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Día de Internet: 20 años entre avances y desafíos urgentes



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A 20 años del Día de Internet, Colombia enfrenta múltiples desafíos digitales. Persiste la brecha digital entre zonas urbanas y rurales, la ciberseguridad es una preocupación creciente y la desinformación amenaza la democracia.

Publicado el 16 de may de 2025



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Cada 17 de mayo se conmemora el Día de Internet, que ahora en 2025 cumple 20 años. Es una fecha que ha trascendido su carácter de celebración para convertirse en un llamado a la reflexión sobre la profunda metamorfosis que la red ha impreso en el tejido social, económico y político, en el mundo y con especial zoom los desafíos digitales en Colombia, los de siempre, los que se transforman y los nuevos.

Aquella herramienta que hace dos décadas se perfilaba como una promesa tecnológica, hoy se erige como una infraestructura esencial, un ecosistema dinámico y, para muchos, un espacio tan tangible como el mundo físico, indispensable para la economía, la interacción social, la educación, la participación ciudadana y el ejercicio mismo de la democracia.

Para Colombia, estas dos décadas han representado un viaje de adaptación vertiginosa, jalonado por progresos notables en conectividad y digitalización, pero también marcado por la aparición de desafíos complejos que exigen una respuesta coordinada y estratégica por parte del Estado, empresas, academia y la sociedad en su conjunto. La propia evolución del Día de Internet, desde una jornada dedicada a impulsar el acceso hasta un foro global sobre gobernanza digital y derechos humanos, evidencia la madurez de un debate en el que Colombia participa activamente, consciente de que su futuro está intrínsecamente ligado a la red.

La génesis de esta conmemoración se remonta a 2005 en España, gracias a la iniciativa de la Asociación de Usuarios de Internet. Rápidamente, esta idea resonó en diversos países de América Latina, incluyendo a Colombia, que se sumó tempranamente al reconocimiento del papel transformador de la red. La fecha elegida, el 17 de mayo, conmemora un hito fundacional en las telecomunicaciones: el aniversario de la firma de la primera Convención Telegráfica Internacional en 1865, evento que también dio origen a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), hoy organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación.

Los objetivos primigenios eran claros y visionarios para su tiempo:

  • Promover el buen uso de Internet: Fomentar una utilización responsable y ética de la red.
  • Dar a conocer las ventajas de Internet para la sociedad: Subrayar el potencial de las TIC para mejorar la calidad de vida, la educación, la economía y la participación ciudadana.
  • Impulsar el acceso universal: Destacar la importancia de cerrar la brecha digital y garantizar que todos los ciudadanos tuvieran la oportunidad de acceder y beneficiarse de las herramientas de la Sociedad de la Información.

El paisaje digital y los desafíos fundacionales

Hace veinte años, cuando el Día de Internet comenzaba a celebrarse, el panorama digital colombiano era radicalmente distinto al actual. La ‘autopista de la información’ aún se encontraba en sus primeras etapas de construcción en gran parte del territorio nacional. Los principales obstáculos se concentraban en aspectos fundamentales que hoy, en muchos contextos urbanos, damos por descontados.

Sin embargo, 20 años después, los retos se transforman pero se centran escencialmente en los mismos ejes. La conectividad era, sin duda, el principal cuello de botella. El acceso a Internet de banda ancha era incipiente y costoso, limitado a ciertos sectores empresariales y hogares de mayores ingresos. La conexión a través de módem telefónico (dial-up), lenta y poco fiable, era la norma para muchos de los primeros internautas.  Esta limitación infraestructural se traducía en una experiencia de navegación muy diferente: la descarga de archivos pesados era una odisea y el streaming de video, una fantasía lejana. Hoy la conectividad sigue siendo uno de los principales retos.

