“Quien no lo tenga, hay que priorizar la nube. La nube da escalabilidad, flexibilidad, potencia…” afirmó Edsson Estupiñán, el gerente de Transformación Digital e innovación de Seguros Mundial. La afirmación se dio en medio del último Live TIC ‘Estado y Futuro TIC 2025-2026’, un evento virtual que reunió a líderes tecnológicos de múltiples industrias para hablar sobre tecnología y negocios.
Aunque la opinión de Estupiñán sobre las inversiones prioritarias en tecnología, que deben tomar las empresas para el 2026, se decantó inicialmente por infraestructura (la nube), Juan Pablo Quintero, gerente de tecnología de Colombia y Cono Sur de Coca-Cola Femsa, tomó otra perspectiva y advirtió que la tecnología por sí sola no garantiza el éxito.
Por ello, el consejo de Quintero para las empresas en el 2026 es modernizar y modelar los procesos internos antes de intentar aplicar soluciones de última generación, asegurando así que las herramientas realmente generen un beneficio tangible y una productividad real para el negocio.
Por otra parte, Carlos Moreno, especialista de soluciones financieras de Escala 24×7, afirmó que la prioridad para el 2026 debe ser la gestión estratégica de la información. Según Moreno, es fundamental reestructurar la manera en que se distribuyen y fluyen los datos dentro de las organizaciones para poder aprovechar plenamente las capacidades que hoy ofrece la nube pública.
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El Retorno de inversión en seguros
Con notables excepciones, uno de los dolores de cabeza tradicionales para los líderes tecnológicos empresariales solía ser justificar la inversión en soluciones y plataformas ante las juntas directivas. Una situación que solía empezar por una inquietud:¿Cuál era el Retorno de Inversión (ROI) de estas herramientas?
En este punto, los panelistas coincidieron en que mostrar resultados tangibles en tiempos cortos seguía siendo vital para obtener el respaldo de las juntas, especialmente mediante la medición de la productividad y la liberación de horas de trabajo manual.
En el sector asegurador, Estupiñán compartió su experiencia en el uso de asistentes inteligentes para la revisión de documentos extensos: “Nosotros logramos duplicar la capacidad de un equipo únicamente entregándole un Copilot”.
Lo que antes requería la lectura manual de cientos de páginas por caso para verificar siniestros, ahora se gestiona mediante copilotos que responden preguntas específicas sobre la evidencia documental pasando de 45 a 90 auditorías diarias en la aseguradora, recuerda Estupiñán.
Resultados medibles en manufactura
“Claramente mostrar resultados en menor tiempo es muy atractivo para el negocio. Y puedo poner tres o cuatro ejemplos que nos han funcionado muy bien en Coca-Cola Femsa y uno es la revisión de solicitudes o quejas de clientes” afirmó Quintero.
Otro resultado tangible, recordó Quintero, son los tiempos de desarrollo: “Algo que podía demorarse antes entre 6 o 8 meses, hoy lo estamos entregando en dos meses. Entonces, cuando tú muestras esto, pues realmente ahí el resultado es concreto”.
Incluso en las áreas administrativas y comerciales se han reportado ahorros significativos, ya que la automatización de procesos cotidianos ha permitido reducir gastos operativos, como el consumo de papel y otros recursos.
“Entonces hay muchos elementos que son fáciles de mostrar ya cuando empiezas a generar un poco esta cultura y automatizar estos procesos, estas manualidades de entregar los resultados, de hacer que las cosas pasen, y es cuando tú puedes empezar a vender un proyecto mucho más fácil”.
Transformación cultural y nuevas competencias
La tecnología no existe en el vacío, incluso cuando sus metas son técnicas, por ello, la implementación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial ha forzado una transformación profunda en la cultura interna de las organizaciones. Los panelistas destacaron que la transición exitosa de los pilotos a la realidad operativa depende de que los empleados dejen de ver a la IA como una amenaza y empiecen a usarla como un aliado estratégico.
En este punto Estupiñán dijo: “Para proteger los valores de la compañía, hablamos de cercanía, yo hago un humano aumentado. Un humano es un ser humano que tiene el apoyo de un agente con inteligencia artificial generativa que le ayuda a atender mejor al cliente”.
Por su parte Quintero recordó que la adopción de la IA exige un proceso constante de capacitación conocido como upskilling y reskilling pero también que los empleados no son una hoja en blanco frente a la IA y que muchos ya la han adoptado por su cuenta: “La gente ya tiene herramientas que puede utilizar. Entonces, vienen los retos un poco y es realmente cómo muestro resultados”.
Carlos Moreno agregó dos puntos en este tema recordando los riesgos que conlleva la incorporación de las nuevas tecnologías en las actividades del día a día, pero también la conciencia de poder decir, “yo no sé sobre inteligencia artificial, y que necesito aprender”.
Desafíos y visión de futuro
A pesar de los avances, persisten retos importantes como la gestión de las “alucinaciones” de los modelos de IA y la seguridad de la información corporativa. Los expertos señalaron que la adopción corporativa no es tan automática como el uso personal de herramientas gratuitas, y requiere un acompañamiento técnico, ético y de gobierno institucional riguroso.
La relación con los proveedores también ha cambiado, evolucionando hacia un modelo de colaboración estrecha y de cocreación estratégica. Ya no se trata de adquirir productos aislados en la nube, sino de trabajar como un solo equipo para desarrollar soluciones que se ajusten a las necesidades específicas de cada vertical de negocio.
El panel concluyó que la verdadera ventaja competitiva para el 2026 no vendrá solo de la tecnología adquirida, sino de la madurez de los datos y los procesos internos modernizados donde a IA generativa actúa como un catalizador que expone las ineficiencias previas y obliga a las empresas a renovar sus estructuras fundacionales para ser rentables.
