Por Bari Hayoum, director Regional de OrCam Technologies para Latinoamérica
¿Se han dado cuenta de que la mayoría de las instrucciones y reglas de convivencia que hemos recibido estos meses para mitigar los efectos de la pandemia apela al sentido de la vista? Todo, desde guardar la distancia con el resto de personas, protocolos de bioseguridad y de salud, requiere que el ciudadano perciba las señales con sus ojos.
Se calcula que en torno al 80 % de la información que necesitamos para nuestra vida cotidiana la recibimos a través de la visión, de los ojos. Y durante la pandemia esto se ha incrementado. Para suplir estas carencias, las personas con deficiencias visuales o ceguera total tienden a apoyarse en el tacto, pero ahora no les ha quedado más remedio que depender de otras personas, lo cual no es lo ideal. Pero les queda una alternativa: apoyarse en la tecnología asistencial.
En Colombia hay identificadas alrededor de 60 organizaciones de ayuda a personas con discapacidad visual. Todas ellas y muchas más tienen ahora más que nunca la difícil tarea de apoyar a este sector de la sociedad en medio de lo que hoy se conoce como ‘la nueva normalidad’.
La tecnología asistencial a personas con baja visión o ceguera es una gran aliada en esta coyuntura que ha venido para quedarse y no sabemos por cuánto tiempo. Un paciente diagnosticado con baja visión pasará por varias etapas en las que se requerirá de todo el apoyo y la comprensión posibles, hasta poder guiarlo a un proceso de rehabilitación que le permita seguir gozando de un buen grado de autonomía y, así, sentirse independiente.
Hoy existen varias aplicaciones y dispositivos que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas. Aplicaciones móviles como la española Lazzus, que proporciona información relevante del entorno en el que está su usuario en el momento en un radio de 100 metros; TapTapSee, un reconocedor de objetos mediante una fotografía con la cámara del móvil que le permite a su usuario conocer cuestiones básicas pero importantes, como el color de la prenda que tiene en la mano, y que son muy útiles para sus día a día.
Pero no todo es software. En el campo de los dispositivos asistenciales, el dispositivo OrCam MyEye otorga una gran libertad a sus usuarios gracias a que está colocado en el brazo de las gafas. Se trata de un dispositivo que usa la Inteligencia Artificial para leer textos de libros o pantallas de teléfonos o computadores, reconocer rostros, y comunicárselo por voz a sus usuarios.
Y dada la necesidad de los usuarios de orientarse en diferentes espacios, el OrCam MyEye PRO incluye una función de orientación en espacios cerrados y su utilización mediante comandos de voz, convirtiendo al dispositivo en un asistente personal sin precedentes en el mercado.
La tecnología unida a la Inteligencia Artificial aporta a las personas con baja visión o ceguera una nueva forma de vida. Al día de hoy, la mayoría de las personas con problemas de vista es a su vez la población con más edad de la sociedad, lo que limita también su movimiento físico; le tecnología puede ayudar a mantenerlas activas, mental y físicamente.
Todos tenemos derecho a acceder a las innovaciones tecnológicas. La discapacidad visual no debe ser una limitante.
Sin duda, 2020 está siendo un año histórico que ha revolucionado las normas sociales de convivencia y nuestra mentalidad, abriendo paso a una nueva adaptación de la tecnología y siendo esta la principal herramienta de acercamiento social e inclusión.