Colombia avanza a pasos agigantados en su transición energética, impulsando grandes proyectos de energías limpias que no solo combaten el cambio climático, sino que también generan importantes beneficios económicos y sociales. El país está experimentando un notable crecimiento en proyectos solares, los cuales están emergiendo como una fuerza clave dentro de la matriz energética nacional. En la más reciente subasta de cargo por confiabilidad, el 99 % de la energía asignada provino de fuentes solares, lo que permitirá que la participación de energías renovables en el país pase del 3% al 26% para 2027. Estas iniciativas, distribuidas en 18 departamentos, tendrán un fuerte impacto en regiones como Córdoba, Cundinamarca, Santander y Atlántico, consolidando a Colombia como un actor relevante en el escenario de energías renovables.
En el departamento del César, un innovador proyecto está marcando el camino hacia un futuro más sostenible. Unergy, pionera en inversión para minigranjas solares, ha desarrollado la primera parcela experimental en San Diego, César, integrando la producción de energía limpia con el cultivo de melones y sandías.
Este proyecto, conocido como las Minigranjas Solares Valle de Gandalf y Cañahuate, no solo contribuye a la mitigación del cambio climático, sino que también está impulsando el desarrollo agrícola local y fortaleciendo la resiliencia agroalimentaria en la región.
La demanda energética en Colombia ha crecido un 4.11 % en el último año, lo que plantea un reto significativo para el Sistema Interconectado Nacional. Ante esta realidad, iniciativas como las minigranjas solares emergen como soluciones clave para evitar un posible déficit energético en el futuro cercano. La agrovoltaica, que combina la instalación de paneles solares con el uso de los terrenos para la agricultura, se presenta como una opción innovadora que maximiza el aprovechamiento de los recursos naturales.
En el proyecto de Unergy, los agricultores locales no solo están cultivando melones y sandías entre los paneles solares, sino que también están reduciendo el consumo de agua gracias a la sombra parcial generada por los paneles, lo que disminuye la evaporación y optimiza el riego. “Este proyecto demuestra que es posible cultivar en terrenos donde se generan energías renovables, y además estamos creando empleos y fomentando un sentido de pertenencia en la comunidad“, comenta Eduardo Ospina, CEO de Unergy.
Una de las grandes ventajas del modelo agrovoltaico es la reducción de costos de producción, que se logra gracias al uso de riego por goteo y la asistencia técnica agrícola. Esta asistencia ha permitido a los agricultores implementar prácticas más sostenibles, evitando la sobreaplicación de productos que pueden causar contaminación y sobrecostos. Además, el acceso gratuito a los terrenos entre los paneles solares les permite a los agricultores mejorar su rentabilidad sin necesidad de arrendar más tierras.
La alianza estratégica entre Unergy y los agricultores locales ha generado resultados tangibles. Cada ciclo de cultivo de sandías produce hasta 19 toneladas por hectárea y genera seis empleos directos, con la posibilidad de tener hasta cuatro ciclos anuales. Este tipo de colaboración no solo fortalece la economía local, sino que también posiciona a Colombia como un país con gran potencial para la implementación de proyectos agrovoltaicos a mayor escala.
Aunque la adopción de la agrovoltaica en Colombia está en una fase inicial, este proyecto en el César demuestra su viabilidad y beneficios. La ubicación geográfica del país, con alta radiación solar, lo convierte en un terreno fértil para el desarrollo de más minigranjas solares que combinen energía limpia y producción agrícola.
La minigranja solar en el Cesar es un ejemplo exitoso de cómo la innovación puede transformar tanto el sector energético como el agrícola, mejorando la sostenibilidad y la calidad de vida en las comunidades locales. Unergy ya planea expandir este modelo a otras regiones del país, con el objetivo de seguir impulsando el desarrollo productivo y la lucha contra el cambio climático para finales de 2024.