Por Javier Ortíz, Presidente de Schneider Electric para Colombia, Ecuador y Venezuela
Nuestro planeta sigue manifestando síntomas de desgaste. De acuerdo con la
Organización Meteorológica Mundial (OMM), la temperatura en América Latina y el
Caribe se ha incrementado en promedio 0,2 grados centígrados por década en los
últimos 30 años. Por su parte, la organización internacional Global Footprint Network
(GFN) ha confirmado que en agosto la humanidad ya consumió todos los recursos que
el planeta puede renovar en un año. Un panorama de por sí bastante complicado.
Ahora, ¿qué es lo que podemos hacer desde las empresas? La respuesta es enfocar
nuestros esfuerzos hacia la sostenibilidad. Con ello, además de garantizar la
continuidad del negocio o de estar preparados ante futuros riesgos, aportaremos
desde nuestros sectores en la lucha contra el cambio climático. Eso es lo que
demandan los ciudadanos.
De acuerdo con un estudio realizado por Ipsos Global Advisor en 26 países, entre
estos Colombia, el 72 % de los encuestados considera que, si las empresas no actúan
para combatir el cambio climático, estarán fallando a sus empleados y clientes.
Desde el sector empresarial no debemos quedarnos con los brazos cruzados en
materia de ESG (Environmental, Social and Governance). Las empresas pueden hacer más que sobrevivir. Estas pueden prosperar y maximizar sus impactos positivos, si analizan profundamente quiénes son, qué hacen y cómo lo hacen. Esto siguiendo los principios de lo que significa ser una compañía de impacto.
Lo primero es que debemos ver la sostenibilidad como ventaja y no solo como un
cumplimiento. Una empresa de impacto ve a la sostenibilidad como una fuente de
rendimiento, crecimiento y como una oportunidad para desempeñarse, innovar y
crecer.
Segundo, las empresas de impacto también saben que necesitan atraer e involucrar a
todas las partes interesadas en su ecosistema (empleados, proveedores, clientes,
inversionistas, comunidades, entre otros). Debemos tomar muy en serio nuestra
responsabilidad de compartir, con todos nuestros grupos de interés, el conocimiento y
las perspectivas que obtenemos a través de nuestro propio viaje, pero también de toda
la experiencia adquirida corresponde apoyar a otras empresas en sus desafíos de
sostenibilidad.
Ciertamente, en el mundo se está haciendo progresos indiscutibles, pero no es
suficiente. Un gran número de empresas se están comprometiendo y estableciendo
objetivos basados en la ciencia, sin embargo, estamos muy lejos de limitar el
calentamiento global a 1,5 grados. Hay brechas que requieren que sigamos elevando
el listón y avanzando en todos los frentes de ESG ¡El mundo necesita más empresas
de impacto!