Por: Diana Silva Lizarazo, Mujeres TIC
Las brechas entre niños y niñas en interés campos de la ciencia, tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), comienzan en la primaria, se acentúan conforme avanzan a la secundaria y persisten entre las mujeres durante la educación superior.
Según el informe de UNESCO (2021) sobre ciencia, en el mundo, las mujeres representan sólo el 28% de los licenciados en ingeniería y 40% en informática y en campos como la inteligencia artificial, sólo 1 de cada 5 profesionales es mujer.
En Colombia, sólo el 31,5% del total de estudiantes matriculados al primer semestre en programas relacionados con alguna de las áreas de STEM son mujeres.
Algunos estudios (Heaverlo, 2011), hablan de que es a partir de los 13 años que las niñas empiezan experimentar pérdida de autoconfianza frente a sus capacidades STEM, lo cual puede ser ocasionado por sesgos inconscientes que se perpetúan en contextos educativos, sociales y culturales.
De acuerdo con un informe de ONU Mujeres (2020), en América Latina, la proporción de investigadoras mujeres que trabajan en el ámbito de la ingeniería y la tecnología es mucho menor que la de los hombres, así como las posibilidades de acceder a empleos en algunas de las áreas STEM. De hecho, sólo el 3% de los Premios Nobel en Ciencias ha sido otorgado a mujeres.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de ayudar a la reducción de dichos sesgos, para poder cultivar las habilidades y competencias que les permitan a las niñas y mujeres tomar decisiones con respecto a desarrollar un plan de carrera en áreas STEM y aumentar su participación laboral en estas áreas.
El Global Gender Report (2021), hace eco en la necesidad de que los países también inviertan en programas que ayuden a la reducción de las brechas de género en los empleos STEM, porque de no hacerse la brecha seguirá ampliándose. A la fecha, solo el 12,4% de las mujeres graduadas deciden trabajar en disciplinas STEM, comparado con el 49,8% de los hombres graduados en estas áreas (WEF, 2021).
Al revisar los esfuerzos realizados a lo largo de los años para lograr disminuir estas brechas hay tres estrategias que parecen ser comunes:
1- Promover proyectos para el desarrollo de habilidades y competencias STEM, así como incentivos, mentorías y redes de apoyo. En esto, el sector privado, las organizaciones sociales y los ecosistemas EdTech, por ejemplo, podrían tener un papel protagónico.
2- Trabajar sobre prejuicios de género que empiezan en casa y se perpetúan en el sistema educativo.
3- Realizar una conexión efectiva con el mercado laboral, desde donde se incentive y atraiga a las mujeres desde que inician en la educación técnica, tecnológica y superior, mejorando sus condiciones de contratación y apoyándolas para que no deserten.
Hace pocos meses se sancionó la Ley 2314 del 09 de agosto de 2023 por la cual se promueve la participación de las niñas, adolescentes y mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas a través de la cual se propone la institucionalización e implementación de una política pública articulada entre entidades, sectores y sociedad civil que incentive y fortalezca la participación de las mujeres en programas STEM.
El enfoque educativo STEM beneficia al sistema educativo en su conjunto: inspira la innovación educativa, promueve la flexibilización curricular, la integración de diversos tipos de competencias y acerca la educación a las problemáticas del mundo actual. Por ejemplo, muchas de las soluciones planteadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han requerido de las áreas STEM y de una integración entre ellas y otras como las humanidades y las artes.
Iniciativas como Mujeres TIC Colombia, una asociación a la que pertenzco y que reúne mujeres líderes en el campo de la tecnología digital para fomentar la equidad de género y contribuir al desarrollo social, científico, competitivo y productivo del país, son estratégicas en este momento para ayudar a movilizar e impulsar acciones que reduzcan las brechas de género y el desarrollo de más oportunidades de formación, conocimiento y vinculación al mercado laboral para mujeres STEM.
Nuestro país tiene una historia frente a esfuerzos realizados para promover el enfoque STEM en la educación y fomentar la participación de niñas, adolescentes y mujeres en estas áreas. Por ello, construir sobre lo construido y acelerar la implementación de las nuevas iniciativas como la Ley 2314 del 2023, asegurará el logro de avances significativos. Necesitamos más Mujeres TIC, interesadas en áreas STEM con un protagonismo igual al de los hombres. La responsabilidad es de todos.
Para conocer algunas iniciativas en Colombia: Enfoque Educativo STEM+ para Colombia
