Aunque 5G es una tecnología cuyas ventajas se notarán principalmente en el sector empresarial, y aunque las redes para la prestación de servicios comerciales basados en esta nueva generación de comunicaciones todavía tardarán un tiempo en llegar a la mayoría de los países de América Latina, el segmento de consumo masivo también espera con interés y entusiasmo la oportunidad de tener acceso a ella.
De hecho, algunos mercados ya muestran cifras de participación de smartphones con tecnología 5G en algunos países que, si bien son tímidas, no solamente tienen que ver con el hecho de que haya equipos disponibles y se vea cool comprarlos, sino con que un smartphone 5G ofrece ventajas que van más allá de la conectividad.
Por eso, fabricantes como Samsung, Xiaomi, Realme y Apple, entre otros, ya ofrecen en algunos países terminales que aprovecharán las ventajas de las redes 5G en el futuro. Y por eso hay personas que los compran, así la promesa de velocidades de navegación hasta 100 veces mayores que las actuales, latencias más bajas y más dispositivos conectados a la vez no sean todavía una realidad ‘palpable’.
El mercado latinoamericano es muy diverso, de manera que mientras en algunos países 2G y 3G todavía pisan fuerte (como es el caso de las zonas rurales de Centroamérica), otros ya caminan con paso más firme hacia 5G (por ejemplo Chile, que tiene los procesos de asignación de frecuencias más avanzados). Y otros tienen un poco de todo, como sucede en México, donde los feature phones siguen teniendo una presencia interesante en las zonas rurales, con aproximadamente un 10 % del mercado, 4G se lleva más o menos el 83 % de la torta, 3G camina sobre el borde del 7 % y 5G ya marca, aunque con menos de 1 %.
La conectividad es importante, pero no lo es todo
Esas son las cifras en las que basa sus cuentas Hugo Simg, director de Desarrollo de Negocios de MediaTek para América Latina, quien a pesar de los avances del mercado hacia 5G sabe que a la región todavía le quedan unos años de 4G por delante. Por eso destaca el compromiso de las empresas que crean los chips que sirven como el corazón de los smartphones, como MediaTek, de avanzar en el desarrollo de las nuevas tecnologías, pero sin abandonar al público que todavía está –y estará un buen tiempo, seguramente– disfrutando de la generación anterior.
En ese contexto, hay dos cosas que Simg afirma que es necesario tener en cuenta: la primera, que de cualquier manera 5G es una tecnología que se está implementando más rápido que cualquiera de las anteriores, un proceso que se replica con cada nueva generación que va llegando al mercado.
Pero, además, que el proceso de compra de terminales con 5G está determinado –al menos por ahora– por características que en este momento son más relevantes que la conectividad a las redes de muy alta velocidad.
“Yo no concibo pagar hoy por un smartphone más de 600 dólares si no es un smartphone 5G. Si yo como consumidor estoy dispuesto a pagar 500 o 600 dólares por un equipo, prácticamente te voy a decir que tiene que ser una terminal 5G”, afirma el ejecutivo.
¿Y por qué? Porque en ese dispositivo va a encontrar una capacidad de procesamiento bastante robusta y potente; va a tener una capacidad de despliegue gráfico también “bastante respetable”; va a tener un procesamiento de imagen de cámara que le permitirá manejar videos en 4K y 120 cuadros por segundo, etc. “Al final del día, con 5G o sin 5G, estos son beneficios que yo como consumidor voy a tener. Porque no voy a desechar mi teléfono que tengo al día de hoy para comprarme otro que tenga especificaciones más bajas”.
Con esta apreciación coincide Hernán Descalzi, que es el encargado de MediaTek para el Cono Sur de América Latina. El ejecutivo afirma que, incluso si no se tiene acceso a una red 5G, toda la nueva línea de chipsets de la empresa ya soporta todo lo que tiene una red 5G.
Se refiere a la línea Dimensity, que es el nombre con el que se identifican las nuevas generaciones de chips para, por supuesto, la nueva generación de comunicaciones. Estos aportan cualquier ‘sabor’ de la nueva tecnología (stand alone, no stand alone, NSA y todos los nombres y acrónimos que al final que terminan siendo transparentes para los usuarios, pues el resultado final es que donde hay una red 5G –y el usuario tiene el servicio, por supuesto–, son capaces de conectarse).
“Entonces, si uno piensa que por no tener acceso a 5G es mejor comprar un teléfono 4G, también se pierde de ventajas como tener mejor procesamiento, una CPU más potente, más desempeño en Inteligencia Artificial, para juegos, mejores cámaras y más recursos para utilizar”. Con un ingrediente adicional: el día que llegue 5G no va a ser necesario cambiar el teléfono. Simplemente ya está ahí y va a funcionar en 5G.
Esto último, por supuesto, tiene más sentido en los países en los que la llegada de la nueva red de comunicaciones está más cercana, pues también depende de los ciclos de actualización de los equipos. Antes de la pandemia, BBC publicó un artículo según el cual un consumidor promedio reemplaza su celular cada 15 meses, y la vida media de un teléfono móvil está entre 18 y 24 meses. Si no existiera la obsolescencia programada, este tiempo podría extenderse por más años.
Pero ahora que las circunstancias hacen más necesario controlar el presupuesto y que fabricantes como Samsung ya ofrecen equipos que prometen actualizaciones de hasta 4 versiones de Android (lo regular hasta ahora eran una o dos), los tiempos de actualización seguramente también aumentarán.