Para 2025 Colombia ha experimentado una notable Transformación Digital. Los avances en conectividad son innegables: según datos TIC del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), al cierre del cuarto trimestre de 2024, el país registró un total de 9,9 millones de accesos fijos a Internet, un incremento significativo respecto a años anteriores. Además, el internet móvil alcanzó a más de 49 millones de accesos, lo que significa que 94 de cada 100 colombianos cuentan con conexión a través de dispositivos móviles. La velocidad promedio de descarga de Internet fijo también ha mejorado, superando los 227 Mbps a nivel nacional. Estos logros son el resultado de políticas sostenidas y una inversión considerable en infraestructura.

Sin embargo, en el marco del evento LINKS 2025, Paul D. Roberts, futurista y experto en innovación, enfatizó la velocidad del cambio tecnológico y la necesidad de una infraestructura preparada para el futuro: Estamos viviendo en los tiempos más lentos en los que volveremos a vivir. El cambio es exponencial y no va a desacelerar y eso que estamos viviendo en tiempos menos complejos. Roberts advirtió sobre una aceleración sin precedentes en la capacidad computacional en los próximos diez años, impulsada por la IA y la automatización, lo que subraya la importancia de redes robustas como la fibra óptica y el 5G para sectores clave como la salud, la agricultura y la educación.

La verdadera revolución no está solo en los dispositivos inteligentes, sino en la capacidad de nuestras redes para soportar la inteligencia distribuida del futuro: sensores, datos, edge computing, inteligencia artificial, todo al mismo tiempo. Y eso requiere infraestructura, destacó.

Los costos de acceso representaban otra barrera significativa, no solo por las elevadas tarifas de conexión, sino también por el precio de los equipos informáticos. La alfabetización digital es aún hoy otro reto mayúsculo, aunque en diferentes matices. Inicialmente, el simple hecho de saber cómo operar un computador, navegar por la web o utilizar un motor de búsqueda requería un aprendizaje que no estaba al alcance de todos. Hoy, aunque la alfabetización técnica está en gran medida superada, la mediática es la retadora.

En un mundo donde el trabajo, la educación, el comercio y la innovación dependen cada vez más de la conectividad digital, hablar de acceso sin hablar de seguridad y respaldo es una omisión peligrosa. Las empresas, grandes y pequeñas, no solo son usuarias intensivas del Internet: son también actores clave en su sostenibilidad. La expansión de la conectividad en América Latina ha sido notable, pero persisten profundas brechas estructurales, sobre todo en comunidades rurales y de bajos recursos. La infraestructura digital –desde los centros de datos hasta los cables submarinos– requiere inversiones constantes, planificación a largo plazo y, sobre todo, conciencia de que la resiliencia digital no es solo un asunto técnico: es estratégico“, comparte Martín Colombo, Sr. Director para América Latina en Veeam.

Es crucial comprender que estos desafíos iniciales de infraestructura, costos y alfabetización digital, aunque han evolucionado y en muchos casos se han mitigado parcialmente, sentaron las bases de las desigualdades digitales que persisten en la Colombia actual. Aquellos sectores de la población y regiones del país que no pudieron acceder a los beneficios tempranos de Internet debido a estas barreras primarias, probablemente arrastran hoy un rezago acumulativo en términos de competitividad económica, acceso a oportunidades educativas y de empleo, y participación efectiva en la ciudadanía digital. Por ello, las políticas públicas contemporáneas no solo deben enfocarse en cerrar las brechas de acceso físico, sino también en compensar estos déficits históricos en habilidades, confianza y apropiación significativa de la tecnología.

Sin embargo, a pesar de los promedios nacionales alentadores, la disparidad en el acceso y uso de las TIC entre zonas urbanas y rurales, así como entre diferentes estratos socioeconómicos, sigue siendo una herida abierta en el tejido digital del país. El Índice de Brecha Digital (IBD) de MinTIC para 2023, publicado en octubre de 2024, revela que, si bien la brecha general ha disminuido un 11.3 % entre 2018 y 2023, persisten diferencias abismales.

