantizar a los empleados cierta flexibilidad a la hora de gestionar su tiempo y sus horarios, tal vez con fórmulas de trabajo inteligente, y la libertad de proponer y, posiblemente, poner en práctica sus ideas.
- Apoyando el crecimiento: Las personas necesitan saber que pueden crecer profesionalmente en esa empresa y que se van a beneficiar si se implican con su talento. Un CHO es esa persona que en cualquier etapa de su experiencia laboral le estimula a aprovechar sus puntos fuertes y aprovechar nuevas oportunidades; que crea y promueve nuevas oportunidades de crecimiento para retener el talento.
- Fomentar un trabajo en equipo efectivo: Es posible que una empresa haya reclutado a los mejores talentos, pero si no trabajan bien juntos, no se obtendrán resultados. Y es precisamente en este punto donde un gerente de recursos humanos debe intensificar sus esfuerzos y ofrecer preparación, ejercicios de formación de equipos y apoyo constante.
Las habilidades del Gestor de Felicidad en las empresas
Entre las habilidades básicas que debe tener un director de felicidad se encuentran un conocimiento sólido de los principios de gestión de recursos humanos, habilidades de análisis de datos para medir la satisfacción y el compromiso de los empleados, y estar familiarizado con las herramientas tecnológicas para gestionar las comunicaciones internas y el bienestar de los empleados.
En cuanto a las habilidades interpersonales, debe ser empático y estar preparado para escuchar activamente, a fin de comprender a fondo las necesidades y preocupaciones de sus colaboradores. También debe tener excelentes habilidades de comunicación, tanto escrita como oral, para difundir eficazmente los valores de la empresa y motivar al equipo. El liderazgo inspirador y la capacidad de gestionar el cambio también son fundamentales, al igual que la creatividad a la hora de encontrar soluciones innovadoras que mejoren la felicidad y la satisfacción laboral. Por último, la resiliencia y el optimismo ayudan a superar los desafíos y los momentos difíciles, manteniendo la moral alta de la organización.
¿Cómo convertirse en un Gestor de Felicidad o administrador de la felicidad?
El camino para convertirse en director de felicidad requiere una combinación de formación específica, experiencia práctica y una sólida base académica. Un título en psicología, sociología, recursos humanos o campos relacionados puede proporcionar una base de conocimientos sólida, pero una maestría en psicología organizacional, gestión de recursos humanos o liderazgo también resulta muy útil. Existen cursos especializados que tienen como objetivo enseñar cómo aumentar el nivel de felicidad dentro de las organizaciones para obtener beneficios económicos tangibles y certificaciones.
Las actitudes y la empatía marcan la diferencia
Sin embargo, la verdadera diferencia en el sector de los recursos humanos, tal como ha evolucionado en la actualidad (es decir, menos orientado solo a los aspectos burocráticos, más orientado al bienestar del personal de la empresa), la marcan las aptitudes personales.
Por supuesto, se necesitan buenas habilidades organizativas y conocimientos para tomar decisiones, pero sobre todo facilidad en las relaciones humanas y excelentes habilidades de escucha y comunicación. La empatía permite al CHO comprender en profundidad las emociones, experiencias y perspectivas de los empleados, lo que facilita la creación de estrategias a medida para mejorar el bienestar y la satisfacción laboral.
A través de la empatía, un CHO puede reconocer los desafíos y necesidades individuales de los miembros del equipo, lo que promueve un entorno de trabajo inclusivo y solidario. Esta capacidad de conexión emocional ayuda a construir relaciones de confianza dentro de la organización, mejorando la comunicación y la colaboración entre los empleados. Además, la empatía permite a la CHO gestionar eficazmente los conflictos y las tensiones, transformándolos en oportunidades de crecimiento y aprendizaje colectivos.
Fuente: University2business.it, Network Digital360