El cambio en los puestos de trabajo ha sido recurrente a lo largo de la historia. Hoy puede parecer nostálgicamente gracioso que a una operadora se le pagara por hacer el puente entre dos líneas telefónicas para lograr una llamada. Y ojo, que esto todavía era cierto a mediados del siglo pasado. Igual pasa ahora: los trabajos que existen dejarán de existir o cambiarán drásticamente, y algunos que hoy parecen muy avanzados en un tiempo podrían ser tan curiosos como el de la operadora. No en vano, una de las frases más repetidas en charlas sobre el futuro del trabajo es que “los bebés y niños de hoy van a trabajar en cosas que aún no existen“.
No hace mucho la idea de tener un título de abogado, ingeniero, arquitecto o médico parecía suficiente para asegurar un futuro próspero. Pero hoy no lo es y el reentrenamiento es esencial: mientras esos bebés y niños crecen para ocupar algunos puestos del futuro, ¿qué pasa con los adultos de todas las edades que hoy deambulan en inciertos mercados laborales? Hay que seguir aprendiendo tanto en conocimientos específicos como un nuevas habilidades. De ahí el que ahora salgan cursos, talleres, encuentros y todo tipo de anuncios sobre formación en ‘habilidades digitales’, en todo el mundo, no solo en Colombia.
Freddy Vega, fundador de la plataforma de aprendizaje Platzi, asegura que ante este panorama el reto es nunca dejar de aprender: “El reto es cambiar nuestra perspectiva de que tenemos que ir a una institución oficial que nos dé un título en papel para poder ejercer una labor. La magia del mundo digital es que eso no existe. Lo único que existe es el talento y muchas personas juran que es que acá en el país si uno no tienen título no consigue empleo, pero eso es mentira. Más de la mitad de los profesionales en tecnología que trabajan en Colombia lo hacen sin ningún tipo de título profesional, no es necesario. Y una gran mayoría de personas que trabajan en tecnología con título, no tienen un título en tecnología, estudiaron otra cosa”.
Añade que en el mundo actual hay conceptos que se asumen como realidad, pero que no son ciertos. Por ejemplo, que a una persona de 50 años ya no la contratan: “Eso es mentira. En tecnología contratan por habilidad, no por edad. Contratan por la capacidad de ejecutar algo, está en cada persona decidir nunca parar de aprender, porque la realidad es que esta es una revolución que estamos viviendo ahora mismo, pero no es la última. Y la próxima revolución va a llegar más rápido, y la única estrategia real es nunca parar de aprender“.
Sin embargo, la realidad no parece estar tan alineada con esta manera de pensar. En Europa, el 42 % de los ciudadanos no tienen habilidades digitales básicas. El 37 % de las personas en la fuerza laboral (agricultores, empleados bancarios y trabajadores de fábricas) también carecen de suficientes habilidades digitales, a pesar de la creciente necesidad de tales habilidades en todos los trabajos, según datos de la Unión Europea.
El panorama nacional deja ver un vaso medio lleno en la formación técnica, pero medio vacío (o menos) en términos de la educación básica. Alberto Saavedra López, gerente de Transformación de la firma Controles Empresariales, asegura: “En el caso colombiano vienen impulsándose algunas iniciativas de formación técnica, sin embargo no se ha abordado el desarrollo de capacidades desde la educación básica. Un país que es el último en el ranking de las pruebas Pisa entre los países de la Ocde y que tienen la peor nota en matemáticas debe cuestionarse acerca de la construcción de esas capacidades requeridas en el futuro. Temas como la estadística, el análisis numérico y la explotación de datos son fundamentales en las implementaciones de 4RI. ¿Qué estamos haciendo como nación para cambiar esto? El momento indicado ya pasó y estamos tarde en este frente“.
Los campos de acción para los trabajadores del futuro
Hay bastantes pistas sobre las áreas que tendrá mayor demanda. Por ejemplo, los desarrolladores, analistas y científicos de datos, expertos en ciberseguridad, hackers éticos, estrategas y líderes en diferentes áreas digitales son los profesionales más referenciados al indagar sobre el trabajo del futuro.
“Vemos cada vez más carreras y estudios universitarios que incluyen materias que proponen conocimientos para enfrentarse a esta nueva realidad, como programación, robótica, nanotecnología o informática. Sin embargo, el reto está en integrarlas en los sectores productivos parta que su uso sea más generalizado y trascienda de los salones de clases. Que sean herramientas que se utilicen en todos los sectores“, sostiene Raju Vegesna, jefe evangelista de la firma Zoho.
