Era cuestión de tiempo para que WOM Colombia reconociera su falta de liquidez ante el gobierno nacional y la opinión pública, lo que no solo confirma las sospechas sobre la incapacidad de la empresa para cumplir con las obligaciones adquiridas en las subastas de espectro de los años 2019 y 2023, sino que ahora se pone en duda la continuidad de su operación en el país, a pesar de los 1.080 millones de dólares invertidos durante los últimos cuatro años.
Nada menos que Thor Bjorgolfsson, el hombre más rico de Islandia y propietario del fondo de inversión Novator Partners, al que pertenece WOM Mobile S.A., viajó a Bogotá para reunirse con el ministro de las TIC, Mauricio Lizcano; el superintendente de Sociedades, Billy Escobar, y representantes de la Superintendencia de Industria y Comercio, para “buscar soluciones” a la crisis que podría dejar sin operador móvil a por lo menos 6.000.000 de usuarios.
Mediante un escueto comunicado conjunto, las partes anunciaron que en los próximos días se tomarán “decisiones” para enfrentar la situación actual de la compañía que inició operaciones en el país en 2021, y dieron un parte de tranquilidad a sus clientes, enfatizando que el servicio se continúa prestando con normalidad.
Menos de una semana después del encuentro, este lunes 15 de marzo, la compañía anunció que se acoge a la figura de reorganización empresarial ante la Supersociedades, para garantizar “la continuidad de la operación”.
Wom tendrá dos meses para normalizar sus relaciones comerciales y crediticias, mediante la reestructuración operacional, administrativa, de activos y pasivos. Periodo en el que, según Ramiro Lafarga, CEO en Colombia, el principal accionista de la empresa, junto con el Deutsche Bank, continuarán evaluando alternativas para lograr la financiación requerida y asegurar su sostenibilidad.
Por ejemplo, empresas como Presto y Oma pasaron el año pasado por el proceso de reorganización empresarial y hoy siguen luchando por subsistir; mientras que la aerolínea Ultra Air, que también se acogió a la Ley 1116 de 2006, canceló su operación. En Panamá, también está el caso de la telco Digicel, que hace pocos días anunció su retiro de ese país tras dos años de intentos frustrados de vender su operación y licencias.
Ahora bien, con la perspectiva de una posible quiebra se confirma que WOM hace tiempo no está en condiciones de cumplir los compromisos que asumió al adquirir las licencias de espectro en las dos últimas subastas. La duda ahora es ¿cuándo comenzaron los retrasos?
En la subasta para 4G realizada en 2019, WOM obtuvo 40 MHz y se comprometió a cubrir 674 localidades para 2021, además de acordar pagos por el uso de ese recurso durante 17 años.
Mientras que en la puja del 5G de 2023, adquirió 80 MHz, para lo que asumió las obligaciones de montar la red en las principales ciudades del país a partir de 2024, así como proporcionar cobertura a 14 carreteras y 318 instituciones educativas en 77 municipios. En cuanto al pago de la contraprestación económica, debió girar el 20% de esta al MinTIC en el primer trimestre del año, mientras que los pagos restantes iniciarán a partir de 2028 hasta 2044, ajustados al IPC (Índice de Precios al Consumidor) de los últimos dos años.
Compromisos contractuales con los que cuenta el gobierno nacional para brindar conectividad a parte del país y cerrar la brecha digital, que hoy la empresa no está en condición de honrar, por la determinación de sus inversionistas.
Todo conectado
Aunque desde WOM insistan en la independencia de las operaciones de Chile y Colombia, en este punto es imposible negar la íntima relación de ambas crisis. Partiendo por que el anuncio hecho por la oficina de prensa del MinTIC el miércoles 10 de abril se produjo apenas 10 días después de que la filial chilena se acogiera a la Ley de Quiebras de Estados Unidos tras incumplir el pago de la deuda con sus acreedores por 348 millones de dólares debido a su falta de liquidez. Y hoy hace lo mismo en nuestro país.
La primera alarma proveniente del sur del continente se activó en 2022, cuando los accionistas del fondo de inversión Novator Partners retiraron 340 millones de dólares de WOM Chile a pesar de encontrarse en pleno proceso de despliegue de 5G, cuyos plazos finalmente incumplió y por los que hoy afronta sanciones que rondan los 50 millones de dólares.
No sorprende esta actitud, el propósito de los fondos de inversión es optimizar la rentabilidad de los recursos de los inversores, así que una vez las condiciones macroeconómicas y de mercado dejan de ser favorables, vuelan con su plata a otro lado. Lo que precisamente sucedió en América Latina debido a la alta inflación y altas tasas de interés que trajo la pandemia de COVID-19.
En octubre pasado, Chris Bannister, anterior CEO de la telco en el país, de regreso en Chile, dijo a medios de comunicación locales que durante 12 meses no habría más recursos para Colombia.