El IBD analiza cuatro dimensiones clave:

  • Acceso Material: Disponibilidad de servicios, infraestructura y dispositivos.
  • Habilidades Digitales: Cualificaciones para usar las TIC.
  • Aprovechamiento: Intensidad y diversidad del uso de las TIC.
  • Motivación: Razones para usar o no las TIC, incluyendo barreras psicológicas o percepción de utilidad.

Ciberseguridad, desinformación y el costo ambiental: Amenazas que no dan tregua

El panorama de la ciberseguridad en Colombia es cada vez más complejo. El país registró 36.000 millones de intentos de ciberataques en 2024 y ocupó el cuarto lugar en América Latina en número de incidentes en 2023. Amenazas como el ransomware, el phishing y los ataques a infraestructuras críticas son cada vez más frecuentes y sofisticadas. La respuesta institucional se ha articulado principalmente a través del Conpes  3995 de 2020 sobre Confianza y Seguridad Digital y el Decreto 338 de 2022, que establece el Modelo de Gobernanza de Seguridad Digital.

Entidades como Colcert (Equipo de Respuesta a Emergencias Cibernéticas de Colombia), el Comando Conjunto Cibernético (CCOC) y el Centro Cibernético Policial (CCP) juegan roles clave en la prevención, mitigación y respuesta a incidentes. En este contexto, Martín Colombo, Sr. Director para América Latina en Veeam, subraya la responsabilidad ineludible de las empresas: “En un mundo donde el trabajo, la educación, el comercio y la innovación dependen cada vez más de la conectividad digital, hablar de acceso sin hablar de seguridad y respaldo es una omisión peligrosa.”

La proliferación de noticias falsas y campañas de desinformación se ha convertido en una amenaza tangible para la estabilidad democrática y la cohesión social en Colombia. Este fenómeno se agudiza en contextos electorales, donde la manipulación informativa busca influir en la opinión pública y erosionar la confianza en las instituciones. Y precisamente, el país se prepara para una nueva contienda electoral camino a la presidencia, uque traerá consigo una desbordada avalancha de infoxicación y desinformación.

Combatir esta epidemia requiere un enfoque multifacético. Por un lado, el acceso a información pública veraz, completa y oportuna, garantizado por la Ley 1712 de 2014 (Ley de Transparencia), se erige como una herramienta fundamental. Por otro lado, es crucial fortalecer la alfabetización mediática e informacional de la ciudadanía, dotándola de las herramientas críticas para discernir, verificar y contextualizar la información que consume y comparte.

Adicionalmente, no se puede dejar de lado el costo energéticos que sostienen la Internet. Paul D. Roberts durante LINKS 2025 alertó sobre el creciente consumo energético de los centros de datos: los centros de datos podrían consumir hasta un 9% de la energía mundial para 2030, frente al 3% actual. Este desafío impulsa la búsqueda de soluciones de eficiencia y sostenibilidad en la infraestructura digital.

Bienestar, soberanía digital y la puja legal: Las dimensiones del debate actual

La hiperconectividad y la omnipresencia de las redes sociales, si bien ofrecen innumerables beneficios, también plantean serios interrogantes sobre el bienestar y la salud mental de los colombianos, especialmente de niños, niñas y adolescentes. En el marco de la productividad y la hiperconectividad, es necesario abogar por la desconexión.

La construcción de una ciudadanía digital efectiva en Colombia requiere más que capacitación en herramientas tecnológicas. Exige fomentar un entendimiento profundo de los derechos y deberes en el entorno virtual, desarrollar el pensamiento crítico frente a la avalancha de información y fortalecer la capacidad de participación cívica en línea.

Hoy en día, más del 80 % de los colombianos en zonas urbanas usa Internet a diario y el 80 % de las personas trabajadoras en Colombia y Latinoamérica la usan para trabajar híbrida o remotamente. Nicolás Sánchez, Head of Sales de WeWork Colombia y Perú, afirma: “El Internet ha sido una herramienta que todos los días nos permite mejorar como sociedad en todos los aspectos: desde la productividad de las empresas, hasta la calidad de vida de las personas.” Sin embargo, advierte sobre la necesidad de navegar la información con criterio, especialmente ante el avance de la Inteligencia Artificial.

