Dentro de nuestro ecosistema de conectividad, tal vez pocas cosas sean más importantes que Internet inalámbrico o Wi-Fi. Y es que, además de poder conectar nuestros computadores personales, también permite crear redes con otros dispositivos como teléfonos, televisores, impresoras e incluso otros más exóticos como hornos inteligentes y aspiradoras.
Una de las ventajas del Wi-Fi es su sencillez. Apenas con introducir una contraseña tenemos acceso total a toda la conectividad. Sin embargo, por debajo de esta simpleza se esconde también un mundo muy complejo de redes y conexiones. Aunque todas las conexiones Wi-Fi entregan conectividad, no todas estas conexiones son iguales, y de hecho entender mejor cómo funcionan también nos permitirá extender y mejorar nuestra señal de Internet.
Dos frecuencias principales
Al igual que muchas otras tecnologías, nuestras conexiones Wi-Fi funcionan por medio de frecuencias que viajan por el aire en forma de ondas. Este mismo principio aplica para otros tipos de conexiones inalámbricas, como por ejemplo Bluetooth o las redes 4G y 5G que reciben nuestros teléfonos. Estas frecuencias y sus ondas se miden en Hertz, Megahertz o Gigahertz, que usualmente son abreviadas como Hz, MHz y GHz respectivamente.
Ahora, hablando específicamente sobre Wi-Fi, esta red inalámbrica funciona con 2 frecuencias principales: 2,4 GHz y 5 GHz. De estas 2, la frecuencia de 2,4 GHz es la más antigua y la más ampliamente aceptada en dispositivos y enrutadores. 5GHz, por su parte, es una tecnología más moderna y que está diseñada para soportar mayores velocidades de transferencia.
Estas 2 frecuencias tienen algunas diferencias, pero las 2 principales están relacionadas con el rango y la velocidad de transferencia de cada una. En términos generales, la frecuencia de 2,4 GHz tiene un rango mayor y también mejor capacidad de penetrar objetos sólidos, como por ejemplo paredes. Sin embargo, este mejor rango viene a costa de la velocidad de descarga, que tiene un tope de 150 Mbps (megabits por segundo).
La frecuencia de 5 GHz, en cambio, no es la mejor penetrando paredes u otros objetos, y su rango de cubrimiento no es tan amplio como el de 2,4 GHz. La ventaja de la red de 5 GHz está en su velocidad, y es que llega a soportar conexiones de hasta 1 Gbps (gigabit por segundo), muy por encima de lo que ofrece la banda de 2,4 GHz.
Puede ser que, al momento de comprar un dispositivo nuevo –especialmente enrutadores– en algún lado veamos el término dual band, o banda doble. Esto significa que ese dispositivo es compatible con las bandas de 2,4 y 5 GHz, que a su vez se traduce en más opciones para conectarse. MediaTek lleva varios años fabricando soluciones de Wi-Fi en doble banda, especialmente en el terreno de los enrutadores y en conjunto con compañías como Asus, D-Link y TP-Link
¿Cuál debo escoger?
Al contrario de lo que se puede pensar, la velocidad de descarga no tiene relación con la frecuencia en la que opera Wi-Fi. Hablando puramente desde la teoría, la banda de 2,4 GHz debe tener velocidades de hasta 500 Mbps, que está muy por encima igualmente de las velocidades de Internet que se ofrecen en América Latina.
Sin embargo, ser una de las bandas más utilizadas y con más rango tiene una desventaja grande: la interferencia. Después de todo, y sobre todo en ciudades, es normal detectar 10 o más nombres de Wi-Fi en zonas residenciales. Debido a esta interferencia, la banda de 5 GHz al ser menos utilizada entrega mejor estabilidad y velocidades en la mayoría de los casos.
Imagen: Compare Fibre en Unsplash
Acá la cuestión no es tanto sobre cuál escoger, ya que muchos dispositivos soportan ambas bandas. Lo importante es saber qué red utilizar para ciertas tareas o dispositivos y para tener una mejor conexión a Internet. La red de 2,4 GHz es recomendada para cubrir terrenos más amplios, como por ejemplo casas de varios pisos y con muchas paredes; la velocidad no será la más alta, pero lo importante es que haya conexión.
Por otro lado, la banda de 5 GHz puede ser utilizada en espacios específicos y cercanos al enrutador de Internet. Por ejemplo, un lugar de estudio que necesite una conexión estable y de alta velocidad para videoconferencias, o de pronto una sala con consolas de videojuegos o con varios teléfonos conectados.
En muchos enrutadores de doble banda, como por ejemplo el Archer C20 de TP-Link que cuenta con un chip MediaTek de alta velocidad, las redes de 2,4 y 5 GHz pueden ser simultáneas o separadas. Simultaneas significa que la red Wi-Fi es solamente una, y que el enrutador se encarga de cambiar entre ambas bandas dependiendo de la señal del dispositivo. En redes separadas, las bandas de 2,4 y 5 tienen cada una un nombre similar pero que termina en 2,4 o 5 para diferenciarlas.
Para usuarios sin mucha experiencia es recomendable utilizar las redes en simultáneo, que por lo general es la opción predeterminada, mientras que usuarios más avanzados tienen muchas más opciones con las redes separadas.
Una nueva frecuencia
Y aunque la banda de 5 GHz va poco a poco ganando terreno –especialmente a medida que aumenta el cubrimiento de fibra óptica–, lo cierto es que su sucesor ya está en el mercado. Esta tecnología es conocida actualmente como Wi-Fi 6, y el 6 viene precisamente del hecho de que va utilizar la frecuencia de los 6 GHz. Más allá de un aumento de velocidad, Wi-Fi 6 será mucho más estable y con más capacidad para conectar dispositivos simultáneamente.
Incluso con una tecnología relativamente nueva, MediaTek ha probado estar a la vanguardia de la conectividad y ofrece desde hace varios meses chips para teléfonos, enrutadores y otros dispositivos compatibles con Wi-Fi 6. Aunque todavía no llegan a ser desplegadas masivamente, tecnologías como Wi-Fi 6 y las redes 5G seguramente serán el futuro de las comunicaciones y de nuestros dispositivos.
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