CIUDADANÍA DIGITAL

El 37,9 % de los colombianos mayores de 11 años vive en pobreza digital



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Tener señal no es suficiente. El DNP estrenó el Índice de Pobreza Digital, una herramienta que mide las carencias en conectividad, dispositivos y habilidades. El diagnóstico evidencia que casi el 38 % de los colombianos vive en pobreza digital, con una enorme brecha rural.

Publicado el 17 de dic de 2025

Sandra Defelipe Díaz

Periodista especializada en tecnología, en medios digitales, producción de contenidos y liderazgo editorial



Colombia lanza el Índice de Pobreza Digital

Colombia estrena una métrica pionera para entender la exclusión tecnológica. Ya no se trata solo de quién tiene internet, sino de quién tiene las capacidades y dispositivos para no quedarse atrás. Durante años, la conversación sobre tecnología en Colombia se limitó a la cobertura: cuántos kilómetros de fibra óptica tiramos o cuántas antenas 4G instalamos. Sin embargo, tener señal no garantiza tener oportunidades. Bajo esta premisa, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) ha lanzado el Índice de Pobreza Digital (IPD), una herramienta que promete cambiar la forma en que entendemos la desigualdad en la era del algoritmo.

El diagnóstico inicial evidencia que el 37,9 % de los colombianos mayores de 11 años vive en pobreza digital. Esto no significa simplemente que no tengan “datos” en el celular; significa que enfrentan privaciones estructurales que limitan su capacidad para estudiar, trabajar o ejercer su ciudadanía.

¿Qué es el Índice de Pobreza Digital?

A diferencia de las mediciones tradicionales que se centran en el nivel de ingresos, el IPD es una medición multidimensional. Se inspira en la metodología del reconocido economista, Amartya Sen, sobre las capacidades humanas y adapta el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) al entorno tecnológico.

Según los documentos técnicos revelados por el DNP, una persona se considera en pobreza digital si acumula más del 33 % de privaciones en tres dimensiones clave, que pesan exactamente lo mismo (33 % cada una):

  1. Acceso a Internet de calidad: No basta con tener conexión; debe ser veloz (mínimo 5 Mbps para descarga) y estable.
  2. Dispositivos: Se mide la tenencia y uso de herramientas aptas para la productividad, como computadores o tabletas, aunque en esta medición se incluyó el smartphone como puerta de entrada básica.
  3. Habilidades digitales: Quizás la dimensión más crítica. Evalúa si la persona sabe enviar un correo con adjuntos, usar herramientas de ofimática o gestionar su seguridad digital.

Carlos Barreto, asesor de la Dirección de Desarrollo Digital, explicó durante el lanzamiento la filosofía detrás de esta métrica: “Lo que entendemos por pobreza digital es la privación multidimensional que limita la capacidad básica de las personas para interactuar con el entorno digital cuando lo necesitan”.

La “Trampa de Pobreza” Digital

¿Por qué es relevante esta herramienta ahora? Porque la desconexión se ha convertido en una condena económica. El DNP advierte sobre la existencia de una “trampa de pobreza“: quien no accede a lo digital, pierde oportunidades de educación y empleo, perpetuando su condición de vulnerabilidad. “No estar conectado al mundo digital genera exclusión y agudiza las condiciones de pobreza en la sociedad, creando una especie de trampa de pobreza en los hogares menos favorecidos”, señaló Barreto.

La herramienta busca ponerle rostro a estas cifras. Los datos arrojados por el IPD revelan brechas dolorosas que la simple penetración de internet escondía:

  • La brecha rural: Mientras en las cabeceras urbanas la incidencia es cercana al 30 %, en la ruralidad se dispara al 65,5 %.
  • La brecha étnica: El 70 % de la población indígena y el 52 % de la población afrodescendiente se encuentran en situación de pobreza digital, con focos críticos de intensidad en departamentos como Guainía, Vaupés, La Guajira y Chocó.
  • Los grupos más vulnerables son los adultos mayores de 61 años, quienes enfrentan una pobreza digital severa con un 61 % de incidencia

Resiliencia y Política Pública

El objetivo final de este índice no es académico, sino práctico: focalizar la inversión pública. Robinson Ortiz Olalla, Subdirector General de Prospectiva, destacó durante el evento la capacidad de adaptación de los colombianos, pero recalcó la necesidad de política pública: “Hemos sido resilientes, nos hemos adaptado a esas condiciones… Pero indudablemente la gran apuesta que se tiene desde el Departamento Nacional de Planeación… nos lleva a una discusión sobre cómo permitir precisamente que los ciudadanos y las ciudadanas puedan acceder sin ninguna barrera a su mundo digital”.

Por su parte, Edwin Alejandro Buenhombre, Director de Desarrollo Digital, enfatizó que el desafío ya no es solo de “fierros” (infraestructura), sino humano: “El tema y la necesidad de generar habilidades digitales [es] un desafío principal para el Estado colombiano”.

Para facilitar la consulta y el uso de estos datos, el DNP habilitó un visor interactivo público que permite visualizar mapas de incidencia y desagregar estadísticas por dimensiones y territorios.

La hoja de ruta institucional busca consolidar el IPD como una estadística oficial mediante la articulación con el DANE y el MinTIC, integrando sus variables en el Sisbén y el Registro Social de Hogares para perfeccionar la focalización de subsidios y políticas públicas.

A futuro, el enfoque trascenderá la infraestructura física para priorizar la calidad del servicio y la formación en habilidades, promoviendo una gobernanza participativa que utilice esta evidencia para cerrar brechas mediante estrategias regionales diferenciadas y la futura estimación municipal de datos.

Un contexto regional: ¿Cómo estamos frente a los vecinos?

El lanzamiento de este índice posiciona a Colombia como un pionero metodológico en la región. Si bien existen mediciones internacionales, pocas abordan el problema desde la perspectiva de la “pobreza” individual multidimensional:

  • World Data Lab maneja el Internet Poverty Index, pero su enfoque es principalmente económico (asequibilidad): considera “pobre de internet” a quien no puede pagar un paquete básico de 1 GB.
  • El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) cuenta con el Índice de Desarrollo de Banda Ancha, que mide más la infraestructura y el entorno de políticas públicas que la carencia del individuo.
  • La CEPAL monitorea constantemente la “brecha digital”, pero generalmente a través de agregados de conectividad y uso, sin consolidarlo en un índice de pobreza específico como el que acaba de presentar Colombia.

Este nuevo IPD colombiano es un paso hacia la sofisticación de la política social: reconoce que en el siglo XXI, la ciudadanía plena es, inevitablemente, digital.

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