Según el punto de vista de la consultora Deloitte, el empleo se dividirá en tres áreas: trabajos estándar (roles que utilizan un conjunto de habilidades específicas y limitadas, generalmente repetitivos), trabajos híbridos (que combinan habilidades técnicas y blandas) y supertrabajos (que combinan el trabajo y las responsabilidades de múltiples trabajos tradicionales, utilizando la tecnología para aumentar y ampliar el alcance).
Lo que ha pasado a raíz de la la pandemia es que más personas estén (por necesidad o curiosidad) aprendiendo y aventurándose en entornos de tecnología, innovación y ciencia. “La muy socorrida frase de ‘hay que reinventarse’ nunca antes fue tan precisa y necesaria como ahora“, nos recuerda Milton Quiroga, gerente general del la empresa Cyte.
Si usted ya trabaja en estas áreas, ya sabe hacia dónde va la cosa; pero si está en el grupo de los que están conociendo, aquí ofrecemos algunas pistas de lo que se busca en estos días de ‘reinvención’, en los que predominan los nombres de puestos de trabajo basados en siglas o voces en inglés:
Diseñador de experiencia de usuario
Una cosa es diseñar, imaginar, idear y crear un producto, y otra cosa es la experiencia del usuario. Aquí salen memes y chistes en relación con la expectativa vs. la realidad, por ejemplo. Si alguna vez usted ha visto o tiene su propia anécdota de un producto completamente inútil, poco práctico o que desilusiona totalmente, seguro no tenían un diseñador de experiencia de usuario.
La experiencia del usuario (o UX), se trata de la experiencia intangible de usar un producto, navegar por un sitio web o una aplicación. Hay profesionales dedicados a hacer todo tipo de pruebas para identificar cómo podría sentirse un usuario al interactuar con el producto. En Colombia hay laboratorios como el de Zemoga, donde se dedican a esto, a probar, experimentar, encontrar errores y mucho más. Pero para saber hacerlo bien.
Gerente de reclutamiento electrónico
Especialmente para quienes trabajan en áreas de talento humano, reclutando personal. Las metodologías cambian; los objetivos, las herramientas y las pruebas también. En medio de la pandemia el no poder hacer una entrevista presencial seguro le complicó la vida a más de uno.
El gerente o manager de contratación electrónica usa el universo en línea para poder ofrecer a la empresa los mejores perfiles, utilizando medios digitales posibles. Además de saber de recursos humanos y gestión de personal, maneja perfectamente todas las herramientas digitales y sabe cómo segmentar las redes sociales especializadas como LinkedIn (que a propósito, durante la pandemia desarrolló nuevas funciones especialmente para esto).
Quienes buscan trabajo, cuiden sus perfiles de LinkedIn, Facebook, Instagram, Tik Tok, Twitter y otras redes, porque las van a revisar; no estar conscientes de ello ya los deja en desventaja.
CISO, CIO, CSO, CTO, CEO….
Buscar ofertas laborales puede ser bastante confuso. Si no están familiarizados con algunas siglas y nombres como estos, es una alerta de actualización inminente. Estos cargos están en todo tipo de sectores, agrario, gobierno, bancario, textil, entretenimiento, deportes y tantos otros.
- CEO: Chief Executive Officer es el rol más conocido y corresponde a las personas que son directoras ejecutivas, gerentes. Es el cargo más alto dentro de una organización.
- CISO: Chief Information Security Officer es la persona que dirige la seguridad de la información. Es un rol ejecutivo y su misión es alinear la seguridad de la información con los objetivos de negocio. Está más enfocado hacia la seguridad de la información.
- CSO: Chief Security Officer es la persona responsable de la seguridad de la organización y aunque puede parecer igual al CISO, tienen diferencias. Un CSO está más orientado hacia la visión del negocio, comprender riesgos y saber cómo tratarlos, es más estratégico. En ese orden de ideas, un CISO le reporta al CSO y este al CEO.
- CIO: Chief Information Officer es el (o la) gerente de sistemas o director de tecnologías de la información. No es un rol técnico, no es la persona a quien se acude para saber cómo funciona un aparato o para que instale un programa, no. Es la persona que se enfoca e integra el uso de las las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) para lograr los objetivos generales de la organización.
- CTO: Chief Technology Officer es parecido al CIO, pero sí tiene un carácter más técnico. Los CTO pueden desempeñar diferentes funciones que se pueden mezclar con las del CIO, pero desde una gestión más del estilo de un director técnico que se concentra día a día en el funcionamiento de las TIC.
Nuevos arquitectos
Un arquitecto es quien proyecta, diseña y dirige la construcción, solo que ya no es exclusivamente de edificios o espacios de este tipo. Hoy por hoy existe la arquitectura de infraestructura TI, arquitectura de Inteligencia Artificial, arquitectura de información, arquitectura de Realidad Virtual o arquitectura de la nube (cloud). ¿Cómo Amazon podría haber llegado a ser la marca mejor valorada del mundo si no hubieran existido arquitectos detrás?