De regreso a las ventajas de tener un celular 5G aún si el servicio comercial todavía no se presta, Descalzi señala que si bien el terminal no se estará usando al 100 %, tampoco es que se desperdicie su desempeño: se estará usando al 95 o 97 %, porque todas las demás funciones sí se usan en el día a día: “Uno toma fotos y quiere que le salgan bonitas; uno juega y quiere que el juego tenga un buen rendimiento, que no se trabe. Todos esos beneficios están en el procesador”.
Lo anterior se relaciona con la tecnología de fabricación: “En 5G estamos hablando de una tecnología de 7 nanómetros (nm), mientras que los 4G son tecnologías de 14 nm. Solo ahí ya se gana muchísimo en cuanto a procesamiento, eficiencia energética… Realmente la diferencia no se limita solo a la conexión 5G. Hay muchas cosas por detrás que te van a dar una experiencia completamente diferente”.
Procesamiento para todos los gustos y presupuestos
Alexander Rojas, gerente de Ventas y Desarrollo de Negocios de MediaTek para Centroamérica, añade a los argumentos a favor de 5G que la conectividad es importante, pero el procesamiento no se puede quedar atrás: “Cuando la gente piensa en un smartphone 5G se imagina que se va a conectar idealmente a 5 Gbps, pero nadie piensa que a esa velocidad se descargan toneladas de datos al teléfono que deben ser procesados, de manera que los chips también son mucho más potentes”.
En otras palabras, tecnología 5G procesando volúmenes de datos que por ahora se descargan usando redes 4G ya es un beneficio importante. El caso contrario equivaldría –ilustra Rojas– a tratar de procesar los volúmenes de datos complejos que se manejan en la actualidad con un computador que utilice un viejo procesador 486. “No sería posible hacerlo. Entonces no solo es el módem, sino la capacidad de procesamiento, y solo los smartphones o chipsets más potentes pueden hacerlo”.
Pero las dinámicas del mercado también influyen: el responsable de MediaTek en Centroamérica señala que todos los nuevos dispositivos que van llegando se basan en tecnologías más nuevas, lo que resulta más rentable para los fabricantes (no solo de equipos, sino también de componentes y suministros) y se ajusta a la tendencia global.
En el caso de Centroamérica, donde quizás se encuentran los países de la región que tienen los mayores retrasos en la adopción de nuevas tecnologías, los feature phones todavía tiene fuerza, sobre todo en las zonas rurales. Esto tiene que ver, explica Rojas, con asuntos de presupuesto para comprar equipos de gama alta, pero también con problemas de conectividad, pues las redes tampoco son las más avanzadas.
De ahí la importancia de contar con el compromiso de fabricantes como MediaTek, que no paran en 5G pero que se preocupan por satisfacer ese mercado que todavía se mueve en generaciones anteriores, que si bien es claro que cada vez será más reducido, seguirá teniendo alguna presencia, especialmente gracias a la labor de fabricantes locales.
“La oportunidad es consolidar lo que se tiene con 4G, que es un compromiso de MediaTek en la región, y acompañar a los operadores en la transición hacia las nuevas generaciones de tecnología”, concluye Rojas.
Lo que sigue para la región en general –con sus altibajos en el grado de evolución tecnológica y el avance de la asignación del espectro en cada país– es esperar la suma de condiciones económicas, tecnológicas y reglamentarias que se necesitan.
“Creo yo –concluye Hugo Simg– que el beneficio del usuario de 5G en cuanto a la conectividad llegará cuando los gobiernos den la posibilidad de acceder a las frecuencias, que los operadores tengan instaladas la red y que se tenga la carretera pavimentada. Entonces los usuarios podremos subirnos al ‘Ferrari’ y los coches saldrán a las pistas”.
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Aunque 5G no es una tecnología económica, lo cierto es que en la nueva generación de comunicaciones fabricantes como MediaTek mantienen su compromiso de llevar a los equipos características Premium por precios asequibles.
Hernán Descalzi, gerente de MediaTek para el Cono Sur de América Latina explica que, a medida que avance el proceso de migración, lo que sucederá es que la gama baja será dominada por terminales 4G, mientras que las gamas altas serán solamente 5G.
En la gama media se librará por un tiempo una lucha entre los equipos 5G (que en medio de toda la oferta de equipos que todavía existe no tendrán una gama baja propiamente dicha) y los remanentes de equipos avanzados 4G. Eso es algo que siempre va a pasar cuando se hace la transición de una generación a otra, explica Descalzi: “Pero difícilmente hoy día vas a encontrar un teléfono de las gamas más altas que sea 4G. Ahí ya son todos 5G”.
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Por supuesto, quienes creen que comprar un smartphone con tecnología 5G no tiene sentido también tienen sus argumentos. En el sitio Movilforum.com, Ignacio Salas expone varios de ellos que llevan a una conclusión concreta:
“Después conocer todos los aspectos que rodean a las redes 5G, la repuesta esta clarísima: No. Para poder aprovechar lo que nos quiere ofrecer esta tecnología en su fase final vamos a tener que esperar unos cuantos años, para 2024 como muy pronto (es probable que debido a la pandemia provocada por el coronavirus, esa fecha se retrase y nos plantemos en 2025).
“Los teléfonos con tecnología 5G son de media, 100 euros más caros que los mismos modelos con conectividad 4G (fabricantes como Samsung ofrecen los mismos terminales en versiones 4G y 5G), terminales con los que no vamos a notar ninguna mejora en cuanto a velocidad y latencia hasta que las redes 5G SA estén disponibles”.
Claro, sus argumentos están orientados principalmente a las ventajas que ofrece la conectividad, que le darían la razón si los únicos argumentos fueran la velocidad de conexión, la latencia y la capacidad de conectar diferentes dispositivos. Si la decisión se toma más allá de la conectividad, un sí también es una respuesta sensata.
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Imagen principal: Tianya1223 (Pixabay).