Con 4 teléfonos y un mismo chip, el A14 Bionic, Apple llega al fin a la carrera de los fabricantes por las redes móviles de nueva generación.
Con el lanzamiento de los nuevos teléfonos de Apple, iPhone 12 y 12 Pro y en sus otros tamaños (Pro Max y mini), el camino de la adopción del 5G por parte de los fabricantes de smartphones en el mundo cierra un ciclo. Poco más de un año después de fabricantes como Samsung o Huawei, la empresa de la manzana revela su método para dotar de mayor velocidad a sus ‘smartphones’.
Los iPhone 12, iPhone 12 mini, iPhone 12 Pro y iPhone 12 Pro Max prometen “velocidades inalámbricas superveloces (así de redundante) y un mejor rendimiento en redes con mucho tráfico”.
El secreto estaría en haber adoptado un gran número de bandas de 5G y en una función automática que le permite al teléfono cambiar la banda según la demanda de tráfico que tiene el dispositivo, una función bautizada ‘gestión de la autonomía’, que está disponible cuando se activa el modo de datos inteligentes.
Eso se traduce en que si se trata de textos o de aplicaciones en segundo plano, el nuevo iPhone usaría redes LTE, mientras que para descargar grandes paquetes, series completas en video o generar transmisiones en altísima resolución, el iPhone se mudaría inmediatamente a las redes 5G disponibles.
A primera vista, hablar del 5G con ejemplos como descargar películas podría dar la impresión de que para el fabricante los beneficios de esta tecnología son solo de consumo.
Sin embargo, el mensaje real es otro: es de abonar que el iPhone, al permitir ese cambio de bandas automático, esté abriendo la puerta a que los casos de uso del 5G se desarrollen y lleguen a los móviles cuando realmente se necesite. Así como lo plantearon en la conferencia de lanzamiento, “toda esta velocidad trae consigo nuevas y alucinantes posibilidades para el futuro de las apps”.
Por eso, tampoco puede pasarse por alto la llegada de otra tecnología bastante ambiciosa, tal vez menos conocida que la sigla 5G. Se trata del LiDAR, un sensor o un escáner de luz que Apple venía probando hace meses y que ya se había incorporado al nuevo modelo de iPad Pro.
Con LiDAR a bordo, el iPhone 12 Pro da un salto en las fotografías en modo nocturno y puede crear mapas de profundidad, usando el sensor que mide el tiempo de respuesta de la luz. Además de su beneficio para videojuegos, el potencial para desarrollar ‘apps’ de realidad aumentada mucho más sofisticadas es alto. En pocas palabras, Apple lanzó un teléfono capaz de generar paquetes de datos extremadamente pesados, que podrán compartirse, transmitirse o tratarse a velocidades como las de 5G.
Como cereza del pastel, mientras que el diseño se quedó bastante similar a lo que mostró la generación del iPhone 5 (2012), los equipos de desarrollo software de la empresa con sede en Cupertino, California, tendrán para entretenerse con la promesa de que “todo el software, desde las aplicaciones hasta los sistemas, se ha optimizado para sacarle el máximo partido al 5G”.
Apple, además, ha venido trabajando en pruebas técnicas de optimización, con lo que 2021 podría traer nuevos dispositivos, como su famosa tableta iPad, que también sean compatibles con 5G.
Pero ¿qué falta para acelerar la adopción del 5G? Los factores son numerosos. Desde una millonaria inversión en infraestructura SA (‘Stand Alone’) hasta la generación de casos de uso y de negocio que hagan de la 5G un modelo económico viable. El camino de la llegada de esta tecnología necesita superar distintos hitos, como quedó planteado en el evento ‘Colombia en la era 5G‘.
Pero el paso de Tim Cook de hoy aseguró al menos uno de ellos, una generación de dispositivos de bolsillo capaces de despertar la creatividad de una futura generación de servicios móviles.