Analistas
¿Qué pasa en Internet en un minuto? Con toda seguridad los estudios, reportes y proyecciones cambiarán luego de 2020, porque así como se vio en Colombia un aumento del tráfico de Internet, en el mundo pasó exactamente lo mismo. La pandemia y sus medidas de confinamiento hicieron que el mundo cambiara la forma como se usaba Internet; de repente se disparó el uso de herramientas como Zoom y de Twitch (eSports), mientras que disminuyó –por ejemplo– el consumo de ESPN.
¿Y qué pasa con eso? Hay herramientas que nos arrojan datos, como cuántas personas ingresaron a una página, cuántas vieron la historia en redes sociales, cuáles son las tendencias (de qué habla la gente). Pero algo debe hacerse con esa información. Por eso les pagan a las personas para saber usar esas herramientas, analizar, pero fundamentalmente, para que tengan la capacidad de dirigir estrategias (para personas, organizaciones públicas y privadas, con o sin ánimo de lucro). En este caso son los analistas web.
También se buscan los analistas de inteligencia de negocios, analistas de datos, de diferentes tipos de datos. Por lo que es innegociable el conocimiento de herramientas de análisis.
Solo para tener una referencia, según el Estudio de Remuneración Michael Page 2019-2020, en Colombia un analista del sector bancario puede ganar entre 5.000.000 y 15.000.000 de pesos; un analista de mercadeo puede ganar, en una empresa pequeña, entre 1.500.000 y 3.000 de pesos, pero en una empresa grande pueden ser entre 5.000.000 y 14.000.000 de pesos. Este estudio es solo una de varias herramientas útiles de consulta, para quienes buscan fuentes de información salarial y para ver precisamente qué tipo de cargos, roles, se están buscando.
[su_box title=”¿Las mujeres se verán más afectadas?” style=”default” box_color=”#D32B40″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″]
El Banco Interamericano de Desarrollo hizo un diagnóstico sobre el impacto de los cambios tecnológicos sobre el empleo femenino, publicado en El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿cómo será el mercado laboral para las mujeres? Según el análisis, hay tres condiciones que hacen a las mujeres más vulnerables que los hombres frente a estas grandes tendencias: la baja participación laboral, la segregación horizontal (que es la desigual distribución de hombres y mujeres en ciertas áreas de estudio u ocupaciones) y la segregación vertical (la dificultad que enfrentan las mujeres para acceder a puestos directivos).
Para enfrentar esta condición de desequilibrio, el mismo banco plantea también tres áreas de acción:
- Promover la educación continua en tecnología, tanto en áreas básicas como avanzadas, y en las llamadas habilidades del siglo XXI, como la creatividad, resolución de conflicto y empatía.
- Replantear la infraestructura de protección social para que incluya a aquellos trabajadores que lo hacen desde ubicaciones remotas o entornos más flexibles.
- Mejorar la calidad de los empleos en los sectores de atención, educación y salud, para que incluyan protección social, brinden estabilidad económica y ofrezcan una movilidad ascendente.
Sin embargo, dice el resumen del análisis, no todos los pronósticos son negativos: “Hay algunas áreas laborales menos vulnerables a la automatización, como la educación o la salud, donde las mujeres están bien representadas, y donde se espera un mayor crecimiento debido al envejecimiento poblacional. Por otro lado, mientras los datos disponibles para seis países de la región (Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú) señalan que las mujeres hacen un uso más limitado de los dispositivos digitales y de Internet, incluida la participación en la economía gig, estas plataformas podrían ser un mecanismo efectivo para fomentar una mayor participación laboral femenina”.
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Desde un emprendimiento en casa, pasando por las startups, las pequeñas y medianas empresas, las entidades gubernamentales, hasta las grandes empresas, todas necesitan algún tipo de arquitectura, análisis, diseño, estrategia y otros elementos para lograr sus objetivos (bien sea de vender, visibilizar, crecer o los que sean); y en este escenario, los conocimientos y capacidades digitales son indispensables tanto para los reclutadores como para las personas que buscan nuevas oportunidades.
Las empresas están necesitando personas preparadas en áreas que el mercado no está formando en suficiente cantidad, especialmente en el mundo de las tecnologías de la información. Fedesoft calcula la cifra en 62.000 vacantes disponibles.
Prepararse para los trabajos del futuro no es algo que deba hacerse pensando que ese futuro llegará en el largo plazo y avisará con tiempo suficiente. Los trabajos del futuro ya son una realidad para la que debemos estar preparados desde hoy; incluso para los que no se conocen, que seguramente requerirán habilidades para las que sí es posible preparase desde ahora. Si no lo estamos haciendo desde ya, se nos está haciendo… se nos hizo tarde.