“Me siento feliz cuando realizo mis obras, cuando escribo poesía y pinto cuadros. También me siento feliz cuando contemplo el cielo azul, observo el mar abierto o conozco personas maravillosas”.
YAYOI KUSAMA
Tal vez su nombre nos pueda parecer desconocido a algunos, pero esta artista japonesa es una de las mujeres más influyentes e interesantes del arte contemporáneo, con una carrera de más de sesenta años. Transgresora, visionaria y totalmente auténtica, Yayoi Kusama es la potente voz de una artista femenina que supo hacer su camino en un mundo regido por hombres y una cultura conservadora. Ella, a sus 93 años, es un testimonio único de una trayectoria marcada por una cualidad que vale la pena analizar en esta ocasión: la creatividad.
Kusama nació en Matsumoto (Japón) en 1929, en el seno de una familia tradicional japonesa. Yayoi estudió arte tradicional japonés, pero sin encontrar ahí su interés, se mudó a Nueva York en el momento activo del Art-pop. La cultura tradicional japonesa y los estándares artísticos conservadores restringían su flujo creativo. Por eso, siempre buscando lo nuevo, Kusama exploró nuevos horizontes en un arte cargado de novedad, minimalismo y feminidad. Las instalaciones artísticas (un concepto que apenas empezaba a tomar popularidad en su momento) fue su mayor plataforma. A través de ella pudo explorar el infinito a través de espejos y desarrolló lo que sería su marca personal y su estilo artístico: los lunares. En algo tan sencillo como una sucesión de puntos, Kusama descubrió su mayor potencia artística, porque, como ella dice, “los puntos son sólidos e infinitos. Son una forma de vida. Sol, luna, estrellas… son cientos de millones de puntos. Cada ser humano es también un punto”.
Su obra estuvo en la sombra varios años hasta que en la década de los noventas adquirió una nueva popularidad. A partir de ese momento, con 60 años, Kusama se estableció como un referente femenino fundamental del arte contemporáneo recibiendo varias condecoraciones y premios, tanto en su propia nación como en Estados Unidos.
Ahora bien, la creatividad que Yayoi explora es una manifestación artística de una cualidad que podemos aplicar en nuestra vida, seamos o no artistas. ¿Qué es realmente la creatividad? Hay algo misterioso y sublime. ¿Por qué, si nos dicen esta palabra, pensamos en pintura, escultura, escritura, cine o cualquier otra forma artística? Estos son algunos de los muchos campos de la creatividad, pero no los únicos. En nuestra vida podemos ser creativos cuando buscamos caminos diferentes, encontramos soluciones a problemas o emprendemos proyectos nuevos en nuestras empresas, con nuestras marcas o aspiraciones personales. Realmente, la creatividad es una potencia y es energía, porque es lo que nos permite convertir ideas y anhelos en realidades sin sentirnos aprisionados por lo tradicional o conservador.
Me pregunto si acaso no somos creativos cuando queremos mejorar nuestra vida y buscamos la manera de hacerlo. Aquí veo los lunares de Kusama, porque no es necesario ser creativo en niveles astronómicos para encontrar ese bienestar que buscamos, sino que desde un punto podemos encontrar esa senda infinita, como una acción diaria mínima. Es importante tener presente que crear algo no se da a partir de la nada, ni tampoco tiene que ser algo jamás visto. Por ejemplo, los puntos los conocemos en el sol y las estrellas, pero Kusama toma esos puntos ya existentes y hace algo nuevo. Lo mismo podemos hacer nosotros creativamente, aprendiendo y adaptando lo que vemos a nuestro estilo, creando algo nuevo, avanzando por una senda que es auténticamente nuestra.
La creatividad del Tiger es inventar buenos caminos, buenas relaciones y una buena vida. La llevamos al arte, pero también a nuestra profesión, nuestra familia o en general a los proyectos que tengamos. En todo hay creatividad y potencia. Buscar la creatividad de la mano con el ingenio impulsa nuestro mejoramiento.
¡Nunca olvides que un Tiger creativo es una persona sumamente investigadora y poderosa!
Foto Prinicipal: Tracey Wong en Pixabay