El concepto de soberanía digital ha ganado tracción en la agenda pública colombiana, entendiéndose como la capacidad del país para ejercer control y autonomía sobre sus activos digitales, incluyendo datos, software, normas e infraestructuras. La Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, Yesenia Olaya, ha enfatizado que Colombia debe ser “dueña de las claves de sus datos” para avanzar en la gobernanza propia del desarrollo y aplicación de la IA.

Por otro lado, no se puede dejar de lado el equilibrio y la neutralidad de la red. En la Universidad Externado de Colombia se llevó a cabo el encuentro ‘Diálogo sobre libertad de expresión, gobernanza digital y derechos fundamentales’, que reunió a representantes del sector privado como Townsend, Gabriela Castillo, Senior Public Policy Manager de X (antes Twitter); del sector público, con el Senador Alfredo Rafael Deluque y los representantes Andrés Forero Molina y Ciro Antonio Rodríguez; y de ONGs como Pablo Nieto, Gerente Regional de Políticas Públicas de la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI).

Allí se trataron temas como la diversidad digital y la libertad de expresión, vs. regulación y censura. Aunque hay diversas opiniones, hay una compartida, y es que ningún partido o agrupación tiene el monopolio de la libertad de expresión y, por ello, esta no debe usarse con fines políticos.

Protagonistas del encuentro Diálogo sobre libertad de expresión, gobernanza digital y derechos fundamentales
Protagonistas del encuentro Diálogo sobre libertad de expresión, gobernanza digital y derechos fundamentales.

Marco normativo de Internet en Colombia 

Colombia ha venido construyendo un robusto, aunque siempre en evolución, marco normativo y de políticas públicas para gobernar el complejo y dinámico espacio digital. Este andamiaje busca equilibrar la promoción de la innovación y la transformación digital con la protección de los derechos fundamentales y la seguridad nacional. Con la mirada puesta en 2025, varias piezas legislativas y estratégicas definen el rumbo del país en esta materia.

Pilares Normativos Existentes:

  • Ley 1581 de 2012: Régimen General de Protección de Datos Personales.
  • Ley 1712 de 2014: Ley de Transparencia y del Derecho de Acceso a la Información Pública Nacional.
  • Ley 1273 de 2009: Tipificación de los delitos informáticos.
  • Ley 1928 de 2019: Adhesión al Convenio de Budapest sobre Ciberdelincuencia.

A pesar de contar con este andamiaje legal, la judicialización efectiva de los ciberdelitos sigue presentando desafíos considerables. La naturaleza transfronteriza de muchas de estas conductas, la rápida evolución de las tácticas empleadas por los ciberdelincuentes y la necesidad de una mayor especialización técnica y recursos en las entidades de investigación y los operadores judiciales son obstáculos persistentes.

Hojas de Ruta Estratégicas:

  • Conpes 3920 de 2018: Política Nacional de Explotación de Datos – Big Data.
  • Conpes 3975 de 2019: Política Nacional para la Transformación Digital e Inteligencia Artificial (vigencia 2019-2022).
  • Conpes 4144 de 2025: Política Nacional de Inteligencia Artificial (aprobada en febrero de 2025).
  • Estrategia Nacional Digital (END) 2023-2026: Articula diversas iniciativas en ocho ejes estratégicos.

En este vigésimo aniversario del Día de Internet, celebra los avances alcanzados en la Transformación Digital, pero también reconoce la urgencia de abordar los desafíos digitales persistentes en Colombia, como la brecha digital, ciberseguridad, desinformación y bienestar digital. La construcción de un futuro digital incluyente, seguro y próspero para todos los colombianos requiere un compromiso continuo y coordinado entre el Estado, el sector privado, la academia y la sociedad civil. La reflexión en este día debe ser el motor para impulsar las acciones necesarias que permitan que Internet siga siendo una fuerza para el progreso y el desarrollo en Colombia.

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