En el mercado actual de teléfonos inteligentes es muy común escuchar que los dispositivos pueden cargar 70 % de la batería en 30 minutos o tiempos similares. Aunque en el pasado estábamos acostumbrados a tener que esperar hasta 90 minutos para tener una carga decente, los avances en la tecnología han hecho que esto quede en el pasado.
Pese a que fue una tendencia que se implementó en teléfonos de gamas más altas, hoy por hoy la carga rápida se ha convertido en una característica no solo conveniente, sino también necesaria, y cada vez está más presente en otras gamas de teléfonos. Y aunque claramente la carga rápida depende también del cargador de pared, el chipset y el diseño del teléfono también tienen bastante responsabilidad.
MediaTek, por ejemplo, creó la tecnología Pump Express, que hoy está en su versión 4.0 y que ya han implementado varios fabricantes como Xiaomi o Realme.
Haciendo un poco de matemáticas
En primer lugar, vale la pena entender un poco mejor cómo funciona la tecnología de carga rápida: todo aparato electrónico que se conecta para tomar electricidad de la pared necesita de dos variables importantes: corriente y tensión.
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Corriente es la cantidad de carga eléctrica (electrones) que pasa por un punto determinado de un circuito.
Tensión eléctrica es la presión o potencia con la que se mueve esta corriente.
Una analogía común es una manguera. La corriente se refiere a cuánta agua se mueve dentro de la manguera, mientras que la tensión se refiere a la presión del agua.
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La corriente eléctrica se representa con la letra A, mientras que la tensión es V. Si usted mira el conector de pared de su teléfono, seguramente verá en sus especificaciones algo parecido a 5V/2A, que se traduce a 5 voltios y 2 amperios. Los vatios –representados con la letra W– son entendidos como la tasa de electricidad transferida, y se obtienen de multiplicar voltios por amperios.
Entonces, 5V y 2A multiplicados nos dan 10W. Estos vatios son los que nos muestran las compañías fabricantes de teléfonos cuando se refieren a la carga. Entre más alto sea el número de vatios, el teléfono será capaz de cargar más rápidamente.
El Realme 7, por ejemplo, cuenta con un chip MediaTek Helio G95 y permite una carga rápida de 30 W (o 50 % de la capacidad en 26 minutos). El Realme 7 Pro tiene una de las cargas más rápidas del mercado: 65 W (carga 50 % en apenas 12 minutos).
¿Cómo funciona la carga de los teléfonos?
El principio de carga todos los teléfonos es el mismo. Una vez se conecta a la pared, el teléfono recibe una carga eléctrica cuyos vatios (W) están basados en el chipset del teléfono y las especificaciones del cable y el conector de pared. Un cargador de 15W deja pasar 15 vatios por segundo; uno de 25W deja pasar 25 vatios, etc.
El papel del chipset es especialmente importante, ya que es el que regula la transferencia de energía y protege la vida útil de la batería. Durante los primeros 30 minutos, el teléfono recibe un alto flujo de energía que permite que la batería se cargue rápidamente con un máximo de hasta 80 %. Pero si se carga rápidamente por encima del 80 % se corre el riesgo de que la batería pierda longevidad, ya que este último tramo necesita un flujo mucho menos intenso y más regulado.
El tiempo de carga desde 80 % hasta 100 % puede ser el mismo que entre 0 % y 80 % debido a esa regulación eléctrica, y es por esta razón que no solemos ver carga rápida que sea de 0 a 100. Así funcionan la mayoría de los estándares de carga rápida, como es el caso de Pump Express que está incluido en los teléfonos con chips MediaTek.
¿Es posible que se dañe la batería?
Esta transferencia tan rápida de energía genera calor, es decir que se puede sentir que el teléfono se calienta bastante durante la carga rápida. Sin embargo, lo cierto es que la carga rápida no tiene efectos diferentes a los de una carga lenta, y el secreto está en el chipset de los teléfonos y la tecnología de ion de litio.
La carga rápida de las baterías funciona en dos fases principales que ya hemos mencionado. Durante los primeros 30 minutos, el teléfono recibe un alto flujo de energía que luego se va ralentizando. Esencialmente, las baterías de litio vacías o casi vacías están diseñadas para recibir esta carga inicial sin afectar la longevidad del teléfono.
La segunda fase, que es mucho más lenta, existe en gran medida por limitaciones técnicas de la batería. Para prevenir daños mayores en ella, el teléfono debe regular cuidadosamente el flujo de energía que recibe. De la misma forma, todos los teléfonos modernos cortan el suministro de energía una vez llega a 100 %.
Incluso con este monitoreo, también es recomendable tener buenos hábitos de carga. Nunca es recomendable que una batería llegue completamente a 0 %, y es mejor siempre tener más batería de la que cree que va a necesitar durante el día.
Carga rápida para todos
Hoy por hoy, el beneficio de la carga rápida ya no está solamente reservado para los teléfonos de gamas altas. En el caso de MediaTek, su tecnología Pump Express, está presente en toda la línea Dimensity, así como en sus chips Helio.
Con todos estos beneficios, la carga rápida se ha convertido en una característica esencial en este mundo que cada vez es más conectado. La movilidad es uno de los apartados más importantes en la actualidad, y tecnologías de carga rápida como Pump Express nos liberan del temido mensaje de batería baja.
Imagen principal: Sten Ritterfeld en Unsplash