No se apresuren a desahuciar a Netflix

Publicado el 25 Jul 2022

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Con más de 200 millones de suscriptores en todo el mundo, Netflix sigue dominando las cifras del streaming. Pero la firma de Los Gatos, California, también enfrenta, como nunca, la competencia de gigantes como Disney, Apple y AT&T, que tienen los cofres llenos, no solo de dinero, sino de contenido.

A medida que menos y menos productoras se muestran dispuestas a licenciar sus películas y series a otros servicios, Netflix ha tenido que invertir miles de millones de dólares al año en crear contenido original. Es un juego de prueba y error en el que por cada Stranger Things hay una docena de Jupiter’s Legacies.

Pero aunque la marca que definió el cambiante paisaje del streaming para gran parte de mundo sin duda enfrentará desafíos en los próximos meses y años, es pronto para decretar su ocaso. ‘Cambiante’ es aquí la palabra clave.

Competencia SVOD Netflix
Netflix analiza estrategias para afrontar la dura competencia con otras plataformas.

Los rumores de crisis ene Netflix se vieron acentuados hace unos meses, cuando un reporte de ganancias trimestral mostró que la empresa no alcanzó -por poco- sus metas de nuevos suscriptores. Peor aún, los directivos prepararon a los accionistas para lo que, dijeron, podría ser una pérdida de dos millones de suscriptores en el siguiente trimestre.

Bueno, ese trimestre se cumplió esta semana y por eso el reporte de ganancias que entregó Netflix fue aguardado con generosas dosis de expectativa y, sí, cierto temor.
Pero, sorpresa! No solo Netflix no perdió tantos suscriptores como temía, sino que sus cifras de ganancias se mantienen sólidas, en virtud de recortes de personal y aumentos de precio en algunas latitudes.

Para ser claros, Netflix sí perdió suscriptores, y no pocos. Sin embargo, como ‘apenas’ fueron 970.000, lejos de los dos millones que se temía, la acción de Netflix, de hecho, subió.

El futuro más inmediato enfrenta a la compañía a la necesidad de encontrar éxitos que lleven a más gente a suscribirse y a mantener su suscripción. Los desafíos de Netflix en este particular fueron un tema del que escribí en otra columna.

Ahora empezamos a conocer detalles de otras estrategias, como la del pago compartido, con la que Netflix quiere pasarle factura a los usuarios que comparten sus contraseñas. Unas pruebas piloto que realizó en en América Latina muestran que la firma contempla cobrar un fee adicional a aquellos usuarios que inician sesión en zonas distintas al domicilio principal por más de dos semanas. Es decir, si usted se va de vacaciones y no quiere perderse Better Call Saul, no hay problema, pero si el nene que se fue a estudiar inglés a Australia sigue logueándose con el password de los papás, Netflix lo va a invitar a que pague su propia suscripción.

Lo mismo pasa con su ex que se mudó del apartamento y nunca cambió la cuenta del televisor. Netflix quiere ponerle orden al tema y tiene buenas razones para hacerlo.
Porque lo cierto es que hay mucho dinero por recoger allí: si 100 millones de hogares tienen suscripciones que comparten con alguien y Netflix logra hacerles pagar una fracción adicional del costo mensual, eso podría traducirse en mil millones de dólares en ganancia en este mismo trimestre.

El otro camino, el que nunca creímos que veríamos ocurrir, es el de los anuncios. En este tema, Microsoft ha surgido como un aliado y es posible, diría que incluso probable, que la alianza sea un primer paso hacia una eventual adquisición. En el horizonte hay apenas un puñado de empresas con el poder de comprar a Netflix. Microsoft es una de ellas.

Nadie sabe, porque no lo habían contemplado, cuán exitoso podría ser un modelo con publicidad en el servicio de televisión por streaming más usado del mundo. A la vuelta de un par de años, Netflix podría hallar que hay millones de personas a las que no les molestan un par de anuncios si eso les baja la factura mensual.

El problema es que ni siquiera Netflix lo sabe y, precisamente porque no lo habían contemplado, no parece haber incluido consideraciones sobre costos y regalías en vaya uno a saber cuántos de los incontables productos que ha licenciado a lo largo de los años.

Es una omisión inconcebible que solo se explica por la ferocidad (¿ingenuidad?) con que Netflix creyó en que nunca tendría que poner comerciales en su plataforma.
Pero, decíamos, si algo es el paisaje del streaming es, cómo no, cambiante. Esta historia está lejos de haber concluido. Es apenas la intro y esta vez no hay botón de Skip.

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Wilson Vega
Wilson Vega

Comunicador Social- Periodista de la Tadeo, con maestría en Relaciones Internacionales de la UNAM de México. Toda la vida trabajando en medios como Colprensa, Caracol Radio y Grupo Reforma. Amante del deporte, los viajes y los perros. Hablo en términos sencillos de Tecnología y cultura geek. Colaborador y aliado de Impacto TIC.

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