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Meta del 85% de los colombianos conectados: espejismo digital del Gobierno



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Pese a los discursos, no parece que se alcance el objetivo trazado por el Presidente Petro en cuanto al acceso de casi todo el país a Internet en 2026. El crecimiento se estancó, la inversión privada se debilitó y las iniciativas públicas avanzan demasiado lentamente para cerrar la brecha digital.

Publicado el 9 de oct de 2025



Meta del 85% de los colombianos conectados espejismo digital del Gobierno

Los gobiernos, al llegar al poder cargados de promesas, suelen establecer metas como una forma de medir el alcance real de sus políticas públicas. En el caso de las TIC, el presidente Gustavo Petro fijó como objetivo que el 85 % de los colombianos esté conectado a Internet para agosto de 2026. Sin embargo, ¿está consignado en algún documento público? ¿Qué representa realmente ese porcentaje? Y, sobre todo, ¿se va a cumplir?

La cifra del 85 % es más bien abstracta: no especifica a qué tipo de accesos se refiere, si móviles, fijos o ambos. En caso de ser móviles, ¿incluye los planes prepago y el tiempo de uso? Si son fijos, ¿se determina una velocidad mínima? ¿O se trata de cobertura geográfica?

Para entenderlo y poder hacer un balance del estado de cumplimiento de la meta más importante del devaluado Ministerio de las TIC, busqué sin éxito algún documento troncal de las políticas públicas del Gobierno Nacional que lo mencionara de forma explícita. No está en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, ni en el Plan Plurianual de Inversiones 2023–2026 y tampoco en algún Conpes del sector.

Finalmente, encontré dos metas en la última página de la Estrategia Nacional Digital 2023–2026, presentada en agosto del año pasado por el exministro TIC, Mauricio Lizcano: llegar a 71.383.142 accesos móviles y fijos a Internet para 2026 —casi el doble de los registrados en 2021 (38,5 millones)—, de los cuales 61,4 millones serían móviles y, aunque no se menciona, 10.185.482 conexiones fijas.

Si bien el documento no explica si esta cifra representa al 85 % de la población colombiana, o el cálculo que hacen para llegar allí, al menos estos números dan una perspectiva para saber en dónde estamos.

Según el más reciente Reporte de Industria de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) publicado el pasado 30 de septiembre, al cierre de 2024 Colombia contaba con 49,4 millones de accesos a internet móvil y 9,1 millones de accesos a internet fijo, lo que suma cerca de 58,5 millones de conexiones activas en el país. En conjunto, estas cifras muestran un crecimiento modesto frente a 2023: los accesos móviles aumentaron  4,4 % y los fijos 2,2 % con respecto a 2023. Si se compara con la meta oficial de más de 71 millones de conexiones proyectadas para el final del periodo, el avance va lento.

Con los números que proporciona la CRC, para alcanzar el objetivo del ejecutivo, los accesos totales deberían crecer a un ritmo compuesto cercano a entre 8 y 10 % anual, o más. Esa tasa implicaría un crecimiento acumulado de aproximadamente 12 al 15 % para el periodo enero 2025 – agosto 2026, lo que implica incorporar entre 7 a 9 millones de nuevos accesos. Como se ve, ese incremento es mucho mayor que el registrado, lo que evidencia que las políticas actuales deberán intensificarse significativamente para acercarse a la meta estatal.

Pero eso no se ve fácil, porque venimos de un 2023 en el que las conexiones fijas incluso decrecieron, como se advirtió en esta columna, las cuales a la larga son las más relevantes en materia de competitividad, inclusión y cierre de la brecha digital. 

Los programas desplegados por el MinTIC —como, por ejemplo, Conectividad para Cambiar Vidas, Líneas de Fomento 2.0, las Juntas de Internet o las Zonas Comunitarias para la Paz— muestran un esfuerzo fragmentado y de alcance limitado frente a la magnitud de la meta.

Aunque el MinTIC reporta avances en ejecución presupuestal y miles de nuevos hogares conectados, la velocidad y la escala de los proyectos no parecen suficientes para cerrar la brecha en menos de dos años, o los 10 meses que le quedan al Gobierno.

La mayoría de las iniciativas se concentran en convocatorias, pilotos o despliegues parciales, con resultados todavía incipientes en cobertura efectiva y calidad del servicio. De esta forma, la meta del 85 % –¿o 71 millones?– es más una aspiración discursiva que como un objetivo alcanzable con el ritmo y los instrumentos actuales.

El único indicador verdaderamente dinámico dentro del panorama de las telecomunicaciones fijas es el del recambio de las antiguas redes de los grandes operadores por fibra óptica al hogar (FTTH). Según la CRC, esta tecnología sumó 1,1 millón de nuevos accesos en 2024, alcanzando los 4,3 millones y representando ya el 47,9 % del total de conexiones fijas del país. En solo un año su participación creció 12 puntos porcentuales.

El contraste entre el fuerte despliegue de fibra óptica y el escaso aumento en los accesos confirma que se necesita una estrategia más ambiciosa para cubrir las zonas desconectadas, por medio del apoyo directo a los ISP regionales e incentivos económicos para los usuarios.

En cuanto a la banda ancha móvil, que responde por el 86 % de la meta del Gobierno, las redes existentes han alcanzado una cobertura del 92,6 % de la población con tecnología 4G, mientras que el despliegue de 5G crece a un menor ritmo debido al incumplimiento de Telecall y WOM, que pujaron por espectro en 2023 pero no han instalado una sola antena.

No obstante la preponderancia del 4G y el impulso inicial del 5G, las tecnologías móviles difícilmente pueden considerarse una solución estructural para cerrar las brechas sociales y de competitividad que significa la falta de acceso a Internet. 

Su cobertura es amplia, pero su calidad y estabilidad dependen de factores como la densidad poblacional, la disponibilidad de espectro y la capacidad de inversión de los operadores, que por estos tiempos está diezmada. En zonas rurales, la señal suele ser intermitente y los planes de datos costosos e insuficientes para usos productivos o educativos.

Además, la dependencia casi exclusiva del acceso móvil perpetúa una conectividad de baja intensidad: permite comunicarse o consumir contenidos, pero no desarrollar plenamente habilidades digitales, teletrabajo o innovación. Sin una red fija robusta, Colombia seguirá conectando más teléfonos que oportunidades.

*Una última: El Reporte de Industria de los Sectores TIC y Postal 2024 reveló  un dato interesante: el tráfico promedio por usuario de Internet móvil apenas subió 2,7 %, muy por debajo del 17,9 % de 2023, lo que es una señal de saturación o desaceleración en consumo individual.

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