En la era digital en la que vivimos, la gestión eficiente de los datos se ha vuelto crucial para el éxito de las organizaciones en todos los sectores. Tradicionalmente, las empresas solían almacenar sus datos en servidores locales, lo que implicaba altos costos de mantenimiento, limitaciones de capacidad y enormes riesgos de ciberseguridad. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido una solución revolucionaria: la nube.
Según un estudio de Boston Consulting Group, Colombia ocupa el tercer puesto entre los países de Latinoamérica que más utilizan la nube y comparte podio con México y Brasil. El informe proyecta que el incremento en el uso de los servicios en la nube será de más de un 30 % cada año de aquí al 2025 y por lo tanto sus servicios alcanzarán un valor estimado de USD 30.000 millones.
En esencia, la nube se refiere a una red de servidores remotos que están interconectados y alojan datos y aplicaciones. Es de este modo como, en lugar de almacenar y procesar información localmente, las organizaciones pueden aprovechar la infraestructura de la nube para acceder a recursos de almacenamiento de manera flexible y escalable.
Asimismo, la nube cuenta con dos modelos principales de implementación: pública y privada. La nube pública se refiere a la infraestructura y servicios de computación que son ofrecidos por proveedores externos y están disponibles para su acceso a través de Internet. Esta modalidad permite a las organizaciones aprovechar recursos compartidos y escalables, eliminando la necesidad de invertir en infraestructura costosa y dedicada. Los proveedores de nube pública ofrecen una amplia gama de servicios, que incluyen almacenamiento, procesamiento, bases de datos, inteligencia artificial, aprendizaje automático y más.
Además, permite a las empresas acceder a tecnologías de vanguardia y mantenerse al día con las últimas innovaciones, sin la carga de mantener y actualizar constantemente la infraestructura.
Por otro lado, la nube privada se refiere a una infraestructura de nube dedicada exclusivamente a una organización en particular. En este caso, los recursos de computación y almacenamiento se encuentran en servidores internos o en centros de datos privados, lo que brinda un mayor control y seguridad a la organización.
La nube privada puede ser gestionada y mantenida por el equipo interno de TI de la empresa o puede ser administrada por un proveedor de servicios externo. Este enfoque se utiliza a menudo por organizaciones que tienen necesidades específicas de seguridad, cumplimiento normativo o que requieren un mayor control sobre sus datos y aplicaciones.
También ha surgido un enfoque híbrido que combina lo mejor de ambos mundos: la nube pública y privada. Este enfoque, conocido como enfoque híbrido, implica utilizar múltiples proveedores de nube tanto públicos como privados para satisfacer las necesidades de la organización.
El enfoque ‘multicloud’ es aquel que permite aprovechar las fortalezas y características únicas de diferentes proveedores de nube, evitando la dependencia de un solo proveedor y brindando una mayor flexibilidad y capacidad de elección.
Con esta simple base, damos inicio a un ‘white paper’ que buscará adentrarte al universo de la nube en su totalidad. Una gran oportunidad para que las organizaciones conozcan, apliquen y utilicen, sea cual sea, la nube que les permita escalar, como nunca imaginaron.