Comentario que corrieron a desmentir desde Bogotá, probablemente con la esperanza de conseguir un préstamo como el que obtuvieron en 2022 del China Development Bank Shenzhen Branch, por 200 millones de dólares, para el despliegue de redes móviles y el mantenimiento de la infraestructura de la absorbida Avantel; o, incluso, recibir un auxilio del accionista mayoritario. Recursos que no llegaron.
Ahora lo sabemos, porque luego del anuncio de la quiebra de WOM Chile, y el despido de Bannister, en sus declaraciones de despedida apuntó contra Bjorgolfsson afirmando que éste incumplió el compromiso de aportar los recursos que se requerían para mantener a flote la compañía. Algo similar tuvo que suceder en Colombia, pues el pasado 12 de marzo, Faihan Alfayez, vicepresidente de Asuntos Corporativos, respondió a la consulta de ImpactoTIC sobre cómo están apalancando las inversiones lo siguiente: “se proyectan recursos en los próximos años que provendrán de diferentes fuentes de financiación, incluyendo nuestro accionista, así como bancos nacionales e internacionales”.
Y es que no es fácil mantener el ímpetu de una operación que requiere un flujo constante de capital, cuya filosofía pareciera seguir la máxima de Mark Zuckerberg: “moverse rápido y romper cosas”. Para mediante una irreverente y agresiva estrategia comercial y de precios, conseguir el mayor número de clientes en el menor tiempo posible, apoyados en la flexibilidad de la portabilidad numérica.
De hecho, uno de los signos más claros de la crisis provino precisamente de las cifras de portabilidad numérica que publica la Comisión de Regulación de Comunicaciones todos los meses. En enero y febrero pasados, salieron más usuarios de su red de los que entraron. De hecho, en enero fue el operador con más deserciones netas: 78.213.
Esto responde al recorte en las inversiones para atraer clientes de sus competidores y el menor ritmo en el bombeo de recursos para las redes, lo que impacta la calidad del servicio. Y los usuarios tan rápido como llegan se pueden marchar.
Además, con su llegada a Colombia, WOM puso en máxima tensión a la industria al salir con precios de servicios móviles que estaban 43% debajo del mercado. Esto se convirtió en un factor clave para que el ingreso promedio mensual por usuario de este servicio (ARPU) se convirtiera en el más bajo de la región.
El ARPU, tanto en pospago como en prepago, disminuyó un 5,71 % entre enero de 2021 y septiembre de 2023, período en el cual la inflación acumulada fue del 28,46 %. Esto se convirtió en un búmeran para el operador, ya que, igual que el resto de la industria (excepto Claro), observó cómo la columna de pérdidas se hacía más abultada que la de las utilidades en los balances trimestrales.
También se topó con la muralla de Claro, el operador dominante, que no estaba dispuesto a ceder un solo cliente sin pelear.
La SIC está investigando si la empresa mexicana obstaculizó la interconexión y el acceso de WOM al servicio de Roaming Automático Nacional (RAN), utilizando diversos argumentos. Se ha identificado que podría haber restringido la calidad de la conexión del servicio RAN, lo que resultó en una disminución de la velocidad de descarga y una mayor latencia para los usuarios del nuevo operador, impactando negativamente la calidad del servicio. Además, se le acusa de utilizar acciones judiciales o administrativas de manera abusiva e indiscriminada para impedir el fortalecimiento de WOM en el mercado.
¡Me quiero ir!
Todas estas situaciones descritas muestran un patrón que sugiere que Partners ha estado buscando salir del país durante un tiempo.
Pero, con unos márgenes de rentabilidad tan bajos en el negocio de mover bits por el aire y cables, el atractivo de estas empresas es menor que hace unos años. Por esta razón, no han encontrado aspirantes dispuestos a asumir los compromisos que, de forma irresponsable y especulativa, sus directivos asumieron, a pesar de estar al tanto de su falta de liquidez.
El gobierno ahora tiene que velar por que se cumplan todas las obligaciones económicas y de conectividad o imponer las sanciones que correspondan ante los incumplimientos.
Recordemos que WOM tiene antecedentes como una inusual devolución de espectro por un supuesto error de digitación durante la subasta de 2019; se le acusa de no informar a tiempo la adquisición de Avantel, para mantener los beneficios que reciben los operadores entrantes; y fue sancionada por uso ilegal de espectro entre estas dos empresas.
Tanto el gobierno anterior como el actual tienen responsabilidad en esta crisis. El primero, por su laxitud ante las acciones cuestionables del operador y el limbo en el que quedaron importantes decisiones tras el escándalo de Centros Poblados. Mientras que la presente administración mantiene una pasmosa –y hasta displicente– actitud hacia el sector de las telecomunicaciones, donde no ha designado en propiedad al director de la Agencia Nacional del Espectro (ANE) ni al representante del Presidente en la CRC. Todo esto ocurre en un contexto de crisis anunciada hace tiempo, que finalmente desembocó en la forzosa capitalización de Tigo-UNE y ahora apunta a la caída de WOM. ¿Quién será el siguiente?