Wi-Fi 4, Wi-Fi 5, y ahora Wi-Fi 6. Cada día que pasa se conectan más dispositivos a Internet, y mucho de su funcionamiento depende de una conexión estable. La discusión va mucho más allá de los teléfonos inteligentes; desde hace un tiempo se suman a ella elementos como los asistentes manejados por voz (tipo Alexa o Google Assistant), televisores o TV stick (como Chromecast o Roku), entre muchos otros.
En 2019, el promedio de dispositivos conectados era de 13 por casa en Estados Unidos. Y aunque ya de por sí es un número elevado, se proyecta que la integración de redes 5G solamente aumentará la cantidad de estos dispositivos conectados.
Como es bien sabido, todo el tráfico de Internet en nuestras casas debe pasar primero por el enrutador (o router). Este dispositivo no solo codifica la información por parte del proveedor de Internet, sino que además se encarga de expandir la cobertura de wifi por toda la casa. Una mala cobertura o inestabilidad de la señal significarán una alta latencia y, en general, una experiencia lenta de Internet.
¿Wi-Fi 4? ¿5? ¿6?
A medida que crecen las necesidades de los usuarios y el número de conexiones, el estándar de wifi también se ha actualizado para poder soportar las nuevas demandas. La tecnología wifi actual está basada en 2 estándares pasados y uno nuevo que apenas fue aprobado en 2019 y está a la espera de ser integrado en más dispositivos.
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En el estándar de la IEEE –Institute of Electrical and Electronics Engineers en inglés–, wifi es conocido como 802.11. Además de esto, cada nueva iteración del estándar viene acompañada por una o más letras al final. Aunque existe wifi desde la versión 1, las versiones entre 1 y 3 por lo general son muy antiguas y muy poco usadas.
Wi-Fi 4: También conocido como 802.11n, es el estándar más soportado y compatible. Pese a esto, es también un estándar más lento y con menos prestaciones que las iteraciones posteriores.
Wi-Fi 5: Su nombre técnico es 802.11ac, y se caracteriza por mucha más alta velocidad que Wi-Fi 4, pero con menor compatibilidad. Su frecuencia solamente está en 5 GHz, lo que limita el número de routers compatibles y hace difícil la cobertura de espacios grandes y a través de paredes. Su velocidad máxima es de 3,5 gigabits por segundo (Gb/s).
Wi-Fi 6: Es el último estándar y el más rápido. Su nombre oficial en la IEEE es 802.11ax, y soporta las bandas de 2,4 y 5 GHz. Con una transferencia máxima de 9,6 Gb/s, que casi triplica la velocidad de Wi-Fi 5. Se espera que muchos más dispositivos sean compatibles a lo largo de 2020.
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La nomenclatura antigua –es decir los números 802.11 acompañados de letras– resultaba bastante confusa para los consumidores. Por esta razón se ha decidido cambiar a números. En cualquier caso, Wi-Fi 5 siempre será mejor que Wi-Fi 4, y de la misma forma Wi-Fi 6 siempre será mejor que Wi-Fi 5.
Wi-Fi 6, para un futuro mejor conectado
Como mencionamos, Wi-Fi 6 ofrece de entrada una velocidad de conexión inalámbrica mayor comparada con Wi-Fi 5. Sin embargo, las diferencias entre ambos tienen unos matices que también hacen que el estándar 6 esté mucho más preparado para el futuro conectado.
En teoría, 9,6 Gb/s es mucho mayor a 3,5 Gb/s, pero estas velocidades no están basadas en uso real. Cuando tenemos en cuenta que la señal de wifi tiene que atravesar paredes, electrodomésticos y además otras señales wifi de vecinos, estaremos muy lejos de estas velocidades teóricas.
Sin embargo, un mayor ancho de banda también significa que podremos conectar muchos más dispositivos –cada uno ocupando un espacio lógico en la red– sin riesgo de saturar la conexión. En ese sentido, Wi-Fi 6 es más sobre la cantidad de dispositivos conectados que sobre el puro aumento de velocidad.
Mientras que tener pocos dispositivos conectados a un router compatible con Wi-Fi 6 no significa un aumento sustancial en velocidad, a medida que añadimos más y más dispositivos la red no mostrará señales de congestionarse o de tener una latencia alta a la hora de navegar en Internet. Curiosamente, este nuevo estándar también emplea tecnologías ya utilizadas en las conexiones 4G LTE (la que se usa en telefonía móvil) para poder distribuir datos desde Internet a muchos usuarios y con poca latencia.
Nuevo estándar, nuevo hardware
Y aunque Wi-Fi 6 suena muy bien, lo cierto es que los cambios son tan grandes que será necesario adquirir nuevo hardware compatible. En principio, el primer aparato que debe ser cambiado es el enrutador. Compañías como TP-Link, Netgear, Asus, D-Link o Linksys ya cuentan en el mercado con dispositivos que van desde 79 hasta cientos de dólares.
De la misma forma, los dispositivos que se van a conectar deben ser compatibles con Wi-Fi 6. MediaTek, por ejemplo, ha formado una alianza con Samsung para sacar al mercado el primer televisor 8K totalmente compatible con el estándar Wi-Fi 6 y poder disfrutar de contenido sin interrupciones.
De la misma forma, la compañía taiwanesa ha incorporado el nuevo estándar en todos sus nuevos chips para teléfonos 5G. Esto se traduce a que toda la línea MediaTek Dimensity 1000 y teléfonos asociados podrán disfrutar de conexiones estables y de latencia muy baja.
Pese a que se pudiera pensar que la transición hacia Wi-Fi 6 será costosa, lo cierto es que se producirá a lo largo de los años y a medida que toda la industria se mueve hacia la nueva tecnología. Es muy probable que el próximo teléfono que compre sea compatible con la tecnología, así como es muy probable que el próximo router que adquiera en algunos meses o años sea compatible. Así las cosas, la tecnología de redes inalámbricas se mueve igual de rápido que las demandas de los usuarios. Gracias a esto podremos tener un futuro con dispositivos e Internet de las cosas siempre conectado, rápido y ágil.